Los militares que iniciaron este domingo un golpe de Estado en Burkina Faso han confirmado este lunes en la televisión estatal la toma del poder y han anunciado la disolución del Gobierno y el Parlamento.
En dos comunicados leídos por el capitán Sidsoré Kader Ouédraogo, los golpistas han anunciado que han puesto fin al poder del presidente burkinés, Roch Kaboré, quien gobernaba este país de África occidental desde 2015.
En nombre del Movimiento Patriótico por la Salvaguarda y la Restauración (MPSR), el portavoz indicó que la decisión de deponer a Kaboré ha sido tomada “con el único objetivo de permitir a nuestro país volver al buen camino y reunir todas sus fuerzas para luchar por su integridad territorial (...) y su soberanía”.
“Ante la continua degradación de la situación de seguridad que amenaza los cimientos de nuestra nación, la incapacidad manifiesta del poder de Roch Marc Christian Kaboré de unir a los burkineses para afrontar la situación con eficacia, y siguiendo las aspiraciones de los diferentes estratos sociales de la nación, el MPSR ha decidido asumir sus responsabilidades ante la historia”, ha agregado.
Los comunicados están firmados por el presidente del MPSR, que parece ser el nuevo hombre fuerte del país, el teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba.
Los golpistas han anunciado también la suspensión de la Constitución, el cierre de fronteras aéreas y terrestres y la instauración de un toque de queda desde las 21.00 hasta las 05.00 hora local (misma GMT) en todo el territorio nacional “hasta nueva orden”.
Igualmente, han asegurado que la toma del poder se ha llevado a cabo “sin derramamiento de sangre y sin ningún tipo de violencia física sobre las personas detenidas, que se encuentran en un lugar seguro y respetando su dignidad”.
Los militares se han comprometido a proponer, “dentro de un plazo razonable, previa consulta con las fuerzas vivas de la nación, un calendario para el retorno al orden constitucional”.
La declaración ha tenido lugar tras una jornada de gran incertidumbre y confusión en el país, después de que fuentes militares confirmaran esta mañana que Kaboré había sido arrestado en un cuartel, mientras fuentes de la Gendarmería aseguraron después que “está aislado” y protegido por este cuerpo.
El motín militar
Burkina Faso vivió este domingo una situación tensa tras oírse disparos desde la madrugada en varios cuarteles militares de la capital y otras localidades del país (Ouahigouya y Kaya), incidentes calificados en un inicio de un supuesto motín para exigir mejoras en las Fuerzas Armadas.
El Gobierno burkinés desmintió que se tratara de un intento de golpe de Estado y medios locales indicaron que era un motín para exigir mejoras al Gobierno, entre ellas más medios para luchar contra el terrorismo yihadista (del que habitualmente son blanco las tropas burkinesas), y la dimisión de altos cargos militares y de inteligencia.
A la situación del domingo le precedió el sábado un día de manifestaciones no autorizadas, convocadas por grupos de la sociedad civil para expresar el gran descontento social por la inseguridad generada por la violencia yihadista y exigir la dimisión de Kaboré.
Burkina Faso sufre el yihadismo desde 2015 y los ataques, que se atribuyen a grupos aliados de Al Qaeda y el Estado Islámico, han provocado -especialmente en la región norteña del Sahel- más de 1,5 millones de desplazados internos, según datos del Gobierno burkinés.