Las conversaciones de paz entre Ucrania y Rusia continúan por vía telemática sin que de momento se materialice ninguno de los acuerdos que hace días las dos partes decían ver cerca. Ambos bandos se acusan mutuamente de torpedear las negociaciones. Mientras que el Kremlin asegura que está haciendo esfuerzos “colosales” para llegar a un acuerdo, algo que no ven por parte de Kiev, Ucrania destaca que hay “brechas” significativas entre sus posturas y acusa a Rusia de tratar de justificar sus ataques con “mentiras”.
Las negociaciones se desarrollan de forma paralela a la ofensiva rusa y tras vencer el ultimátum dado por Rusia a Mariúpol para rendirse como condición para evacuar la sitiada ciudad, donde unas 400.000 personas llevan semanas atrapadas en medio de los bombardeos sin electricidad, calefacción, agua y con escasez de alimentos y medicinas
Ambas delegaciones han mantenido este lunes una nueva videollamada de 90 minutos para encontrar una salida al conflicto, según ha informado David Arhamia, negociador ucraniano.
Arhamia, en declaraciones recogidas por los medios ucranianos y citadas por Reuters, ha asegurado que las conversaciones continuarían a lo largo del día en los distintos grupos de trabajo que se crearon para abordar materias concretas.
Previamente, el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, había dicho que los avances en las negociaciones todavía no eran suficientes para facilitar una reunión entre Putin y Zelenski.
El grado de avance en las negociaciones no es el deseado ni el que requiere la situación
Peskov ha defendido que los negociadores rusos están listos para trabajar las 24 horas y ha acusado a la delegación de Kiev de no hacer lo mismo. “El grado de avance en las negociaciones no es el deseado ni el que requiere la situación (...) Nuestra delegación está haciendo un esfuerzo colosal”, ha dicho Peskov a los periodistas. “Repito, nuestra delegación está lista para trabajar las 24 horas del día y lo ha demostrado, pero desafortunadamente no vemos tal predisposición por parte de Ucrania”, ha declarado.
Ucrania, por su parte, repite que está dispuesta a negociar para poner fin a la guerra, pero que no se rendirá ni aceptará los ultimátums rusos como el impuesto sobre Mariúpol.
El asesor presidencial de Zelenski, Mikhailo Podoliak, ha acusado a Rusia de “tratar de justificar de forma persistente” la “masiva agresión contra Ucrania” mediante “historias sobre biolaboratorios, batallones nazis y bombardeos en Donetsk con artillería pesada. Todo esto es una absoluta mentira”, ha escrito en Twitter.
Mientras, continúan los esfuerzos diplomáticos para ayudar a encauzar un acuerdo. Turquía, que trata de mediar en el conflicto, ha afirmado que Moscú y Kiev están “casi de acuerdo” en cuatro de los seis puntos planteados en la mesa de negociación. Así lo aseguraba este domingo el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, que no precisó en qué materias se habían producido los avances.
En el mismo sentido, el primer ministro de Israel, Naftali Benet, que también intenta mediar entre Rusia y Ucrania, ha declarado que existen “avances” en sus negociaciones, aunque ha reconocido que siguen lejos de alcanzar un alto el fuego.
Según el diario Jerusalem Post, el primer ministro israelí ha asegurado que, como parte de los avances, Rusia habría renunciado a deponer a Zelenski y a desmilitarizar Ucrania, mientras que las autoridades ucranianas se habrían comprometido a no unirse a la OTAN.
Por su parte, la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, ha rebajado las expectativas de que las conversaciones lleguen a buen puerto a corto plazo.
En una entrevista con la CNN, la diplomática criticó que “los rusos no se han inclinado por ninguna posibilidad de una solución negociada” y aseguró que las conversaciones “parecen unilaterales”.
Referéndum sobre cuestiones clave
Las conversaciones para tratar de encontrar una salida al conflicto comenzaron el pasado 28 de febrero, días después de que Putin ordenara la entrada de tropas en Ucrania. 21 días han pasado desde aquel primer encuentro entre ambas delegaciones en la frontera de Bielorrusia y los temas clave para los dos países siguen sin resolverse.
Rusia reclama la “desmilitarización” del país y el compromiso de que Ucrania no se una a la OTAN, poniendo como condición que acepte un estatus de neutralidad. Exige también la “desnazificación” del país, otro de los principales argumentos utilizados para justificar la invasión de Ucrania: Rusia insiste en las afirmaciones falsas de que Ucrania es un país “neonazi” donde “parece que hay un genocidio” (algo que sostienen sin pruebas) contra la población que habla ruso.
Expliqué esto a todos los grupos de negociación: cuando se habla de todos estos cambios, y pueden ser históricos, no vamos a tomar una decisión sin hacer antes un referéndum
Por su parte, Ucrania insiste en que busca, además del alto el fuego y la retirada de las tropas rusas, “garantías de seguridad” que sirvan para defender el país en caso de un nuevo ataque, para lo que quieren la implicación expresa de varias potencias en el acuerdo.
Ucrania ha dicho en reiteradas ocasiones que no aceptará ninguna modificación en sus fronteras, lo que implicaría ceder en lo relativo a Crimea y el Donbás en los términos que reclama Rusia.
En una entrevista con la CNN, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirmó este domingo que no asumirá “ningún compromiso que afecte a la integridad territorial y a la soberanía” de Ucrania.
Además, Zelenski ha asegurado este lunes que someterá a referéndum en toda Ucrania un posible acuerdo de paz. En una entrevista con medios europeos, ha afirmado que la consulta recogería cualquier acuerdo alcanzado sobre las garantías de seguridad que exige Ucrania y el estatus de los territorios controlados por Rusia, según un avance publicado en el canal de Telegram de la emisora ucraniana Suspilne.
“Expliqué esto a todos los grupos de negociación: cuando se habla de todos estos cambios, y pueden ser históricos, no vamos a tomar una decisión sin hacer antes un referéndum”, ha dicho Zelenski.
“La gente tendrá que decidir sobre ciertos compromisos (...) Estoy listo para hacer cualquier movimiento si se hace con nuestra gente”, ha añadido Zelenski, según recoge la agencia ucraniana Ukrinform.
Ucrania rechazó la rendición y los bombardeos han continuado golpeando la ciudad portuaria, que lleva semanas sitiada, sin agua, sin luz, sin calefacción, y con escasez de alimentos y medicinas mientras los cadáveres se acumulan en las calles. Ucrania y Rusia se acusan mutuamente del fracaso de los corredores humanitarios y el Parlamento Ucraniano ha denunciado el bombardeo de autobuses que trataban de evacuar a niños en Mariúpol, en el que habrían muerto al menos cuatro menores.
Zelenski ha insistido este lunes en que no aceptarán ultimátums como el planteado en Mariúpol, ya que aceptarlo requeriría de la “aniquilación” del pueblo ucraniano. “Ucrania no puede cumplir el ultimátum. No podremos hacerlo. Tendrían que eliminarnos a todos y entonces su ultimátum se cumplirá automáticamente”, asegura en el avance de la entrevista con medios europeos recogido por Ukrinform.
“'Tenemos un ultimátum, aquí están los puntos: tómenlo y terminaremos la guerra': esto está mal, no conduce a nada, a ningún resultado”, ha dicho Zelenski en la entrevista sobre la postura rusa en la negociación.
En Mariúpol ya no quedan testigos internacionales que puedan documentar lo que está pasando. La Cruz Roja ha denunciado este lunes que sigue sin tener acceso a la ciudad. Mstyslav Chernov y Evgeniy Maloletka, últimos fotoperiodistas de AP que quedaban en Mariúpol, han relatado cómo han logrado escapar de las tropas rusas que les perseguían mientras trataban de contar los horrores que sufren miles de civiles atrapados entre las bombas.
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