El mensaje es claro: la nueva legislatura del Parlamento Europeo, el más conservador de la historia y en el que nada podrá hacerse sin el concurso del PP Europeo, arranca con un mensaje de apoyo a Ucrania frente a los devaneos putinistas de Viktor Orbán, en un ejemplo de la competición política en el campo de la derecha entre populares, ultraconservadores –ECR, grupo de Meloni–, patriotas –grupo de Le Pen, Orbán y Vox– y soberanistas –el de AfD–.
Así, la resolución ha salido adelante por 495 votos a favor –populares, socialistas, liberales, verdes y ultraconservadores–, 137 en contra –entre ellos parte de La Izquierda, como Podemos, y el M5S, así como los grupos de Patriotas y Soberanistas, además de Se acabó la Fiesta– y 47 abstenciones –otra parte de La Izquierda, como Sumar y EH Bildu, y de Verdes/EFA, como comuns, Compromís, BNG y ERC–. Vox, que está en el grupo de Orbán y Le Pen, no ha participado en la votación.
Mientras tanto, el debate sobre la masacre en Gaza que está cometiendo Israel, con casi 40.000 muertos desde el 7 de octubre, ha sido rechazado en la primera jornada de la nueva Eurocámara.
En la apertura de la sesión de este miércoles, la eurodiputada del Bloco portugués Catarina Martins (La Izquierda) pidió un debate “sobre la defensa del derecho humanitario e internacional en Gaza”, pero la moción, apoyada por La Izquierda, socialistas y Verdes fue rechazada por un pleno dominado por las derechas y extremas derechas. “Todo el mundo está viendo la doble vara de medir”, decía Martins.
El pleno de este miércoles llega tras la sesión constitutiva del martes en la que se eligió a la presidenta del órgano Roberta Metsola (PPE), en una votación en la que se impuso a la candidata de La Izquierda, Irene Montero (Podemos), quien reivindicó la paz “frente al criminal de Putin” y al “genocida Netanyahu”.
Lo que sí se ha debatido es sobre Ucrania, con una resolución, que pide reforzar el apoyo militar a Ucrania, “condena la reciente visita del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, a la Federación de Rusia; subraya que, durante esta visita, no representó a la UE, y considera que la visita constituyó una flagrante violación de los Tratados y de la política exterior común de la UE, incluido el principio de cooperación sincera; subraya que el primer ministro húngaro no puede pretender representar a la UE cuando viola posiciones comunes de la UE; considera que esta violación debería tener repercusiones para Hungría; recuerda que inmediatamente después de la supuesta misión de paz del primer ministro húngaro, Rusia atacó el hospital infantil de Okhmatdyt en Kiev, lo que demuestra la irrelevancia de sus supuestos esfuerzos, que han sido acogidos con escepticismo por los dirigentes ucranianos; reitera su apoyo a la fórmula de paz presentada por el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski; lamenta que Hungría haya abusado de su derecho de veto en el Consejo para impedir que se conceda ayuda esencial a Ucrania; e insta a Hungría a que levante su bloqueo de la financiación del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz para Ucrania, incluido el reembolso acordado para los Estados miembros por la ayuda militar ya entregada”.
En efecto, las reuniones de Orbán con Vladímir Putin y Xi Jinping en lo que denominó una 'misión de paz' han elevado al máximo la tensión en la UE y algunas capitales plantearon tomar medidas por lo que consideraron que es un uso inadecuado de la presidencia rotatoria del Consejo. De hecho, todos los embajadores, a excepción del eslovaco, reprendieron a su homólogo húngaro en una reunión la semana pasada por la agenda internacional de Orbán, que posteriormente visitó a Donald Trump en Estados Unidos, aunque en esta ocasión no utilizó el logo de la presidencia en los vídeos de propaganda de la reunión.
Este martes, Yolanda Díaz se sumaba al plantón a Viktor Orbán. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo anunció en Bruselas que no acudirá en octubre a la reunión informal de ministros de Empleo organizada por la presidencia en húngara y se suma así a los ministros de otros países que han delegado la presencia en segundos niveles y al paso dado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que anunció este lunes que ningún comisario acudirá a ese tipo de citas y lo harán funcionarios en su lugar como 'castigo' por el acercamiento de Orbán a Vladímir Putin.
“Hemos sido testigos de la fuerza, el coraje y la resistencia del pueblo ucraniano, su gobierno y su ejército”, decía la líder de los socialistas europeos, Iratxe García: “Hace unos días, la cabeza más visible del nuevo grupo de falsos patriotas, Orbán, se reunió con Putin. ¿De qué paz quiere hablar Orbán con un tirano? El pueblo ucraniano ganará la guerra. En toda guerra siempre se libran dos batallas. Una es la batalla de las ideas, y Ucrania ya la ha ganado. La otra tiene lugar en el campo de batalla. Y tenemos la obligación de dar toda la ayuda necesaria hasta la victoria final. Representamos a una generación que siempre vio en el proyecto europeo un faro de libertad, progreso económico y justicia social. Frente a un grupo de falsos patriotas, unámonos las fuerzas democráticas y proeuropeas y trabajemos sin descanso para que el pueblo ucraniano viva seguro y en paz”.
“Tenemos que aumentar nuestro apoyo militar a Ucrania durante el tiempo que sea necesario y en lo que haga falta”, ha dicho por su parte el portavoz principal del PP Europeo en el debate, el polaco Andrzej Halicki.
Martin Schirdewan (Die Linke), coportavoz de La Izquierda, ha señalado, por su parte: “Una vez más se han eludido las sanciones en aras del beneficio empresarial. Acobardarse ante los intereses corporativos no es una sabia política de paz y nunca llevará a Putin a la mesa de negociaciones”.