Los Pandora Papers muestran la ruta de 70 millones de dólares por cuyo lavado investigan a un exsecretario de Kirchner

Emilia Delfino

4 de octubre de 2021 13:18 h

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Los documentos de Pandora Papers revelan nuevos datos sobre la ruta que habría seguido el exsecretario privado de Néstor Kirchner, Daniel Muñoz, para canalizar unos 70 millones de dólares hacia Estados Unidos. La información inédita apunta a la compañía offshore Old Wolf Limited (Viejo Lobo Limitada), pieza del entramado que se adjudica a Muñoz y su esposa, Carolina Pochetti, en la Justicia federal.  A pesar de haber utilizado una red de supuestos testaferros y sociedades en paraísos fiscales sin conexión directa con ellos, el matrimonio aparece en sólo dos compañías, un desliz en la estrategia para evitar el rastreo de los fondos utilizados para adquirir 16 inmuebles por más de 70 millones de dólares, informa elDiarioAR.

La investigación internacional sobre paraísos fiscales, que pone en acento en el rol de Estados Unidos en el sistema offshore, se basa en casi 12 millones de documentos a los que accedió el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y compartió con el equipo argentino, que integra elDiarioAR junto a La Nación e Infobae. En España, está investigación ha sido liderada por El País y La Sexta.

En 2016, los Panama Papers destaparon los registros de una de las sociedades offshore utilizadas por el matrimonio Muñoz–Pochetti, Gold Black Limited, y la revelación dio origen a una causa judicial contra Muñoz y su entorno, cuya investigación continuó con la causa “de los cuadernos de las coimas”. Pochetti está procesada por presunto lavado de dinero y deberá afrontar un juicio oral y público, aún sin fecha de inicio, junto a otros acusados de colaborar en la supuesta maniobra.

Pandora Papers arroja nuevas piezas de ese complejo entramado financiero y societario: los escasos documentos en los que Muñoz y Pochetti figuran como accionistas de la offshore Old Wolf Limited, clave en el pase de los fondos para adquirir propiedades en Estados Unidos. Por un breve periodo, la pareja dejó sus nombres conectados con la red offshore. El 12 de enero de 2015, Muñoz adquirió el 50% de las acciones de Old Wolf Limited, y su esposa, el restante 50%. 

De acuerdo con un documento que cuenta con las firmas del matrimonio de puño y letra, menos de un mes después, el 5 de febrero de 2015, Muñoz y Pochetti le transfirieron todas sus acciones en Old Wolf Limited a un ciudadano mexicano, supuesto testaferro de la pareja, según la causa judicial. 

La transacción quedó registrada en los documentos internos del bufete Trident Trust, uno de los proveedores de servicios offshore más grandes del mundo, con más de 900 empleados en oficinas en casi dos docenas de jurisdicciones. Se especializa en constituir empresas y administrar fideicomisos. 

En un formulario de Trident, el estudio informa que el propósito de la compañía Old Wolf Limited era ser “dueña de inmuebles”. Como “origen de los fondos” se indicó “la compra y venta de inmuebles” y “las comisiones vinculadas a esas transacciones”.

“Cada uno de los negocios de servicios corporativos y fiduciarios de Trident está regulado en la jurisdicción en la que opera y está totalmente comprometido con el cumplimiento de todas las regulaciones aplicables. Trident coopera habitualmente con cualquier autoridad competente que solicite información. Trident no habla de sus clientes con los medios”, respondió a ICIJ el proveedor que tuvo al exsecretario presidencial entre sus clientes.

Consultada por el equipo argentino de ICIJ, Pochetti no quiso hacer comentarios. “Agradeció el contacto, pero refirió que no quiere formular ninguna manifestación al respecto”, dijo a través de su defensor oficial, Hernán Silva. 

El caso Muñoz

El exsecretario de Kirchner, fallecido en 2016, estuvo acusado de canalizar parte del dinero presuntamente proveniente de la corrupción, en especial, de los pagos ilegales de empresarios que salieron a la luz en la causa de los cuadernos del chofer Oscar Centeno. Bóvedas, bolsos con dinero cash, presuntos testaferros, la intervención de múltiples financistas argentinos y decenas de firmas y cuentas bancarias offshore se utilizaron para borrar los rastros de la ruta del dinero, de acuerdo con la investigación judicial y la declaración de arrepentidos, como el excontable de la familia Kirchner, Víctor Manzanares. 

A partir de 2010, el dinero de Muñoz comenzó a ser transferido a distintas cuentas de los Estados Unidos y de allí a las manos de agentes inmobiliarios que compraron 16 inmuebles por más de 70 millones de dólares, de acuerdo con la investigación judicial. Desde condominios en Miami hasta un departamento en The Plaza Hotel, sobre la Quinta Avenida de Nueva York.

Según la Justicia, las sociedades en el exterior, las cuentas bancarias y la adquisición de inmuebles se utilizaron para blanquear dinero ilícito y desvincular los fondos de su verdadero dueño. Pero toda la operatoria tuvo su eslabón débil en dos sociedades de las Islas Vírgenes Británicas, un archipiélago en el corazón del Caribe. Es que allí, a partir de 2013, Muñoz y su esposa, Carolina Pochetti, reaparecieron como accionistas de dos firmas que participaron en la supuesta maniobra y sus nombres quedaron en los documentos de Gold Black Limited y Old Wolf Limited.  

En un procesamiento de la causa judicial, firmado el 27 de agosto de 2019 por Claudio Bonadio, el fallecido juez señaló que “los canales de expatriación de dinero” partieron “desde nuestro país hacia las cuentas bancarias a nombre de las sociedades creadas en los Estados Unidos y controladas por firmas constituidas en las Islas Vírgenes Británicas: Gold Black Limited y Old Wolf Limited”, información obtenida por la Justicia a través de cooperación internacional con organismos oficiales. 

 Para agosto de 2016, la operación ya se había completado: todas las propiedades de Muñoz en Estados Unidos se habían vendido y el dinero negro ahora era dinero blanco: 73.677.200 dólares. Parte de esos fondos recalaron en una inversión inmobiliaria en las islas Turks and Caicos.

La ruta

Muñoz y Pochetti contaron con la ayuda de presuntos testaferros, un matrimonio de Mar del Plata, Sergio Todisco y Elizabeth Ortiz Municoy, según la causa judicial. En uno de los registros de Pandora Papers, Todisco aparece como director de Old Wolf Limited, entre noviembre de 2012 y febrero de 2015. Esa fecha es incluso anterior a que Muñoz y su esposa aparecieran como accionistas de la offshore.

En noviembre de 2018, Ortiz Municoy declaró como arrepentida en la causa de los cuadernos y dijo que todas las semanas su marido (Todisco) “visitaba a Muñoz en los domicilios –de Capital Federal– de las calles Alberto Williams, a la vuelta del Parque Saavedra, y en la calle Pedro Ignacio Rivera”. Sobre este último, la imputada colaboradora afirmó que “en la planta alta había un departamento de vivienda donde Muñoz guardaba dinero en una bóveda”. 

La imputada colaboradora detalló: “Muñoz sacaba el dinero que colocaba en mochilas o bolsos y se lo entregaba a mi exmarido, que concurría a este lugar una vez por semana desde 2010. Retiraba entre 500.000 y 1.000.000 de euros o dólares y enviaba este dinero al exterior a través de casas de cambio”.

Ortiz Municoy también declaró que su exesposo utilizaba principalmente dos financieras para remitir el dinero al exterior y que la maniobra comenzó el año de la muerte de Néstor Kirchner. En Buenos Aires, según su declaración, habría utilizado Alec Tour y en Mar del Plata, Jonestur, de Oscar Rigano y Juan Carlos García Navarro. La fiscal federal de Mar del Plata, Laura Mazzaferri, allanó Jonestur y secuestró constancias que daban cuenta de varios giros de dinero al exterior, vía el Principado de Andorra, ordenados por Todisco entre  2010 y 2013. 

Cada uno de los negocios de servicios corporativos y fiduciarios de Trident está regulado en la jurisdicción en la que opera y está totalmente comprometido con el cumplimiento de todas las regulaciones aplicables.

Las beneficiarias de esas transferencias eran compañías: Successfull Ideas Inc, Harbor Golden Inc y Free Experience, que contaban con cuentas bancarias en el Bank of America y el Northern Trust Bank of Florida, en los Estados Unidos. 

 En 2019, otras seis personas fueron procesadas por el fallecido juez Claudio Bonadio por supuestamente haber colaborado con el lavado del dinero de Muñoz a través de financieras locales.

Gracias a la cooperación prestada por las autoridades de los Estados Unidos y Panamá a la Justicia, se detectaron múltiples canales para hacer circular el dinero por sociedades offshore con cuentas bancarias en distintos puntos del planeta. Según detectaron los investigadores, se utilizaron tres sociedades constituidas en Panamá: Global Properties Holding, Jatan Company y Meteoro Company SA. 

La panameña Oruga International Inc utilizó una cuenta del HSBC de Luxemburgo para girar US$3.450.000 a los Estados Unidos. La uruguaya Diremar SA utilizó cuentas suizas, en el UBS y el Deutsche Bank, para hacer dos transferencias de US$150.000 cada una. El dinero de Muñoz también “viajó” por los Emiratos Árabes: la sociedad Kand M Enterprise utilizó el Standard, el Chartered Bank y el NBD Bank para efectuar tres giros a los Estados Unidos que sumaron US$2.078.850. 

Los fondos destinados a la compra del departamento en Nueva York salieron de una cuenta en el HSBC Bank de los Estados Unidos, entre octubre y noviembre de 2011. El 1° de diciembre de 2011 ese monto fue transferido a otra cuenta que al día siguiente compró el departamento en The Plaza, sumando otros US$2,25 millones en concepto de comisiones.