Hace una semana, la policía francesa obligaba a una mujer musulmana a quitarse el burkini en una playa de de Niza. Tres días después, el Consejo de Estado Francés anulaba la prohibición de la prenda en una localidad gala, a lo que respondieron varios municipios asegurando que harían caso omiso a la sentencia. Ahora, la ONU se pronuncia sobre la cuestión: insta a las instituciones francesas a levantar el veto a la prenda de baño.
Ha sido la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, por medio de su portavoz, Rupert Colville, la que ha emitido la declaración de la institución: “Instamos a todas las autoridades locales que han adoptado prohibiciones similares a que las dejen sin efecto de inmediato en lugar de aprovechar el limitado alcance geográfico del dictamen”.
La ONU, por medio de varios tuits en la cuenta de su Oficina para los Derechos Humanos, fundamentaba su postura. “No se puede conseguir la igualdad de género restringiendo las libertades individuales, incluyendo legislar sobre lo que las mujeres eligen llevar puesto”, recalcaba la institución en uno de sus mensajes, al tiempo que instaba a levantar la prohibición a todas las instancias que aún mantuvieran el veto a la prenda.
“La prohibición de ciertas prendas no mejora en nada la situación en términos de seguridad o de orden público”, continúa la ONU, que carga contra uno de los motivos que aducen los defensores de la prohibición, como el primer ministro Manuel Valls. Además, señala que “las normas respecto a la vestimenta afectan de manera desproporcionada a mujeres y niñas, discriminándolas claramente”. Finalmente, recalca que “las limitaciones a la libertad de cada persona a manifestar su propia religión solo se pueden autorizar en circunstancias muy limitadas”.
El Consejo de Estado francés -la máxima instancia administrativa del país- anuló la prohibición del burkini en la localidad -o 'comuna'- de Villeneuve Loubet, en la Costa Azul.
La sentencia se produjo después de que el veto de la prenda fuera denunciado por la ONG francesa 'Liga por los Derechos Humanos' y del Colectivo Contra la Islamofobia en Francia (CCIF). Las organizaciones recordaron que dicha suspensión sentaría jurisprudencia y debía extenderse en la práctica a otros municipios.
Varios políticos franceses se han pronunciado en contra del burkini. El actual primer ministro, Manuel Valls, apoyó expresamente los vetos a la prenda que ahora han sido anulados. También el expresidente galo y aspirante a candidato presidencial Nicolas Sarkozy ha cargado duramente contra dicho traje de baño y ha asegurado que lo prohibirá si llega al poder.