El opositor ruso Alexéi Navalni, condenado a tres años y medio de prisión

El opositor ruso Alexéi Navalni ha sido condenado este martes en un tribunal de Moscú a tres años y medio de prisión por violar las condiciones de la libertad condicional impuestas en un antiguo caso penal de 2014 muy polémico. Descontando el año que pasó bajo arresto domiciliario, Navalni tendrá que cumplir dos años y medio de prisión, según ha informado la cadena estatal RT.

El 17 de enero de este año, Navalni regresó de Alemania a Moscú y fue detenido en el aeropuerto. Las autoridades habían emitido en diciembre una orden de búsqueda y captura contra el opositor por no personarse ante las autoridades por un antiguo caso penal. En este caso de 2014 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) acusó a Rusia de violar los derechos de Navalni y su hermano a un juicio justo. Actualmente estaba en prisión preventiva.

Más de 230 personas han sido detenidas este martes en las inmediaciones del Tribunal Urbano de la capital rusa, donde hay estrictas medidas de seguridad, según informa EFE. El Kremlin ha rechazado todas las críticas occidentales a la detención de Navalni y al desproporcionado uso de la fuerza por parte de la policía contra los manifestantes en las multitudinarias protestas del 23 y 31 de enero en apoyo del opositor y en las que fueron detenidas casi 10.000 personas.

A finales del 2014, un tribunal de Moscú declaró a Alexéi Navalni y a su hermano Oleg culpables de fraude en el ámbito de la actividad empresarial, así como de blanqueo. “La condena penal se basó en una aplicación impevisible del derecho penal y el proceso fue arbitrario e injusto”, derermino el TEDH en su sentencia de 2017.

“En su vendetta contra Alexséi Navalni y sus partidarios, las autoridades rusas han destrozado cualquier imagen de justicia y respeto por los derechos humanos que pudiera quedar. La condena por motivos políticos muestra la verdadera cara de las autoridades rusas, que parecen decididas a encerrar a cualquiera que se atreva a denunciar sus abusos y la represión de los derechos humanos”, ha declarado Natalya Zviagina, directora de la oficina de Amnistía Internacional en Moscú.

“Incluso después de años de documentar violaciones de derechos humanos y abusos cometidos por las autoridades rusas, esta última represión destaca por su crueldad y su gran escala”, ha añadido.

Envenenamiento en Rusia

Navalni regresó a Rusia desde Alemania tras recuperarse de un envenenamiento el pasado 20 de agosto y el cual lo mantuvo varias semanas en coma. La Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), al igual que otros laboratorios nacionales en Alemania, Suecia y Francia, determinaron que el opositor había sido envenenado. El hospital de Siberia que lo trató en primera instancia, sin embargo, dijo no haber encontrado rastros de veneno.

El 14 de diciembre el medio de investigación Bellingcat publica junto a la CNN, Der Spiegel y The Insider una investigación que señala directamente a un equipo de los servicios de inteligencia rusos, FSB, en una operación para matar a Navalni. La información cita con nombre y apellidos a varios agentes supuestamente implicados en el envenenamiento del opositor ruso.

Horas antes de la publicación, Navalni solicitó tener la oportunidad de llamar a los agentes haciéndose pasar por un alto cargo de los servicios de seguridad de Rusia para intentar extraer alguna confesión. Era importante hacerlo antes de la publicación de sus nombres para que estos no sospecharan que era una trampa. Navalni utilizó una aplicación para esconder el número de teléfono y eligió como tapadera una línea del FSB que, según las informaciones de Bellingcat, había estado en contacto en varias ocasiones con los agentes.

Navalni utilizó esta estrategia con dos agentes. El primero intento no tuvo éxito y el interlocutor afirmó antes de colgar: “Sé exactamente quién eres”, según relata Bellingcat, que estuvo presente durante las llamadas. El segundo, Konstantin Kudryavtsev, cayó en la trampa y estuvieron hablando durante 49 minutos.

“¿Por qué fracasó la operación?”, pregunta Navalni. “Bueno, aterrizaron y la situación se desarrolló de una forma que... no fue a nuestro favor, creo. Si hubiese volado durante más tiempo y no hubiese aterrizado abruptamente, tal vez todo hubiera sido diferente. Es decir, si no hubiera sido por el rápido trabajo de los médicos, los paramédicos en la pista de aterrizaje, etc”, contesta el agente.

“Calculasteis mal la dosis o las probabilidades ¿por qué?”, insiste Navalni. “Bueno eso no puedo decir por qué. Según tengo entendido, añadimos un poco más de la cuenta así que...”, responde Kudryavtsev. El agente reconoce que estuvo en Omsk [donde fue ingresado Navalni tras el aterrizaje de emergencia] el 25 de agosto y que su misión era limpiar posibles pruebas

“¿Y en qué prenda se centró su atención? ¿Qué prenda tenía el mayor factor de riesgo?”, pregunta Navalni. “Los calzoncillos”, responde.