Qué está pasando en la guerra: Ucrania intenta avanzar en el sur tras recuperar un pequeño pueblo en su contraofensiva

Tras semanas de intensos combates, las autoridades ucranianas han reconocido oficialmente esta semana la recuperación de la pequeña localidad de Robotine, situada justo al norte de la principal defensiva rusa en la región de Zaporiyia, donde se concentra buena parte de la actividad militar en estos momentos, tres meses después del comienzo de la contraofensiva que se ha desarrollado lentamente en el sur y el este.

“Robotine ha sido liberado”, dijo este lunes Hanna Malyar, viceministra de Defensa ucraniana, después de que el Ejército anunciara la semana pasada que sus tropas habían izado la bandera azul y amarilla en uno de los edificios destruidos de este pueblo, un símbolo del avance táctico que pone de manifiesto los grandes desafíos a los que se enfrenta la contraofensiva ucraniana para atravesar las defensas rusas, reforzadas y bien preparadas.

Robotine se encuentra a unos 10 kilómetros al sur de la ciudad de Oríjiv, cerca de una carretera importante hacia Tokmak, un centro ferroviario y vial ocupado por las tropas de Moscú cuya captura se considera clave en el progreso hacia el sur.

Se da por hecho que el objetivo final de este avance es Melitópol, unos 80 kilómetros más al sur, hacia el mar de Azov, pero hay más capas de defensas rusas en este camino. Melitópol, también ocupada, es una ciudad de importancia estratégica para cortar el llamado corredor terrestre entre Rusia y la península de Crimea en una campaña militar que, según los expertos, está destinada a dividir las fuerzas rusas en el sur.

“Durante los últimos días, Ucrania ha alcanzado la primera línea defensiva principal, pero aún no la ha traspasado”, dice a elDiario.es Emil Kastehelmi, analista de inteligencia de fuentes abiertas y experto en historia militar. Según indica, el Ejército de Kiev tiene que atravesar esta zona para alcanzar “los objetivos estratégicos de esta contraofensiva, que incluyen avanzar hasta el mar de Azov”.

“Ucrania debe avanzar más desde este punto, el éxito obtenido por el momento es solo local”, asegura Kastehelmi. “Si consigue abrir una brecha en la primera línea defensiva principal, puede liberar varias aldeas en las inmediaciones, pero debe ampliar la brecha para crear un efecto más significativo en la situación general. Sin embargo, los objetivos más grandes requerirían abrir una brecha en las dos líneas defensivas principales y capturar ciudades clave de la zona, como Tokmak”, opina.

Un soldado ucraniano ha descrito en redes sociales los detalles de las posiciones defensivas rusas, incluidas las que las fuerzas de Kiev tienen actualmente por delante en el sur. Según explica, en la zona hay zanjas a lo largo de los campos, túneles subterráneos y un sistema de trincheras interconectadas que permiten a las fuerzas rusas facilitar el movimiento de personal, armamento y munición, así como áreas fuertemente minadas que tienen que ser despejadas por los zapadores.

“Para aquellos creen que las fuerzas armadas ucranianas tardaron un tiempo increíblemente largo en expulsar a los rusos de la aldea de Robotine, deben haber pasado por alto el sistema de defensa que había que superar para alejar a los rusos (...) acercarse gradualmente a la aldea, rodearla y finalmente hacerse con el control. Verdaderamente, se ha hecho una tarea monumental”, elogia el soldado.

Este martes el Ejército ucraniano ha informado de un “éxito” no especificado al sureste de la Robotine, en dirección a la aldea de Verbove, también en Zaporiyia. La semana pasada, un comandante que lucha en el sur explicó a la agencia Reuters que creía que ahora comenzarán a avanzar más rápidamente.

Pero en su camino hacia el sur y, a medida que los acontecimientos se desarrollan en el campo de batalla, las tropas de Kiev se enfrentan a “múltiples dificultades”, cuenta Kastehelmi, entre las que coincide en mencionar que las fuerzas rusas han estado utilizando “una gran cantidad de minas” con fines defensivos. “Aunque no todas las líneas defensivas rusas son lo más fuertes posible, seguirán siendo un problema para el atacante”, apunta.

También, sostiene el analista, es difícil operar en los vastos campos abiertos, “ya que el reconocimiento aéreo detectará a distancia a cualquier tropa ucraniana atacante, y los rusos pueden utilizar la artillería contra las unidades que avanzan”. “Sin embargo, los ucranianos también lo saben, y recientemente han llevado a cabo acciones contra la artillería, que han provocado la destrucción de decenas de piezas de artillería rusas”, describe.

Un avance lento

Desde que comenzó en junio, la contraofensiva de Kiev ha avanzado solo unos pocos kilómetros y parece haberse cobrado importantes bajas. Las tropas ucranianas también están a la ofensiva al sur de Bajmut, al este del país, capturada en mayo por las fuerzas rusas tras meses de una costosísima batalla de desgaste. Según han publicado varios medios occidentales, el enfoque en torno a Bajmut ha desconcertado a Washington, que ha pedido a Kiev que concentre su contraofensiva en el frente sur.

En este sentido, el avance ucraniano sobre Robotine se ha producido tras las informaciones publicadas sobre una reunión celebrada este agosto de altos jefes militares de la OTAN y el máximo general de Ucrania para restablecer la estrategia militar de Ucrania.

El New York Times citó la semana pasada a fuentes estadounidenses y otros países occidentales que aseguraron que la ofensiva había logrado avances limitados porque Ucrania tenía demasiadas tropas en los lugares equivocados. Según el diario estadounidense, las autoridades de EEUU dijeron a los líderes ucranianos que pueden asegurar el terreno alrededor de Bajmut con muchas menos tropas y que debían reasignar fuerzas a objetivos en el sur.

De acuerdo con el Times, en una videoconferencia el 10 de agosto el general Mark A. Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto de EEUU, así como su homólogo británico y el máximo comandante estadounidense en Europa pidieron al comandante militar de mayor rango de Ucrania, el general Valeriy Zaluzhnyi, que se centrara en un frente principal, algo con lo que estuvo de acuerdo. El Wall Street Journal también ha informado de que Washington ha instado a Kiev a concentrar sus fuerzas al norte de Tokmak –donde se ubica Robotine–.

Mientras intenta despejar cualquier sugerencia de diferencias con EEUU, Ucrania ha defendido su estrategia y ha asegurado que tiene que luchar en un frente amplio y tiene que responder a nuevos ataques. El Ejército ruso sigue centrado su esfuerzo ofensivo en el norte, donde se han producido algunos avances en torno a Kupiansk, en la región de Járkov, en la que se han intensificado los bombardeos casi un año después de que fuera recuperada por Ucrania tras permanecer durante meses bajo control de Moscú.

“La contraofensiva ucraniana ha sido lenta y aún no ha logrado ningún objetivo significativo. Es probable que no se alcance el mar de Azov este año, pero por lo demás, aún es posible que se produzcan acontecimientos positivos, si Ucrania consigue cierto impulso y lo mantiene”, asegura Kastehelmi. “También hay muchos factores que desconocemos y que afectarán a la situación; por ejemplo, desconocemos el estado real y las pérdidas de las unidades rusas”, aclara.

El destacado analista estadounidense Michael Kofman ha reiterado que esta contraofensiva “no va a resolver la guerra”. “Es un poco pronto para escribir la historia de esta ofensiva. Dicho esto, está claro, sin embargo, que la operación ofensiva en esta etapa no va a revertir dramáticamente la situación actual en esta guerra. No necesariamente llevará a los ucranianos a Crimea. Esto no resultará en la captura de Crimea en el corto plazo”, advierte en el último episodio del podcast The Russian Contingency.