El Gobierno británico ha pedido a la policía que investigue una decena de encuentros que el ex primer ministro Boris Johnson celebró en Downing Street y Chequers, una residencia oficial en el campo. Los funcionarios encargados de examinar registros oficiales creen que Johnson participó en unos 12 eventos que no habían sido identificados hasta ahora y que no cumplieron las restricciones para frenar los contagios de COVID impuestas por el propio Gobierno.
Según ha revelado el periódico The Guardian, se trata de encuentros sociales en la sede del Gobierno y residencia del primer ministro, el 10 de Downing Street, y en Chequers, la mansión al noroeste de Londres reservada habitualmente para recibir a mandatarios de otros países y que Johnson y su familia utilizaron durante los confinamientos de 2020 y 2021. Hasta ahora no hay detalles de qué tipo de reuniones eran, pero una fuente dijo a este periódico que había señales “delictivas” en relación a las normas en vigor entonces. Rachel Johnson, hermana del primer ministro, dice que “todas las reglas se cumplieron” cuando ella estuvo como invitada en Chequers.
En abril de 2022, la policía ya multó a Johnson, a su esposa Carrie, y al actual primer ministro, Rishi Sunak, por saltarse las reglas con reuniones o festejos con demasiadas personas, que no respetaban las distancias de seguridad y que no cumplían los requisitos de excepciones laborales durante los momentos con las normas más restrictivas (el Reino Unido fue uno de los países que aplicó cierres más duros durante más tiempo en 2020 y 2021). Esta nueva investigación podría dar lugar a nuevas sanciones para Johnson y para otros cargos públicos todavía en el Gobierno, pero la principal consecuencia puede ser el mes que viene en la Cámara de los Comunes.
Se espera que a finales de junio la comisión parlamentaria encargada de examinar el comportamiento del ex primer ministro decida si le sanciona por mentir a la Cámara de los Comunes al asegurar que no tenía conocimiento de haber violado las reglas. Si la comisión impone a Johnson una suspensión de al menos 10 días, eso supone que tendrá que dejar su escaño. La Cámara, que es de mayoría tory, tiene que aprobar cualquier sanción contra Johnson antes de que eso suceda.
Boris en Texas
El ex primer ministro, que dimitió en julio del año pasado, acusa al actual premier de haber orquestado una persecución contra él por motivos políticos. Johnson, que esta semana estaba de visita en Dallas y Austin, en Texas, repite que se trata de una “caza de brujas” de su propio partido y su antiguo ministro.
Pero la oficina de Sunak asegura que ni siquiera sabía que funcionarios habían informado a la policía de estos últimos eventos sospechosos. Esto sucedió después que abogados de Johnson encargados de representarle en otra investigación oficial sobre la gestión de la pandemia hablaran con miembros del gabinete del Gobierno sobre los diarios oficiales que registran la actividad del primer ministro y que mostraban eventos sospechosos con familiares y amigos, según el diario The Times, el primero que publicó la información sobre la nueva investigación.
Según un portavoz del gabinete, la información “se identificó como parte de la revisión normal de posibles documentos relevantes”. Heather Hallett, ex jueza y la miembro de la Cámara de los Lores encargada de la investigación sobre la gestión de la pandemia, ha pedido los diarios y los mensajes de WhatsApp de Johnson íntegros.
La policía de Thames Valley, la encargada de la zona donde está la residencia de Chequers, dice que recibió la información sobre las posibles violaciones de las reglas sanitarias el 18 de mayo, después de un primer contacto dos días antes. Según Downing Street, Sunak supo del envío de estos datos a la policía entre el 19 y el 23 de mayo.
A la pregunta de si Sunak participó en algunos de los eventos sospechosos, su portavoz dijo: “No, desde luego que no”.