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Polonia asegura al resto de líderes europeos que la UE corre el riesgo de “convertirse en un organismo centralizado sin control democrático”

El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, el 30 de noviembre en Varsovia.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
18 de octubre de 2021 14:52 h

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“La Unión Europea no es ni debe convertirse finalmente en un organismo gestionado de forma centralizada sin el control democrático de los ciudadanos soberanos de los países europeos que expresan su voluntad a través de los Estados miembros”. El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, se ha adelantado 24 horas a su comparecencia en el Parlamento Europeo para debatir sobre la deriva autoritaria en Polonia. Y lo ha hecho con una carta enviada al resto de jefes de Estado y de Gobierno, algunos de ellos –como España– personados frente a la demanda presentada por Varsovia y Budapest ante la Justicia Europea contra la vinculación de los fondos europeos y el cumplimiento del Estado de Derecho.

Morawiecki llega este martes a Estrasburgo después de la sentencia del Tribunal Constitucional polaco que sitúa al país fuera del ordenamiento jurídico europeo por negar la primacía de la legislación europea y sus tribunales.

“El principio de la primacía del Derecho de la UE cubre todos los actos jurídicos cubiertos por las competencias de la Unión. Sin embargo, este principio no es ilimitado. La primacía de la legislación de la UE sobre la legislación nacional existe y es amplia, pero tiene sus límites”, argumenta el primer ministro polaco, cuyo país se encuentra con los fondos de recuperación bloqueados por la deriva autoritaria y homófoba de su Gobierno: “Ningún organismo de la Unión Europea puede emprender ninguna acción que no esté autorizada por los Tratados. El Tribunal Constitucional polaco no declara que las disposiciones del Tratado de la Unión Europea sean totalmente incompatibles con la Constitución polaca. Se limita a señalar que una interpretación muy concreta de determinadas disposiciones del Tratado, fruto de la reciente jurisprudencia del Tribunal de Justicia, es incompatible con él”.

El primer ministro polaco se defiende ante la “interpretación que los jueces de los tribunales polacos estarían obligados a aplicar el principio de primacía del derecho europeo no solo sobre las leyes nacionales de rango estatutario, lo que no suscita dudas, sino también a violar su propia Constitución y las propias sentencias del Tribunal Constitucional, significaría que la Unión Europea dejaría de ser una unión de países libres, iguales y soberanos, y que ella misma, por el método de los hechos consumados, se transformaría en un organismo estatal gestionado centralmente, cuyas instituciones pueden imponer lo que estime oportuno en sus 'provincias”.

“Lamentablemente”, dice el primer ministro polaco, “hoy nos enfrentamos a un fenómeno muy peligroso en el que algunas instituciones de la Unión Europea usurpan poderes que no tienen en virtud de los Tratados e imponen su voluntad a los Estados miembros per fas et nefas [por las buenas o las malas]. Esto es especialmente cierto hoy en día, cuando se intenta utilizar herramientas financieras para este propósito. Sin ningún fundamento jurídico, se intenta obligar a los Estados miembros a hacer lo que las instituciones de la Unión les dicen que hagan, tengan o no un fundamento jurídico para imponer tales órdenes”.

Según Morawiecki, “tal práctica no puede aceptarse no solo porque sea ilegal, sino sobre todo porque es peligrosa para la continuación de la Unión Europea, debilitando a todos sus Estados miembros. Hoy, la atención de las instituciones de la UE se centra en Polonia. Polonia estará decidida a defender su soberanía. Sin embargo, si por la fuerza son capaces de obligar a un país a actuar en violación de su soberanía, sería un precedente, cuyos efectos también afectarán a otros países en el futuro. La Unión no es ni debe convertirse finalmente en un organismo gestionado de forma centralizada sin el control democrático de los ciudadanos soberanos de los países europeos que expresan su voluntad a través de los Estados miembros de la UE. Es imperativo que comencemos a trabajar la comprensión. Y que el lenguaje del chantaje financiero, el castigo y el ”hambre“ de los estados rebeldes, el lenguaje de las presiones antidemocráticas y centralistas no aparezca en la política europea”.

“Polonia está lista para el diálogo”, dice el primer ministro polaco: “ Podemos hablar de todo, siempre que lo hagamos con un espíritu de respeto mutuo, sin tratar de obligarnos a renunciar a nuestra soberanía. Hoy es el momento de actuar juntos, no de enfrentarse unos a otros. Necesitamos coraje para superar problemas reales”.

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