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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Uruguay acoge un encuentro de países europeos y latinoamericanos sobre Venezuela: “Es una buena señal”

Montevideo celebrará este jueves una conferencia internacional para abordar la crisis de Venezuela e intentar crear un mecanismo de diálogo. La iniciativa surgió de parte de los gobiernos de México y Uruguay, que han adoptado una posición de no intervención y se han ofrecido para mediar la situación después de que el 23 de enero el líder opositor venezolano Juan Guaidó se autoproclamara presidente “encargado” de Venezuela.

Por su parte, el pasado domingo, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, informó que copresidiría esta conferencia y anunció la creación de un grupo de contacto entre países europeos y latinoamericanos con el objetivo de que pueda surgir un proceso político y pacífico en Venezuela a través de la celebración de elecciones presidenciales “libres y democráticas”.

El grupo internacional de contacto contará con la participación de representantes europeos de España (con la presencia del ministro de Exteriores Josep Borrell), Francia, Alemania, Italia, Holanda, Portugal, Suecia y Reino Unido, mientras que por la parte latinoamericana estarán presentes Bolivia, Costa Rica, Ecuador, México y Uruguay. A excepción de Bolivia, que respalda al gobierno de Nicolás Maduro, y de la posición neutral de México y Uruguay, el resto de estas naciones ya han reconocido a Guaidó como presidente interino del país caribeño.

Si bien Maduro expresó hace días su compromiso con el diálogo, Guaidó, líder de la Asamblea Nacional venezolana (parlamento unicameral de mayoría opositora), ya ha manifestado que rechazaba esa vía.

Para conocer más detalles del encuentro de este jueves, eldiario.es entrevista al presidente del Parlamento del Mercado Común del Sur (Parlasur) y diputado del Movimiento de Participación Popular del gobernante Frente Amplio uruguayo, Daniel Caggiani, quien destaca la presencia de países europeos en esa reunión y asegura que lo importante es evitar un conflicto en la región.

¿Qué se puede esperar de esta conferencia internacional?

Más allá de las diferencias políticas, el diálogo tiene que primar. Se van a establecer los términos de referencia; qué considera cada uno de los países participantes que debe tener el contenido del diálogo político. Hay países que ya han reconocido a Guaidó como presidente encargado de Venezuela, como es el caso de España, Costa Rica o Ecuador, y van a participar igualmente en la conferencia. Que haya países de la Unión Europea (UE) que se presten a venir a Uruguay con una representación importante es una buena señal para la región y para el mundo. El grado de beligerancia que ha tomado la situación en Venezuela creo que ha hecho recapacitar a otros países y eso también es importante. No queremos que en América Latina se abra un conflicto armado.

Lamentablemente, hoy no existe un espacio que apueste por la multipolaridad dentro de América Latina o un ámbito multilateral que no tenga una posición tan marcada como la tiene hoy la OEA (Organización de los Estados Americanos), cuyo secretario general (el uruguayo Luis Almagro) es juez y parte del conflicto venezolano, y eso no ayuda. Es necesario ver cómo la región construye un espacio que trascienda estos temas y pueda darle una contención. Ahora hay que ver qué puede surgir de este encuentro y, seguramente, más adelante, habrá otras instancias.

Si el diálogo no prospera, ¿Qué puede ocurrir en Venezuela?

No sabemos qué puede pasar. Por ahora tenemos un plazo de 90 días (que es el tiempo que ha dado la UE para lograr una salida pacífica a la crisis) y es importante que todos los países que participamos en esa instancia pongamos los mayores esfuerzos. Si se necesita un poco más de tiempo para seguir trabajando, estaría bien que hubiera flexibilidad. Queremos evitar un derramamiento de sangre mayor. Hay que apostar por que estos mecanismos funcionen y sobre todo tener mucha responsabilidad. Esperemos que esto funcione y que los venezolanos puedan vivir mejor.

Hay muchas voces que consideran que ser neutral es ser cómplice del gobierno venezolano. ¿Qué opina usted?

Es verdad que la neutralidad no existe. Nosotros (Uruguay) tenemos una convicción muy importante y somos muy adeptos a la defensa de la autodeterminación y a la defensa del derecho internacional. Tal vez eso en un mundo tan conflictivo y agitado como el de hoy en día es hasta casi revolucionario. Somos defensores de la paz y el diálogo político, esa es nuestra principal bandera, en eso no somos neutrales, somos muy comprometidos. Una posición mucho más fácil que podrían haber tomado los gobiernos de México y Uruguay sería la que han adoptado otros países de América Latina; esta es una posición mucho más comprometida con la paz.

Si bien la autoproclamación de Guaidó como presidente interino de Venezuela es considerada por muchos como ilegal, tampoco Maduro está logrando sacar a su país de la grave crisis que atraviesa...

No estamos hablando de un país en pleno funcionamiento político, social y económico, eso sin duda, y ese es uno de los principales problemas de Venezuela. Pero creo que aquí se trata de ver cómo se pueden construir grandes esfuerzos nacionales para que esa situación se pueda analizar y diagnosticar de manera parecida. La vía que proponen las partes no parece ser la más adecuada, pero creo que también tiene que haber un compromiso del concierto internacional de respetar lo que en Venezuela se resuelva.

Las sanciones de EEUU a Caracas son un problema para la sociedad venezolana, se han cruzado líneas complejas y eso puede ser una señal de que puede ocurrir algo más grave. El elemento fundamental es cómo lograr que un país que tiene el 20% de las reservas de petróleo del mundo, que tiene reservas de oro, de coltán y otros minerales importantes, pueda tener un desarrollo que permita repartir esa riqueza con su ciudadanía. Ese es uno de los elementos que están encima de la mesa.

La mesa directiva del Parlasur también ha dicho que realizará una reunión el 11 de febrero en Uruguay con el objetivo de analizar la situación en Venezuela...

La idea es convocar a las autoridades del Parlasur, que son los vicepresidentes de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela -pese a estar suspendido-. Más allá de que hay posiciones diversas, el Parlasur ha tenido una mirada más dialoguista en ese sentido. Nos vamos a reunir para analizar lo que está sucediendo en Venezuela y poder recoger las informaciones preliminares de lo que ha sucedido en instancias como la que se celebrará este jueves.

Usted asumió la presidencia del Parlasur en diciembre de 2018 y estará al frente del organismo durante todo este año. ¿Qué retos tiene el Mercosur por delante?

El Mercosur -fundado en 1991- no es el mismo que en sus inicios, cuando tenía una visión más comercialista y neoliberal, y fue incorporando otras visiones de la integración como es el respeto a la democracia y a los derechos humanos, además de la dimensión socio-laboral, educativa y productiva. Sin duda, existen muchas luces y sombras en el proceso de integración, pero también hay activos importantes. Se trata de buscar soluciones comunes a problemas comunes. Uno de los retos que tiene el Mercosur es poder crear una agenda externa común mucho más ambiciosa que logre concretar acuerdos comerciales y que permita a nuestros principales productos de exportación tener preferencias arancelarias y preservar el mercado común.

El Mercosur tiene que reinventarse para poder tener un mejor proceso de integración, pero no son buenos momentos para la integración en un mundo donde avanza el proteccionismo y donde las derechas xenófobas plantean la construcción de muros contra migrantes. Quizás hoy la bandera de la integración sería una de las más importantes para levantar, aunque lamentablemente los países de la región no ven esa posibilidad. Por eso el Parlasur juega un papel importante para debatir estos temas. Lo importante es pensar a largo plazo y el proyecto del Mercosur es necesario para que nuestros países tengan un nivel de desarrollo y de insernación nacional menos dependiente. No existe desarrollo de nuestros países sin la integración regional.

¿Cómo van las negociaciones entre el Mercosur y la UE?

Lamentablemente hace más de veinte años que estamos negociando un acuerdo con la UE y el mundo ha cambiado: hoy China es el principal socio comercial de los países del Mercosur. Somos la región con la principal reserva de agua del mundo, el acuífero guaraní, y somos los principales productores de carne y soja, pero también somos la región que peor distribuye.

El Mercosur ha hecho un esfuerzo importante en los últimos años para poder tener un proyecto común, pero Europa parece no estar muy preocupada en cerrar un acuerdo, no es su prioridad. Europa está más preocupada por solucionar otros temas de la agenda interna como el Brexit, los problemas con Hungría y Polonia o los chalecos amarillos en Francia. Hoy la pelota está en sus manos.