Ocho asuntos concretos que se quedan en vilo tras el rechazo al acuerdo del Brexit

El Parlamento británico ha rechazado el acuerdo alcanzado entre la Unión Europea y Theresa May para lograr una salida ordenada del bloque comunitario. El acuerdo, ahora descartado, regulaba la salida y parte de la futura relación entre ambas partes para dar seguridad en determinados sectores. Ahora, la incertidumbre es lo único seguro y estos son solo algunos de los puntos que quedan en el aire tras la derrota de Theresa May en la Cámara de los Comunes.

Derechos de los ciudadanos

El acuerdo garantizaba que los más de tres millones de ciudadanos comunitarios que viven en Reino Unido y que el millón de ciudadanos británicos que vive en la UE podrían seguir viviendo, trabajando o estudiando disfrutando de un trato igual al de los nacionales anfitriones. El texto negociado garantizaba su derecho a la atención médica, las pensiones y otros beneficios de la seguridad social.

El Gobierno británico ha prometido proteger los derechos de los ciudadanos comunitarios en caso de que no haya acuerdo, pero el estatuto de los británicos en la UE está en el aire. En caso de que no haya acuerdo ni nuevas regulaciones europeas, la jurisdicción ahora residiría en cada uno de los Estados miembros. En un plan de contingencia publicado por la UE en el caso de un Brexit sin acuerdo se rogaba a los 27 Estados miembros a “adoptar una estrategia generosa respecto a los ciudadanos británicos que ya son residentes en su territorio”.

Frontera en Irlanda del Norte

La frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, que se convertirá en línea de separación entre Reino Unido y el resto de la Unión Europea ha sido el motivo principal del rechazo al acuerdo alcanzado entre Theresa May y Bruselas.

El documento negociado entre ambas partes incluía una cláusula para evitar el restablecimiento de una frontera dura en la isla mediante la cual Reino Unido permanecería en la unión aduanera e Irlanda del Norte también estaría alineada con ciertas normas del mercado único a menos que Londres y Bruselas presentasen una solución alternativa para la frontera o hasta que estableciesen una nueva relación comercial entre ambas partes.

En la práctica, esta cláusula dificultaba a Reino Unido la salida de la unión aduanera y del mercado único europeos, una de las principales promesas del Brexit. Sin embargo, sin un nuevo acuerdo de por medio, tendrá que haber una frontera formal en la isla de Irlanda que separe una país de la Unión Europea, Irlanda, de un país tercero, Reino Unido (Irlanda del Norte).

Gibraltar

La situación de Gibraltar queda en el aire. El acuerdo rechazado no hacía ninguna mención explícita a esta región, y ello enfureció a España, que consideraba que tenía que tener un papel especial a la hora de negociar la futura relación entre El Peñón y la UE y que amenazó con rechazar el acuerdo en el Consejo Europeo.

La cuestión se solucionó tras una negociación bilateral entre Pedro Sánchez y Theresa May. Ambos líderes cantaron victoria ante su público. “Europa y Reino Unido han aceptado las exigencias de España sobre Gibraltar”, señaló entonces el presidente. Pero si no hay acuerdo, ¿sigue vigente lo negociado entre May y Sánchez? Algunos dicen que como el resultado de aquellas negociaciones iba vinculado a las conclusiones del Consejo Europeo y no al acuerdo en sí mismo, el papel de España en materia de la futura relación con Gibraltar no decae.

Las empresas españolas más afectadas

La agencia calificadora Standard & Poor's ya lo dijo en 2016. España sería el octavo país más afectado por la salida de Reino Unido de la UE, según el Índice de Sensibilidad al Brexit. Telefónica, el Santander, Sabadell, Ferrovial, Zara o Iberia son algunas de las empresas que más tienen en juego en el país anglosajón.

Desde el ICEX, se hizo hace tiempo un llamamiento a las empresas para que elaborasen planes de contingencia y estar preparados ante cualquier escenario. Reino Unido es el tercer cliente de bienes y servicios de España y primer destino de inversiones.

El caso de Iberia

Uno de los asuntos que más preocupa a los españoles es lo que sucederá con los vuelos de Iberia y sus filiales si finalmente no se alcanza ningún acuerdo con la UE. La aerolínea Iberia forma parte del grupo británico IAG. Si se cumple lo que algunas fuentes comunitarias aseguran, en un escenario sin acuerdo no se permitirán vuelos domésticos dentro de la UE o conexiones con escala en Europa a aerolíneas de Reino Unido.

Desde Europa se ha confirmado que para mantener la posibilidad de proporcionar sercivios aéreos dentro del espacio comunitario, la aerolínea en cuestión tiene que estar controlada por una empresa que tenga sede en la UE.

El Ministerio de Fomento dijo la semana pasada que Iberia es “una compañía aérea española” con “licencia de explotación emitida de acuerdo a la normativa europea”, y confía en que el grupo británico IAG en el que está integrada lleve a cabo “los ajustes necesarios” ante el desafío del Brexit.

Por su parte, el consejero delegado e IAG, Willie Walsh, dijo en octubre que su compañía es un negocio europeo y que va a permanecer en el bloque. Los planes exactos del conglomerado ante el Brexit se desconocen.

Turismo

La devaluación de la libra, el nuevo coste de los billetes de avión o que los turistas británicos ya no cuenten con libre circulación en los países de la UE son algunas de las consecuencias que pueden hacer que el principal país emisor de turistas rumbo a nuestro país deje de venir de vacaciones.

Según una investigación llevada a cabo por la feria de turismo de Londres (la World Travel Market), hasta 20 millones de británicos podrían dejar de viajar a países europeos en el próximo verano. Si tienen que pagar por un visado, un 58% preferiría un destino alternativo.

Durante esa misma feria, la ministra de Industria, Comercio y Turismo Reyes Maroto se reunió con los operadores turísticos que, al parecer, le transmitieron mucha tranquilidad. Según lo hablado, la demanda turística de los británicos no decaerá por culpa del Brexit.

Canal de la Mancha

En el Canal de la Mancha lo que más preocupa a la Asociación de Transporte por Carretera son los retrasos y las colas kilométricas. En un escenario sin acuerdo, llevará horas a cada transportista rellenar los formularios necesarios que porte comida o bienes desde Francia. El director de este colectivo, Rod McKenzie, considera que el Gobierno está minimizando esta situación y que la realidad es que un Canal sin acuerdo sería una catástrofe.

En las últimas horas, también se ha acrecentado el temor a que el retraso en las fronteras produzca el desabastecimiento de algunos alimentos. Según un informe de la organización británica Food and Drink Federation, las barritas Mars podrían agotarse en unas semanas porque dos de sus ingredientes no se pueden almacenar.

Los británicos en España

Un Brexit duro también complicará la vida de los británicos que viven en España. Según el INE, unos 250.000 ingleses viven en nuestro país, casi todos en zonas costeras. Sus principales dudas tienen que ver con los visados que se necesitarían o si podrían seguir recibiendo asistencia sanitaria gratuita que hasta ahora recibían por pagar los impuestos aquí.

La asistencia sanitaria entre países de la Unión Europea está garantizada aunque exige trámites para asegurar que los gastos repercuten en el estado donde el paciente cotiza. Lo más normal es obtener una Tarjeta Sanitaria Europea que asegura el acceso sanitario en los países de destino temporal. Sin el paraguas europeo, se hará necesario un acuerdo específico o que los visitantes exhiban un seguro médico.

Pero, más allá de esa circunstancia temporal, si un británico tiene trabajo y residencia tiene condición de “asegurado”, según lo define el Ministerio de Empleo, y por lo tanto derecho al Sistema Nacional de Salud sustentado con “fondos públicos”.