El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha dado su versión por primera vez de los detalles de su reunión con Yevgueni Prigozhin y otros comandantes de Wagner, que tuvo lugar cinco días después de la fallida rebelión del grupo mercenario.
En una entrevista con el diario ruso Kommersant, el líder ruso dice que ofreció a los combatientes de Wagner opciones para reunirse “en un solo lugar” y “seguir sirviendo”.
“Todos ellos podían reunirse en un mismo lugar y continuar sirviendo. Nada cambiaría para ellos. Les dirigiría la misma persona que fue su comandante real todo ese tiempo”, dice Putin acerca del contenido de su propuesta a Wagner en una reunión con 35 comandantes del grupo en el Kremlin el pasado 29 de junio.
De acuerdo con el periódico, la persona a la que se refería el líder ruso es un comandante de Wagner conocido como Sedói (Pelo Canoso). Putin asegura que tras escuchar la propuesta, muchos de los presentes en la reunión comenzaron a asentir con la cabeza, pero Prigozhin no lo vio y respondió: “No, los chicos no están de acuerdo”.
“Por un lado, en la reunión con ellos hice una evaluación de lo que habían hecho en el campo de batalla y, por otro, de lo que habían hecho durante los sucesos del 24 de junio. En tercer lugar, les mostré posibles opciones para su futuro servicio, incluso en combate. Eso es todo”, dice el presidente ruso. Según indica, terminaron en tres horas.
“No existe”
A la pregunta del periodista de Kommersat sobre si Wagner se conservará como unidad de combate tras el fallido motín, Putin respondió que esa compañía militar privada “no existe”.
“¡PMC 'Wagner' no existe! No tenemos una ley sobre organizaciones militares privadas. Sencillamente, ¡no existen!”, exclama Putin y agrega que se trata de un asunto jurídico relacionado con la “legalización real” de este tipo de empresas paramilitares. “Ese asunto debe ser debatido en la Duma (cámara baja del Parlamento y el Gobierno. No es un asunto fácil”. Según apunta Kommersant, Putin estaba hablando en ese momento “como un abogado” (el líder ruso estudió Derecho en Leningrado).
Según dijo esta semana el Kremlin, en el encuentro con Wagner el 29 de junio, Putin escuchó “las explicaciones de los comandantes” sobre el motín que protagonizaron cinco días atrás y les ofreció opciones de empleo después de la rebelión.
“Los propios comandantes expusieron su versión de lo sucedido y destacaron que eran acérrimos partidarios y soldados del jefe de Estado y del comandante en jefe”, señaló el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov. Los dirigentes de Wagner “también dijeron que estaban dispuestos a seguir luchando por la Patria”, agregó.
El mes pasado, el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, ordenó a todos los “destacamentos de voluntarios” en el frente de Ucrania que firmaran contratos con el ministerio antes del 1 de julio, obligando en la práctica a los grupos mercenarios a alinearse con el Kremlin o ser considerados ilegales.
La medida fue vista por muchos analistas como una manera de contrarrestar la creciente visibilidad del líder de Wagner, que rechazó la orden y posteriormente lanzó su motín el 24 de junio. Aquel día, los mercenarios tomaron el control del cuartel militar de una ciudad del sur de Rusia y avanzaron hacia Moscú, antes de darse media vuelta tras llegar a un acuerdo con el Kremlin que puso fin a la rebelión.
Putin admitió el 27 de junio que el Grupo Wagner, que solía ser una de las organizaciones más opacas de Rusia, estaba “totalmente” financiado por Rusia. “Para que todo el mundo lo sepa”, dijo Putin, según recoge la agencia rusa Tass. “Solo entre mayo de 2022 y mayo de 2023, el Estado pagó a la empresa [propietaria] Wagner 86.262 millones de rublos por salarios de los combatientes y pagos de incentivos”.
También aseguró que la empresa de catering de Prigozhin ganó otros 80.000 millones del Estado por el suministro de alimentos y la prestación de servicios de catering al Ejército“.