El descontento en Syriza contra el acuerdo firmado por Alexis Tsipras con los gobiernos europeos ha golpeado de lleno al Comité Central del partido, donde la rebelión ha sido mayor de lo que se esperaba. 109 de los 201 de los miembros del Comité han firmado un comunicado que descalifica el acuerdo en los términos más duros: “El 12 de julio, se produjo en Bruselas un golpe de Estado que demostró que el objetivo del liderazgo europeo es la aniquilación para dar ejemplo de un pueblo que buscaba otro camino a seguir más allá del modelo neoliberal de austeridad extrema”.
Sin embargo, el hecho de que más de la mitad de la dirección del partido se oponga al acuerdo que Tsipras quiere que salga adelante no quiere decir necesariamente que la aprobación en el Parlamento corra peligro. Sólo 15 de esos 109 críticos son diputados, y en el grupo parlamentario el primer ministro goza de una posición mucho más sólida.
Si hasta 40 diputados votaran en contra o se abstuvieran, la luz verde a las nuevas leyes sería posible gracias a los votos de los diputados de Nueva Democracia, Potami y Pasok, pero eso dejaría muy debilitado al líder de Syriza.
Tsipras ha informado a los diputados en una reunión del grupo este miércoles y ha dejado claro que no le vale con que se critique el acuerdo con la troika: “Quien tenga una alternativa mejor, que venga y me la diga”. Antes de su intervención, ha sido recibido con un fuerte aplauso por los miembros del grupo parlamentario. La presidenta del Parlamento, Zoe Konstantopoulou, una de las principales críticas contra el acuerdo, se ha levantado para abrazar a Tsipras a su llegada para intentar simbolizar que Syriza no está abocada a la fractura interna.
Alexis Tsipras aún confía en mantener el mismo Gobierno de coalición sin necesidad de convocar elecciones anticipadas. Algunos cambios en el Gabinete serán inevitables, sobre todo si se confirma la intención de exigir a los ministros y viceministris que no voten a favor del acuerdo que abandonen el Ejecutivo. El ministro de Energía, Panayiotis Lafazanis, el dirigente más destacado del ala izquierda, ya ha dicho que piensa votar en contra, pero que no dimitirá.
Quien sí lo ha hecho ha sido la viceministra de Finanzas, Nadia Valavani, así como el secretario general del Ministerio. Valavani ha escrito en una carta dirigida a Tsipras que la capitulación forzada por la troika ha sido tan inmensa que no permite reagrupar las fuerzas y continuar la batalla contra una política rechazada siempre por Syriza.
Su jefe hasta hace no mucho tiempo, el exministro Varufakis, ha intervenido en el artículo para erigirse en la cara más mediática de aquellos diputados que descalifican el acuerdo, incluso después de que Tsipras afirmara en una entrevista que no hay alternativa posible. Varufakis comparó el acuerdo con el Tratado de Versalles, que impuso reparaciones de guerra exageradas a Alemania tras la Primera Guerra Mundial, y destacó que sin reestructuración de la deuda todo está condenado al fracaso.
El proceso de aprobación de las reformas legislativas impuestas por la troika se ha iniciado esta tarde a nivel de comisión. Horas después, la discusión pasará al pleno y se espera que se vote a las 21.00, hora española, aunque podría ser más tarde. Según el acuerdo, las reformas debían estar aprobadas antes de que acabe el miércoles.