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Los expertos temen que una debacle en EEUU por el coronavirus pueda arruinar la recuperación en el resto del mundo

Donald Trump durante una visita en Phoenix este martes.

Javier Biosca Azcoiti

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Estados Unidos se ha convertido en el foco internacional de la pandemia de coronavirus y su papel como corazón del sistema económico mundial y gran arquitecto del sistema internacional determinará el porvenir del resto del mundo. Con 73.566 muertos, el país norteamericano acumula el 27,8% de todas las víctimas mortales registradas en el mundo por la COVID-19, según datos de la universidad John Hopkins. Además tiene actualmente el 42% de todos los casos activos registrados en el planeta.

A pesar de las recomendaciones de sus expertos sanitarios, el presidente Donald Trump está presionando por la reapertura porque “este país no se levantó para estar cerrado”. “No podemos mantener nuestro país cerrado, tenemos que abrirlo. La gente no lo va a aceptar y no debería hacerlo. Tenemos un gran país, no lo podemos mantener cerrado”, insistió el miércoles el presidente.

En el pasado, el desastre económico ha saltado rápidamente de la principal potencia económica mundial al resto del mundo. Pasó en la Gran Depresión de 1929, pasó en la Gran Recesión de 2008 y los expertos temen que pase en el Gran Cierre de 2020. “Es muy probable que este año la economía global sufra su peor recesión desde la Gran Depresión, superando la vivida hace una década durante la crisis financiera global”, señala el último informe de perspectivas de la economía mundial elaborado por el FMI. Según los datos del organismo, la evolución de la producción mundial en 2020 será de un -3% (en la crisis de 2008 fue de -0,1%). En el caso de EEUU, el PIB pasará de un crecimiento de 2,3% en 2019 a uno de -5,9% este año.

“Se proyecta que el llamado Gran Cierre hunda dramáticamente el crecimiento global. Una recuperación parcial está prevista para 2021, pero el nivel de PIB seguirá por debajo de la tendencia anterior al virus, con una incertidumbre considerable sobre la fortaleza de dicha recuperación”, sostiene el FMI. “Resultados de crecimiento mucho peores son posibles e incluso probables. Esto ocurriría si la pandemia y las medidas de contención duran más tiempo, si las economías emergentes se ven más gravemente afectadas, si persisten unas condiciones financieras ajustadas o si se producen efectos de 'cicatrización' debido a los cierres firmes y un desempleo prolongado”, añade.

Juan de Lucio, profesor de Economía Mundial en la Universidad de Alcalá de Henares, señala: “El peso de Estados Unidos en el mundo es aproximadamente un 15% y viene experimentando una tendencia decreciente principalmente por el impulso de los países asiáticos. Esta tendencia continuará en 2020 y probablemente se agravará”. “EEUU es una pieza fundamental en la maquinaria económica mundial y sin vuelta a normalidad en esta economía será difícil la recuperación de la actividad a nivel global. Los lazos y efectos directos y indirectos de EEUU sobre otras economías son muy potentes”, añade.

Gita Gopinath, directora del departamento de investigación del FMI, afirma en el blog de la institución: “La magnitud y velocidad del colapso de la actividad es algo sin precedentes en nuestra vida. Es una crisis como ninguna otra y hay bastantes incertidumbres sobre su impacto. Mucho depende de la epidemiología del virus, la efectividad de las medidas de contención y el desarrollo de vacunas y tratamientos, los cuales son todos de difícil predicción”. “Hay dudas considerables sobre cómo será el escenario económico cuando salgamos de este cierre”, añade.

La polémica reapertura de EEUU

“Estados Unidos lleva algunas semanas de retraso en la incidencia de la pandemia con relación a Europa. En este sentido cabe esperar un agravamiento de la situación”, explica De Lucio. Sin embargo, tras varias semanas de cierre total o parcial, 30 estados de EEUU han empezado ya o van a empezar pronto a reabrir la actividad económica. De ellos, la gran mayoría (21) no cumple las directrices generales y lo hace con más nuevos casos o con un porcentaje más elevado de tests positivos que hace dos semanas, según recoge The New York Times.

Por otro lado, la agencia AP ha publicado este jueves que el Gobierno de Trump ha guardado en el cajón una guía detallada para reabrir el país elaborada por al principal agencia de control de enfermedades (CDC). El diario Politico publicó este miércoles conversaciones entre la agencia de emergencias (FEMA) y de sanidad (HHS) en la que los expertos alertaban del peligro de reabrir la actividad económica, advirtiendo de un aumento de muertes y de escasez de respiradores.

Caitlin Rivers, experta del Johns Hopkins center for Health Security declaró este miércoles en un comité de la Cámara de Representantes que ningún estado había cumplido todos los criterios establecidos por la Casa Blanca como recomendaciones para reabrir sus respectivas economías. “Hasta donde yo sé, no hay estados que cumplan los cuatro criterios”, afirmó. Estos criterios son: descenso en el número de casos en las últimas dos semanas, capacidad para diagnosticar a todos los que presenten síntomas, capacidad de trazar y contactar con los nuevos casos y capacidad del sistema sanitario para tratar a todos los pacientes infectados. “Sugerimos que se deberían cumplir los cuatro requisitos”, afirmó.

“Las tensiones sociales serán más evidentes en Estados Unidos que en otros países por las diferencias en gestión entre Estados, la menor cobertura de sus prestaciones sociales y la intensidad y rapidez de la desaceleración. Existen dudas todavía sobre la capacidad de control rápido de la crisis sanitaria en algunas zonas de EEUU”, sostiene De Lucio.

“La economía de EEUU es mucho más flexible que la europea y por eso su incidencia en variables como el desempleo y la distribución de la renta puede ser superior. En términos desestacionalizados son 33,5 millones de trabajadores los que han pedido el subsidio de desempleo. Aproximadamente uno de cada cinco trabajadores. La tasa de desempleo estaba por debajo del 4% y al final de la crisis se habrá multiplicado por cuatro o cinco”, añade.

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