Las reticencias de Egipto ante la presencia de tropas israelíes en su frontera con Gaza obstaculizan las negociaciones de paz

La nueva ronda de conversaciones para tratar de alcanzar un alto el fuego en la Franja de Gaza, que echó a andar el jueves pasado en Doha, ya ha tropezado con varios obstáculos. Ante todo, el rechazo de Hamás a la propuesta de acuerdo elaborada por Estados Unidos en calidad de mediador. Además, ha surgido un nuevo escollo por las diferencias entre Israel y Egipto por la exigencia de Tel Aviv de mantener cierta presencia y control militares sobre el corredor de Filadelfia, ubicado entre la frontera egipcia y la de Gaza.

Esta semana tendría que haberse convocado una segunda reunión en El Cairo, después de la que tuvo lugar en la capital qatarí el jueves y viernes de la semana pasada, a la que asistieron representantes de los tres países intermediarios (Estados Unidos, Qatar y Egipto) y de Israel. Hamás fue informado posteriormente del resultado del encuentro de 48 horas, después del cual los mediadores anunciaron que volverían a reunirse en Egipto “antes del final de la próxima semana para concluir un acuerdo”. Este sábado, Hamás ha enviado una delegación a la capital egipcia, a pesar de que en un primer momento no iba a hacerlo. La reunión entre todas las partes podría tener lugar este domingo.

Los negociadores israelíes ya acudieron a El Cairo el jueves (encabezados por el jefe del Mossad, el servicio de Inteligencia exterior, David Barnea; y el jefe del Sin Bet, la Inteligencia nacional, Ronen Bar) para tratar de convencer a los egipcios de que acepten la presencia de soldados de Israel en el corredor de Filadelfia y el paso fronterizo de Rafah, entre Gaza y Egipto –ambos controlados por el Ejército israelí desde que los conquistó a principios de mayo–.

Egipto negocia con Israel

Según el periódico israelí Haaretz, Egipto ha aceptado la propuesta israelí y, junto a Qatar, va a presentarla a Hamás, que también tiene que dar su visto bueno. Una fuente israelí anónima ha señalado a ese diario que este es “un progreso relativo”, ya que la semana pasada Egipto rechazó la propuesta anterior hecha por Israel sobre el corredor de Filadelfia y el cruce de Rafah. Pero una fuente egipcia citada por la Agencia EFE ha revelado que Israel insiste en sus demandas, mientras que la delegación egipcia mantiene su posición de que las fuerzas israelíes deben retirarse completamente del corredor de Filadelfia.

“El número de tropas que Israel quiere tener desplegadas en el corredor sería una violación de los Acuerdos de Camp David” entre Egipto e Israel, explica a elDiario.es Timothy Kaldas, vicedirector del Instituto Tahrir para la Política de Oriente Medio, con sede en Washington. En virtud de esos acuerdos de paz firmados en 1979, el corredor de Filadelfia era una zona desmilitarizada que sirvió de “colchón” entre los dos países; después de la retirada israelí de Gaza en 2005, Egipto pasó a controlar el corredor de menos de 15 kilómetros de largo y unos 100 metros de ancho, vigilado por guardas fronterizos desde el lado egipcio. Desde 2007 y hasta el pasado mes de mayo, Hamás se encargaba del lado palestino de la frontera.

Por todo ello, “Egipto se opone fuertemente a cualquier violación de los términos del acuerdo” y este “es el principal punto de fricción” con Israel, agrega Kaldas. El experto egipcio-estadounidense señala que Egipto podría llegar a aceptar un número limitado de tropas, en el marco de un “paquete más amplio” de condiciones, pero “sin duda, no se va a sentir cómodo con una amplia presencia israelí en la frontera”.

El periódico The Wall Street Journal ha informado que EEUU ha intentado mediar entre sus dos aliados en Oriente Medio (y principales destinatarios de ayuda militar estadounidense desde los Acuerdos de Camp David) y alcanzar un consenso sobre el número de tropas israelíes que pueden permanecer en el corredor de Filadelfia, pero Egipto pide su retirada total. Los negociadores israelíes propusieron recientemente establecer ocho torres de observación en el corredor, mientras que los estadounidenses trataron de rebajarlas a dos, pero los egipcios rechazaron porque las torres –independientemente de su número– darían acceso al Ejército israelí a ese corredor estratégico, según fuentes oficiales egipcias consultadas por el diario estadounidense.

Por otra parte, Egipto busca obtener garantías de EEUU respecto a su propuesta de acuerdo en tres fases: si en la primera fase –en la que entraría en vigor un alto el fuego temporal– Israel retira todas sus tropas de la frontera, no podrá volver a desplegarlas más adelante. Según The Wall Street Journal, el enviado de la Casa Blanca para Oriente Medio, Brett McGurk, se reunió el jueves en El Cairo con el jefe de la Inteligencia egipcia, Abbas Kamel, quien lidera el equipo negociador egipcio.

El director de la CIA, Bill Burns, se sumó a las conversaciones en la capital egipcia este viernes, tal y como anunció el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby. “El proceso sigue adelante”, afirmó en una rueda de prensa en Washington en la que se mostró cauteloso: “Las primeras señales en El Cairo, y estas son sólo las primeras señales, indican que las conversaciones han sido constructivas”. “Pero vienen más conversaciones durante el fin de semana”, agregó.

Una zona fronteriza muy sensible

El Ejército israelí, desde que se hizo con el control del lado palestino de la frontera, ha anunciado el descubrimiento y destrucción de túneles subterráneos –uno de un kilómetro de longitud este viernes– que Hamás habría empleado para el contrabando de armamento desde Egipto. Pero el país árabe niega que esos túneles hayan sido utilizados recientemente (las autoridades egipcias han hecho campañas en los pasados años para detener el tráfico de armas y todo tipo de bienes a través de su frontera con Gaza, la única que no estaba controlada por Israel). El Gobierno israelí insiste en que necesita mantener la seguridad en la frontera para evitar que Hamás se rearme –lo cual es considerado un menosprecio a la capacidad de Egipto de vigilar su propia frontera–.

Israel y Egipto han cooperado en materia de seguridad en la zona fronteriza con Gaza y entre ambos países desde hace mucho tiempo, y han hecho frente a amenazas comunes, como la presencia de combatientes islamistas radicales en la península del Sinaí, que han atacado tanto en territorio egipcio como israelí. Sin embargo, la actual guerra ha agriado las relaciones entre los dos vecinos, que desde 2007 han compartido su hostilidad hacia Hamás y han impuesto un estricto bloqueo sobre Gaza tras la toma de poder de los islamistas en el enclave costero.

Las autoridades egipcias se han opuesto a las operaciones militares de Israel al otro lado de su frontera y han advertido reiteradamente de que no abrirían el paso de Rafah ante un desplazamiento masivo de los palestinos, empujados hacia el territorio egipcio por la violencia. Desde que el Ejército israelí se hizo con el control del cruce fronterizo, el Gobierno de El Cairo se ha negado a abrirlo por su lado para permitir el paso de ayuda humanitaria, gazatíes que necesitan ser evacuados o trabajadores humanitarios que quieren acceder a la Franja.

Un exembajador israelí en Egipto, Haim Koren, ha dicho a The Wall Street Journal que los dos vecinos han podido resolver sus diferencias por mucho tiempo, pero el actual control sobre el proceso de negociación por parte del primer ministro, Benjamín Netanyahu, está dañando los canales para la resolución de los conflictos. “Incluso en los malos tiempos, siempre había un mecanismo para hablar entre bambalinas y resolver los problemas”, recuerda Koren, quien afirma que eso ha cambiado.

También el periódico Haaretz ha responsabilizado a Netanyahu por el fracaso de las negociaciones hasta este momento. En un editorial publicado este viernes, ha advertido de que no se puede permitir que el primer ministro siga liderando “esta farsa de negociaciones, que abandona a los rehenes (...) y prepara el terreno para una expansión territorial bajo la forma de 'control de seguridad israelí, lo que significa una ocupación 'temporal' de Gaza”.

En Israel, aumenta la inquietud por los alrededor de cien rehenes que continúan retenidos en Gaza, donde esta semana las tropas han recuperado los cuerpos de seis de ellos. Se cree que varias decenas habrían fallecido desde que fueron secuestrados por los combatientes palestinos el pasado 7 de octubre, muchos en los ataques aéreos y de artillería israelíes que han acabado con la vida de más de 40.300 gazatíes en los pasados diez meses.

También la relatora especial de Naciones Unidas sobre la situación en los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese, ha denunciado que “Israel emplea las negociaciones para comerse otras porciones de lo que queda de Palestina”. “Con el pretexto de las 'negociaciones de alto el fuego', Israel está tratando de crear las condiciones para una ocupación permanente y una mayor apropiación de tierras. Quienes conocen la historia reconocen en lo que les está sucediendo a los palestinas el patrón del colonialismo”, ha denunciado en la red social X.

Washington ha dicho repetidamente que no va a aceptar que Israel vuelva a ocupar Gaza, pero en esta última ronda parece que ha aceptado e incorporado a su propuesta de acuerdo las condiciones sobre la presencia de tropas israelíes tanto en el corredor de Filadelfia como en el de Netzarim –que divide la Franja en dos partes, separando el norte del sur–. Según Kaldas, EEUU “tiene el poder y las capacidades de negociar un acuerdo” entre Israel y Hamás, pero “no está dispuesto a usar su influencia sobre los israelíes, por ejemplo, condicionando la ayuda militar” al cumplimiento de lo acordado. “Israel sería incapaz de seguir adelante con esta guerra sin la enorme cantidad de armas que EEUU le ha estado proporcionando”, afirma el experto. Y concluye: “EEUU necesita cambiar su postura si quiere conseguir mediar un acuerdo que ponga fin al conflicto de forma duradera”.