Corpulento, valiente, luchador y obstinado son algunas de las características que definen a Nasser Zafzafi, líder y símbolo del movimiento reivindicativo rifeño Hirak. Lleva “tres años, cinco meses y cuatro días en prisión”, recuerda su padre en un entrevista con elDiario.es, y aún le queda por cumplir una condena de más de 16 años. Todo apunta a que acabará recibiendo el indulto real, pero parece que no a cualquier precio.
El Hirak impulsó las manifestaciones que inundaron la región norteña del Rif tras la muerte de Mohcine Fikri, un vendedor de pescado aplastado por un camión de basura al intentar recuperar la mercancía que le había tirado la policía portuaria de Alhucemas. Zafzafi encabezó desde octubre de 2016 las protestas de esos miles de ciudadanos en Alhucemas y otras localidades cercanas para pedir hospitales, facultades universitarias y fábricas, hasta que fue detenido en mayo de 2017.
Actualmente, el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), creado por el consejero real más allegado al soberano alauita, Fouad Ali Himma, ha solicitado el indulto real para Zafzafi. Pero, además, con la intención de presentarlo a las elecciones legislativas del 2021 en su formación. “Es una responsabilidad nacional para trabajar la región de Alhucemas”, defendió en su cuenta de Twitter el secretario general del partido, Adellatif Ouahbi.
El PAM está dispuesto a dar apoyo político a los detenidos si así lo desean. El tuit de Ouahbi del 24 de noviembre es directo y claro: “Daré mi respaldo a Zafzafi y lo defenderé para representar al PAM en el Parlamento”. De hecho, la idea de la liberación surge del monarca, que tiene intención de instalarse en el palacio real de Nador y que cuenta con un equipo de seguridad personal rifeño.
Los partidos políticos “no representan la voluntad popular”
Sin embargo, Ahmed Zafzafi recuerda que su hijo “odia los partidos” y mantiene que “el PAM tiene poder de visitar a los presos en cualquier cárcel y posibilidad de negociar, pero solo sale para hablar en la prensa”. Legalmente, en Marruecos es el Centro Nacional de Derechos Humanos (CNDH) el organismo encargado de negociar con los presos.
Lo cierto es que el Hirak choca frontalmente con los partidos políticos en Marruecos y difícilmente va a ser absorbido por uno de ellos, porque surgió precisamente para denunciar el escenario político que llevó al Rif a la marginación. Durante las intervenciones en Alhucemas en 2016 y 2017 se consideró a los partidos como “parte del problema” y se les tachó de “chiringuitos” o “pañales del régimen”.
De hecho, el exiliado político del movimiento Reda Benzaza mantiene desde España para elDiario.es que “el posicionamiento del Hirak respecto a los partidos políticos no ha variado. Da igual las siglas en las que se escondan, obedecen a los intereses de sus amos, de sus dueños, de sus señores… no representan la voluntad popular. Nosotros vamos a seguir defendiendo la libertad, la democracia y dentro de estas formaciones lo único que se defiende, por lo único que se vela, es por los intereses particulares de una minoría, de sus amos y de sus señores”.
Respecto al tuit del secretario general del PAM pidiendo el indulto y ofreciendo al líder una butaca en el parlamento de Rabat, el Hirak también tiene clara su postura. “Lo que contestaríamos a las palabras de este señor es que se lave la boca para hablar de los presos políticos, de Nasser Zafzafi y de los exiliados políticos, que sacrificamos nuestra vida y nuestra libertad por el beneficio de nuestro pueblo y por empujar al país hacia una democracia real”, sentencia Benzaza.
Este íntimo amigo de Zafzafi que consiguió huir y refugiarse en España está seguro de que “ni Nasser Zafzafi, ni ninguno de los presos políticos ni de los exiliados políticos se va a encontrar en una formación política que obedece a intereses particulares”.
— ¿Podría, entonces, el Hirak formar su propio partido político?
— Como opción no descartamos la posibilidad de crearlo, pero hay que trabajar primero para que salgan los presos políticos, recuperar las asambleas y solo ahí se decidirá el futuro del Hirak.
El padre y el amigo de Zafzafi coinciden en apuntar en las negociaciones “el diálogo como apuesta”, aunque Benzaza precisa: “Sin que eso suponga alejarnos de nuestros principios y el ”no“ a los partidos políticos es la base bajo la cual se ha construido el Hirak”.
Mohadmed VI busca acabar con el conflicto
El rey Mohamed VI ya dejó en libertad a 22 presos por la misma causa, entre ellos al profesor Mohamed El Majjaoui, considerado uno de los ideólogos de movimiento y detenido también en 2017 de madrugada en la localidad del centro de estudios donde estaba destinado. Tras el indulto este verano, pasó por un tribunal laboral en las dependencias regionales de Educación de Tetuán y podrá volver a la docencia.
El monarca alauita quiere cerrar así algunos de los frentes abiertos en el país antes de traspasar la corona a su hijo heredero, Moulay Hassan. Sobre todo, actualmente con la ruptura del alto el fuego con el Frente Polisario y el enfrentamiento abierto con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
Además del guiño del PAM, otra señal de intento de pacto con los presos es que por primera vez permitieron a Nasser Zafzafi abandonar la cárcel y encontrarse con su familia en el hospital de Tánger, donde estaba ingresada su madre, enferma de cáncer. El 27 de noviembre durante 40 minutos pudo abrazar a sus padres en presencia de 20 agentes de seguridad armados. Aún así su padre lo considera “un milagro”, tras nueve meses sin visitarlo en prisión debido a la pandemia.
Según cuenta Benzaza, hay otros dos presos en la cárcel de Tánger con sus madres enfermas de cáncer: Nabil y Haki. La madre de Jaki está en fase terminal y también le han permitido salir a verla, aunque la única condición es que no sea en el Rif. “Quieren evitar la llegada de un preso político al Rif”, cuenta Haki.
La cúpula del Hirak emprendió una huelga de hambre en el mes de septiembre para pedir el traslado a la prisión de Nador más próxima a sus hogares. Pero, “al final no los llevaron a Nador, era una esperanza para los familiares. Nasser está mejor en Tánger que en Fez [fue trasladado en septiembre junto a su compañero Nabil] porque tiene un poco más de libertad, pero el clima con tanta humedad no casa con su alergia”, explica Ahmed Zafzafi.
Durante la huelga de hambre, otros partidos políticos nacionales, USFP y el PJD, denunciaron también la situación. La diputada del PJD Amina Maelainine afirmó: “No se puede ignorar una huelga de hambre teniendo en cuenta las consecuencias, no solamente para la salud y supervivencia de los detenidos, sino también para la imagen interior y exterior de Marruecos y la situación de los derechos humanos que prevalece”.
“La presión mediática para liberar a los 24 presos rifeños es grande”, reconoce uno de los abogados de los jóvenes, el exministro de derechos humanos Mohamed Zian. De hecho, durante la visita a Rabat y Tánger esta semana de los comisarios europeos de Interior y Vecindad, Ylva Johansson y Olivér Várhelyi, se publicaron comentarios al respecto en las redes. Sylia Ziani, activista del Hirak, escribió: “Id a discutir las violaciones de los derechos humanos en Marruecos, principalmente en el Rif. ¿Sabíais que el 90% de los migrantes de Marruecos son rifeños que buscan mejores condiciones de vida en Europa debido a la política represiva de la policía marroquí en la región?”.
Por su parte, el padre de Zafzafi considera que “los 54 que pasaron por el tribunal de Casablanca son inocentes y les han condenado hasta a 20 años de cárcel. Yo vivo con la esperanza de que los pongan en libertad. Desde entonces, el futuro de Alhucemas falleció”.