El 4 enero de 2018, la Fiscalía de Arabia Saudí anunció la detención de 11 príncipes que supuestamente fueron al palacio real para protestar por una nueva reforma impulsada por el príncipe heredero, Mohamed bin Salmán (MBS), que les obligaba a pagar las facturas de luz y agua de sus palacios. También exigieron una indemnización por la condena a muerte de uno de sus primos, el príncipe Turki bin Saud al Kabir, primer miembro de la familia real condenado a muerte en más de 40 años.
“A pesar de informarles de que sus demandas no eran legales, los 11 príncipes se negaron a abandonar el lugar, perturbando la paz y orden público. Los miembros de los servicios de seguridad intervinieron para restaurar el orden y los príncipes fueron arrestados”, aseguró el fiscal.
En mayo todos fueron liberados, excepto uno.
El príncipe Salmán bin Abdulaziz bin Salmán al Saúd, primo de MBS y casado con una hija del antiguo rey Abdalá bin Abdulaziz, fallecido en 2015, lleva más de un año detenido sin cargos conocidos.
“Fue una trampa para detenerle”, cuenta a eldiario.es Mohammad, amigo del príncipe Salmán desde hace 15 años (nombre ficticio por motivos de seguridad) . Esta persona niega la versión oficial: “Alguien de Casa Real llamó a las tres de la mañana. Un grupo de 14 o 15 personas fueron al palacio real, fueron maltratados y detuvieron a 11”.
El padre del príncipe detenido también fue arrestado dos días después, tras haber realizado una serie de llamadas a sus amigos y conocidos de Europa en busca de ayuda para liberar a su hijo. Tampoco ha sido liberado desde entonces. El padre, Abdulaziz bin Salmán, fue asesor del rey Fahd (fallecido en 2005) durante una década y trabajó 12 años en los servicios de inteligencia del país.
El eurodiputado socialista Antonio Panzeri, presidente de la Subcomisión de Derechos Humanos de la Eurocámara, está siguiendo de cerca el caso. “La mayoría de los [príncipes] encarcelados [por MBS] tienen acusaciones de corrupción, pero este caso es diferente. El príncipe fue llamado en mitad de la noche al palacio y de ahí fue trasladado a la cárcel sin ningún tipo de acusación. Viola todos los derechos humanos”, cuenta a eldiario.es.
Panzeri y su equipo han llevado el caso del príncipe a varias reuniones y han pedido explicaciones al embajador saudí en Bruselas, pero todavía no han recibido una respuesta. Sin embargo, Panzeri promete seguir presionando. “Queremos hablar de este tema con los tribunales internacionales que se ocupan de esto y queremos hablar con el grupo de trabajo de la ONU sobre detenciones arbitrarias. También queremos hacer una visita en abril a Arabia Saudí para visitar a las mujeres activistas de derechos humanos y nos gustaría ver a algunas de las personas que están detenidas”, afirma.
El príncipe Salmán, doctor en Derecho por la Sorbona, vivía en París y no tiene ambiciones políticas, cuentan varias fuentes cercanas. Es un rico empresario con una compañía de aviación privada, hoteles y múltiples propiedades e inversiones en Europa y, especialmente, en Arabia Saudí. Tiene una colección de coches de lujo, varios palacios y una gran colección de arte. “Las facturas de los palacios no son más de 2.000 dólares al mes. La excusa del arresto por negarse a pagar las facturas es ridícula”, indica Mohammad.
Mohammad señala que los 13 primeros meses, padre e hijo estuvieron en la cárcel de Al Hair, en Riad, pero posteriormente fue trasladado a otro lugar. “Está en alguna cárcel privada con policías”, señala Mohammad.
Visita a EEUU y reunión con congresistas demócratas
El entorno del príncipe cree que el arresto responde en parte a una visita a Estados Unidos en octubre de 2016, en plena campaña electoral, en la que se reunió con los congresistas demócratas Adam Schiff, entonces líder de la minoría en el Comité de Inteligencia del Congreso y actual presidente del mismo comité, y Brad Sherman. La reunión se celebró el 17 de octubre en el hotel Beverly Whilsire Four Seasons, en Beverly Hills, y en ella participó más gente, entre ellos el empresario y filántropo Andy Khawaja.
Khawaja donó cuatro millones de dólares a la campaña presidencial de Hillary Clinton y un millón al comité inaugural de Donald Trump (una vez ganó las elecciones). El príncipe encarcelado también se reunió con el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti.
“El príncipe Salmán fue invitado a esta reunión de naturaleza amistosa por Andy Khawaja. Todo estuvo organizado por él, incluso la recepción del príncipe en el aeropuerto”, cuenta una fuente que estuvo presente en la reunión y que conoce al príncipe encarcelado desde hace siete años. “Khawaja organizó una comida a la que invitó a Adam Schiff y Brad Sherman, entre otros muchos. El príncipe Salmán nunca ha estado interesado en política. Es un filántropo por naturaleza”.
Mohammad asegura que el príncipe Salmán no conocía antes a los congresistas: “Cuando fue a Los Ángeles no sabía que se iba a reunir con ellos. Un amigo suyo de Los Ángeles se los presentó”. Salmán estaba intentando crear un grupo de gente rica y poderosa para desarrollar proyectos humanitarios, asegura Mohammad. “Al príncipe le han ofrecido varias veces un cargo político y lo ha rechazado. No le interesa la política”, indica su amigo.
El eurodiputado Panzeri afirma: “Durante una visita a EEUU se reunió con personas del Partido Demócrata, pero si ese es el motivo, es algo intolerable que no podemos aceptar. Él nunca ha tenido ambiciones políticas en su país. No se entiende. Sería una caza de brujas”. “No es posible que en un país personas como el príncipe estén en la cárcel durante más de un año sin una acusación formal”, añade.
Después de la visita a Los Ángeles, el príncipe volvió a París, donde vive con su familia la mayor parte del tiempo, y finalmente viajó a Arabia Saudí en junio de 2017. Allí se reunió con Mohamed Bin Salmán, que entonces era ministro de Defensa y una semana después se convertiría en príncipe heredero. “La relación entre ambos era buena. Cuando se convirtió en príncipe heredero, empezaron los problemas”, afirma Mohammad. Meses después, en noviembre, MBS lanzó su gran campaña anticorrupción y comenzó las detenciones masivas.
La purga anticorrupción y golpe de autoridad de MBS
Mohamed Bin Salmán lanzó una gran campaña supuestamente de anticorrupción en noviembre de 2017 que afectó 381 personas de alto nivel, entre ellos ministros, grandes empresarios y varios miembros de la familia real. Aproximadamente 160 de ellos fueron encerrados durante dos meses en el hotel de lujo Ritz-Carlton de Riad, reconvertido en prisión, y fueron liberados en enero tras llegar a un acuerdo que incluía el pago de fuertes indemnizaciones al Estado. El fiscal general de Arabia Saudí, Sheikh Saud al Mojeb, anunció que el Gobierno había recuperado más de 100.000 millones de dólares gracias a estos 'acuerdos'. En otras entrevistas, fuentes del Gobierno dieron cifras muy inferiores.
Entre los afectados por la campaña lanzada en noviembre estaba el antiguo príncipe heredero, Mohamed Bin Nayef, cuyas cuentas y las de su entorno fueron congeladas. Muchos analistas han interpretado la operación como una maniobra de MBS para consolidar su posición en el poder.
MBS ha alterado la política saudí desde que fue nombrado por decreto de su padre, el rey Salmán, príncipe heredero en junio de 2017. Dicho decreto destronó a su primo mayor, Mohamed Bin Nayef, nieto de Abdulaziz bin Saúd, primer rey del país y padre de todos los reyes que ha tenido Arabia Saudí.
Los otros seis monarcas hasta el momento, incluido el rey actual, Salmán, son hermanos. MBS será el primero en romper esa línea de sucesión. En lugar de pasar de hermano a hermano, el trono pasará por primera vez de padre a hijo, convirtiéndose en el rey más joven del país. Mohamed Bin Salmán tiene actualmente 33 años y es de la misma generación que el príncipe Salmán, su primo al que tiene encarcelado (37 años).
Mohamed Bin Salmán se ha vendido en el exterior como un reformador del país al que está trayendo apertura y modernismo al tiempo que ha consolidado su posición de poder reprimiendo a opositores y posibles rivales políticos.
Aunque Arabia Saudí no dio los nombres de los afectados por la campaña anticorrupción de MBS, Mohammad asegura que uno de los retenidos en el Ritz-Carlton fue el príncipe Turki bin Mohamed bin Saúd al Kabir. Este príncipe ha pasado décadas por diferentes puestos de alto rango en el ministerio de Asuntos Exteriores, al que entró a principios de los años 80. El príncipe Salmán intentó interceder en su favor y Mohammad cree que este es otro de los principales motivos de su posterior arresto. Tres meses después, Turki, primo del príncipe encarcelado, fue puesto en libertad.
Amistades polémicas en Francia
Mohammad está seguro de que la detención del padre del príncipe Salmán, tan solo dos días después de la de su hijo, se debe a las llamadas que realizó para intentar liberar a Salmán. Uno de esas llamadas fue a Elie Hatem, un polémico profesor de Derecho, abogado radicado en Francia y asesor de Jean-Marie Le Pen.
Hatem ya ha representado en el pasado a otros miembros de la familia real, entre ellos a la princesa Hassa bint Salmán, hermanastra de MBS e hija del actual rey Salmán. En diciembre de 2018 un juez francés emitió una orden de detención contra la princesa, acusada de ordenar a su guardaespaldas pegar una paliza a un fontanero que estaba trabajando en su vivienda de París.
Según la declaración del fontanero a la policía, publicada por Le Point, el trabajador fue golpeado, atado a una silla y obligado a arrodillarse y besar los pies de la princesa. El incidente empezó cuando Hassa vio al fontanero haciendo fotos a la casa y sospechó que las quería vender a los medios (el trabajador alegó que era para volver a dejar los muebles como estaban antes de la reforma).
Elie Hatem, antiguo asesor del ex secretario general de la ONU Butros Ghali, confirma a eldiario.es que recibió la llamada del padre del príncipe encarcelado. Hatem es miembro de Action Française, un movimiento ultraconservador que aboga por la restauración de la monarquía en Francia y que ha sido a menudo acusado de ultranacionalista y antisemita, “sobre todo por judíos extremistas”, afirma. “Estoy dañando al sistema en Francia y digo cosas que otros tienen miedo a decir. Por eso me atacan”, añade.
La desaparición del príncipe Salmán y de su padre no es un caso único en Arabia Saudí. Tras su llegada al poder, MBS “autorizó” una campaña secreta para silenciar a personas incómodas con seguimientos, secuestros, detenciones y torturas de ciudadanos saudíes, según ha publicado recientemente The New York Times. Funcionarios estadounidenses incluso han puesto un nombre a este equipo: Grupo Saudí de Intervención Rápida. El asesinato “premeditado” del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul formó parte de esa campaña.