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El secretario general de la ONU dice que un ataque contra la central nuclear ucraniana de Zaporiyia sería “suicida”

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha advertido este lunes en Japón que cualquier ataque a una planta nuclear es “una misión suicida”. Las declaraciones se producen tras el bombardeo la semana pasada contra la mayor planta atómica de Europa, situada en la ciudadad de Zaporiyia, Ucrania. Guterres también ha pedido que se dé acceso a la planta a los inspectores internacionales. “Apoyamos por completo el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) en sus esfuerzos por crear las condiciones de estabilización de la planta”, ha dicho.

No se ha podido determinar quién atacó la planta nuclear ucraniana el viernes pasado y Ucrania y Rusia se lanzan acusaciones cruzadas. Las fuerzas rusas tomaron la central, situada al sureste del país, a principios de marzo. Ucrania asegura que el ataque dañó tres sensores de radiación e hirió a un trabajador y el presidente Zelenski acusó a Moscú de “terror nuclear”. Por su parte, Rusia responsabilizó a Ucrania del ataque y ha publicado una lista de los supuestos daños.

El 3 de agosto, el think tank Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés), con sede en Washington, afirmó que es probable que las fuerzas rusas estén utilizando la central para “aprovechar los temores occidentales de un desastre nuclear en Ucrania en un intento por degradar la voluntad occidental de proporcionar apoyo militar a una contraofensiva ucraniana”. El ISW dijo además que Rusia estaba “utilizando efectivamente la planta como un escudo nuclear para evitar los ataques ucranianos a las fuerzas y equipos rusos”. Según The New York Times, Rusia incluso ha utilizado la planta para disparar contra la fuerzas ucranianas desde mediados de julio.

El director de la OIEA, el argentino Rafael Grossi, se mostró dispuesto en junio a visitar la central bajo control ruso, pero Ucrania criticó con vehemencia esos planes al considerar que el viaje del responsable de la ONU podría suponer algún tipo de legitimación de la ocupación rusa. El pasado 3 de agosto, Grossi dijo que la central nuclear estaba “completamente fuera de control” y que “se han violado todos los principios de seguridad nuclear”.

“En este momento, con la amenaza nuclear de vuelta, debemos pedir a los países con armas nucleares que se comprometan a no usarlas. Si no es así, esto supondría la destrucción del planeta”, ha dicho Guterres durante una rueda de prensa con el Club Nacional de Prensa en Tokio.

El secretario de las Naciones Unidas se encuentra en Japón con motivo del 77 aniversario del bombardeo nuclear de Hiroshima, que se produjo el 6 de agosto de 1945, y participó en una ceremonia celebrada en esta ciudad japonesa, donde también advirtió sobre el riesgo de la proliferación nuclear.

“Participar en la ceremonia del sábado fue una experiencia emocionante”, ha dicho Guterres, quien también ha advertido sobre las amenazas globales y la escalada de tensiones, especialmente tras la invasión rusa de Ucrania el pasado febrero.

Al ser preguntado por la postura de la ONU sobre un posible ataque nuclear ruso, ha dicho que de producirse este hecho, “la ONU no podría hacer nada, ya que existe la posibilidad de que el mundo deje de existir”.