El Ministerio de Defensa surcoreano y Estados Unidos han confirmado este miércoles que el proyectil lanzado por Corea del Norte el martes fue un misil de alcance intercontinental (ICBM). Este nuevo tipo de proyectil implicaría un importante avance armamentístico para Pyongyang.
El misil balístico voló más tiempo que cualquier prueba de misiles norcoreanos llevada a cabo hasta la fecha, un total de 37 minutos, lo que implica que el régimen de Kim Jong-un podría tener la capacidad de atacar a Alaska.
Han Min-koo, ministro de Defensa de Corea del Sur, también ha admitido por primera vez que el arma disparada por el régimen de Kim Jong-un es un proyectil con un alcance que le permitiría llegar a suelo estadounidense.
La conclusión del Ministerio de Defensa surcoreano es que se trata de un ICBM con capacidad para recorrer entre 7.000 y 8.000 kilómetros y que vendría a ser una mejora del Hwasong-12 de alcance medio, según detalló un portavoz de la institución.
Pero los datos analizados no permiten confirmar que el misil tiene capacidad para volver a entrar en la atmósfera terrestre correctamente, un elemento clave para que este tipo de armamento resulte o no efectivo.
Con capacidad nuclear
Según Pyongyang, el Hwasong-14 alcanzó 2.802 kilómetros de altura y recorrió 933 kilómetros en 39 minutos hasta caer en aguas del Mar de Japón (“Mar del Este” en las dos Coreas). Además, afirman que puede transportar una cabeza nuclear de gran tamaño, según recoge la agencia estatal KCNA.
“El último lanzamiento se hizo para probar el nuevo cohete balístico intercontinental con capacidad de cargar una gran ojiva nuclear”, señala la nota de la agencia estatal que aporta más detalles sobre el último test de misiles realizado por el régimen de Kim Jong-un.
Según los medios estatales, se trata de un misil nuevo bautizado como Hwasong-14 que alcanzó una altura máxima de 2.802 kilómetros y recorrió 933 kilómetros en 39 minutos.
Respuesta internacional
El secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, advirtió que “la prueba (norcoreana) de un ICBM representa una nueva escalada”. Además insistió en la necesidad de una “acción global” para detener la “amenaza mundial” que supone el desarrollo del programa nuclear de Corea del Norte.
Por otro lado la embajadora de Estados Unidos en Naciones Unidas, Nikki Haley, ha solicitado una reunión urgente del Consejo de Seguridad, que se ha convocado este miércoles, para abordar el lanzamiento de un misil balístico intercontinental por Corea del Norte el lunes.
Así lo indicó en Twitter el portavoz de la Misión de EEUU en la ONU, Jonathan Bachtel, quien añadió que Haley también ha solicitado al embajador chino ante la ONU, Liu Jieyi, que este mes preside el Consejo de Seguridad, que mantenga esa sesión de emergencia “abierta”.
Dejando a un lado el ámbito de las relaciones internacionales, Corea del Sur y EE.UU. han respondido militarmente a la prueba norcoreana con múltiples lanzamientos de misiles en dirección al Mar de Japón.
“Junto con la República de Corea, hemos realizado un ejercicio conjunto para demostrar la precisión de nuestra capacidad de fuego”, afirmó el Pentágono en una declaración emitida.
En el comunicado del Pentágono, Dana White, portavoz adjunta del secretario de Defensa, James Mattis, aseguró que el ejercicio llevado a cabo por los ejércitos de Estados Unidos y Corea del Sur tenía como objetivo contrarrestar las “acciones ilegales y desestabilizadoras” de Corea del Norte.