CLAVES

Qué es el supermartes y por qué puede ser crucial para una reedición del duelo Trump-Biden

Quince estados en EEUU están llamados a las urnas este 5 de marzo en lo que se conoce como el supermartes. También votará el territorio de la Samoa Americana y se sabrán los resultados de las primarias demócratas de Iowa. El nombre de la fecha no es gratuito, se trata del día en que se reparten más delegados durante el proceso de primarias para elegir a los candidatos a la Casa Blanca.

A diferencia de años anteriores, cuando este día acostumbraba a ser decisivo para desempatar entre candidatos en las primarias de los dos partidos –como pasó en 2020 con Berni Sanders y Joe Biden–, este supermartes se presenta inusualmente descafeinado. Cuando se acabe la jornada, es muy probable que tanto el expresidente Donald Trump como el presidente Biden se consoliden como los dos favoritos para competir por la presidencia de Estados Unidos.

Trump, hacia la nominación

El número mágico de delegados que necesita Trump para la nominación republicana es 1.215. Después de sus sucesivas victorias –las últimas este sábado en Míchigan, Idaho y Misuri–, ya tiene 244. En el supermartes se adjudicarán 874 delegados de 2429, es decir, el 36 por ciento. Aunque técnicamente aún no tendrá el mínimo necesario para ser elegido como candidato, después del supermartes su liderazgo ya se consolidaría. Es muy difícil que su única rival, la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU Nikki Haley, pueda hacerle frente después de las desastrosas derrotas en Michigan y en su tierra natal, Carolina del Sur. La primera (y puede que última) victoria de Haley en las primarias de Washington el pasado domingo es meramente testimonial: con un total de 43 delegados, sigue estando muy lejos de Trump.

El fallo del Tribunal Supremo de Estados Unidos que ha revocado este lunes la expulsión de Trump de las primarias republicanas en Colorado, uno de los 15 estados que votan en el supermartes, allana aún más el camino del expresidente.

Uno de los interrogantes de la noche será ver si la exgobernadora de Carolina del Sur, en caso de una nueva victoria abrumadora de Trump, retirará su candidatura. En caso de hacerlo, la otra gran cuestión es qué hará Haley después: ¿dará su apoyo al expresidente durante el resto del proceso de primarias o continuará siendo el bastión de los moderados dentro del Partido Republicano? Ninguna de las dos opciones es fácil: la primera supone contradecir la imagen anti-Trump que ha construido durante toda la campaña y la segunda puede acabar convirtiéndola en una paria dentro del partido.

Biden, ante el voto de protesta

En el bando demócrata, Biden, sin rivales con posibilidades, está viviendo unas primarias aún más plácidas que su potencial competidor. Sin que el congresista Dean Phillips ni la escritora Marianne Williamson hayan conseguido despuntar, desde un inicio el presidente ya se ha dibujado como el futuro candidato de los demócratas para la Casa Blanca. En las convenciones del partido que se celebrarán el mes de agosto en Chicago se necesitan un mínimo de 1968 delegados, y él ya tiene 206. Para el 16 de marzo, Biden ya podría haber conseguido el resto.

Lo único que le está impidiendo a Biden proclamarse como el ganador absoluto son las reglas del Partido Demócrata. Las normas permiten que en las papeletas de votación pueda aparecer la casilla de “sin preferencia” y que esta opción pueda obtener delegados al igual que cualquier otro candidato. Esto es lo que pasó en Michigan con el voto protesta contra Biden por el apoyo a Israel: la opción “sin preferencia” se llevó dos de los 117 delegados que había en juego. Estos delegados “sin preferencia” también participarán en las convenciones de agosto, y podrán elegir libremente a quién votar, lo cual supone una sombra sobre la candidatura de Biden.

Hay siete estados que votan este supermartes y que en su papeleta también tendrán la casilla de “sin preferencia”. Además, se sabrán los resultados de Iowa, donde hace semanas que se podía votar por correo y también se incluía la posibilidad de marcar “sin preferencia”. Los votos que acumule esta casilla durante la jornada del martes serán un elemento a tener en cuenta para medir el malestar actual entre algunos grupos que apoyaron a Biden en 2020. La brutal ofensiva de Tel Aviv contra la Franja de Gaza ha hecho que los jóvenes, la población árabe y el ala más progresista del partido se alejen del presidente.

Hace cuatro años los jóvenes fueron clave para encumbrar a Biden a la presidencia. De los votantes menores de 30 años que no habían participado en las dos elecciones anteriores, el candidato demócrata se llevó el 59% de los votos, según el Pew Resarch Center. En Georgia, por ejemplo, el 58% de los jóvenes eligió a Biden frente a Trump y le dio 187.000 votos, según el centro de investigación CIRCLE. Georgia, después de más de 20 años votando republicano, se tiñó de azul por un margen muy ajustado y fue uno de los estados que permitieron a Biden alcanzar la presidencia. Este noviembre los jóvenes pueden volver a convertirse en un grupo decisivo, sobre todo después de que los baby-boomers perdieran en 2020 su preeminencia dentro del electorado y fueran substituidos por los millennials y la generación X.

Texas y la inmigración

Entre los 15 estados que votan este martes (Alabama, Alaska, Arkansas, California, Colorado, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Sur, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah, Vermont y Virginia), California y Texas son los dos premios gordos. En el primero se reparten 169 delgados republicanos y 424 demócratas, en el segundo hay en juego 161 delegados republicanos y 244 demócratas. El caso de Texas es singular porque, al ser uno de los estados fronterizos con México, ha tenido muchos choques con la administración Biden por la gestión de los migrantes. El pasado mes de diciembre casi 250.000 personas consiguieron llegar a territorio estadounidense, batiendo un nuevo récord.

A pesar de que Texas es un territorio que siempre se pinta de rojo en el mapa, para Biden es muy representativo, ya que en el supermartes de 2020 ganó las primarias, aunque en las presidenciales perdió contra Trump.

La gestión de la frontera y los migrantes se ha convertido en uno de los temas más importantes para la campaña. Una encuesta publicada en enero por AP-NORC muestra cómo la preocupación por la inmigración entre los norteamericanos aumentó hasta el 35%, frente al 27% del año anterior. Conscientes de ello, tanto Biden como Trump visitaron la frontera de Texas el pasado jueves, escenificando desde diferentes lugares el pulso que mantendrán de cara a la campaña del 5 de noviembre. Mientras que el discurso de Biden fue más agresivo que de costumbre, Trump aprovechó para cargar con toda la artillería calificando la situación de “invasión”. “Esto es como una guerra”, afirmó.