Tucker Carlson y Vladímir Putin estuvieron en el punto de mira este jueves por la noche cuando el divisivo expresentador estrella de la ultraderecha estadounidense, partidario de Trump, entrevistó al autócrata ruso. La entrevista divagante de dos horas, grabada en Moscú, es la primera de Putin con un medio de comunicación occidental desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022.
La conversación marca un nuevo nivel de descrédito para Carlson, que ha criticado con frecuencia el apoyo de EEUU a Ucrania y se ha referido al presidente Volodímir Zelenski como un “proxeneta ucraniano” y alguien “parecido a una rata”.
El tono de Carlson fue menos belicoso en la entrevista con Putin, a quien se refirió en todo momento como “señor presidente”.
La decisión de entrevistar a Putin había sido ampliamente criticada antes de la emisión. Pero el inicio de la conversación entre el expresentador de Fox News y Putin fue decepcionante. El jefe del Kremlin dedicó más de 30 minutos a contar la historia de Rusia, Lituania, Polonia y Ucrania, en un monólogo que llevó a los espectadores desde el Gobierno de Oleg el Sabio en el siglo IX hasta las luchas del siglo XIV, pasando por una crítica a la política exterior de Lenin.
Cuando Carlson, con cara de desconcierto, consiguió por fin que Putin entrara en el siglo XXI, el presidente ruso acusó a Estados Unidos y a otros países occidentales de prolongar la guerra en Ucrania. Dijo que hubo conversaciones de paz con Ucrania que estaban “casi finalizadas”, pero entonces Ucrania “tiró por la borda todos estos acuerdos y obedeció las instrucciones de los países occidentales, los países europeos y Estados Unidos de luchar contra Rusia hasta las últimas consecuencias”.
Putin culpó especialmente a Boris Johnson, ex primer ministro británico, al cual acusó de haber disuadido a Zelenski de firmar un acuerdo de paz en las primeras fases del conflicto. “El hecho de que ellos [Ucrania] obedezcan la exigencia o la persuasión del señor Johnson, ex primer ministro de Reino Unido, parece ridículo”, dijo Putin.
En un vídeo publicado antes de la entrevista, Carlson dijo que se sintió impulsado a hablar con él, en parte, porque el público estadounidense no tiene “ni idea de por qué Putin invadió Ucrania o cuáles son sus objetivos ahora”. No está claro si los espectadores saldrán con una idea más clara de ambas cosas.
En diciembre, el Kremlin dijo que entablar conversaciones de paz con Kiev es “poco realista”. Ucrania ha dicho que la paz solo puede basarse en una retirada total del territorio del que Rusia se ha apoderado desde que invadió en 2022.
Pero en la entrevista, Putin dijo a Carlson que Rusia y EEUU siguen hablando “a través de varias instancias” para poner fin al conflicto. El mensaje de Rusia a EEUU, dijo Putin, es: “Si realmente queréis dejar de luchar, tenéis que dejar de suministrar armas. Se acabará en pocas semanas”.
Putin dijo que la última vez que habló con Joe Biden fue antes de que Rusia invadiera Ucrania. “Le dije, entonces, que creía que estaba cometiendo un enorme error de proporciones históricas al apoyar todo lo que está ocurriendo allí, en Ucrania, apartando a Rusia”, dijo.
La detención de Evan Gershkovich
Carlson, al menos, presionó a Putin sobre Evan Gershkovich, el periodista del Wall Street Journal detenido en Rusia desde el 23 de marzo, acusado de espionaje, algo que Gershovich y el Journal niegan. Putin afirmó que Gershovich, de 32 años, fue “pillado in fraganti cuando obtenía a escondidas información confidencial”, y alegó que “trabajaba para los servicios especiales de Estados Unidos”.
Putin aseguró que Rusia está “dispuesta a hablar” sobre la liberación de Gershkovich, pero añadió: “Queremos que los servicios especiales estadounidenses piensen en cómo pueden contribuir a lograr los objetivos que persiguen nuestros servicios especiales”. La afirmación parece contradecir a la Casa Blanca, que dijo en diciembre que Rusia había rechazado una propuesta importante para la liberación de Gershkovich y Paul Whelan, un exmarine estadounidense que cumple una condena de 16 años en Rusia por cargos de espionaje.
En un vídeo publicado antes de la entrevista, Carlson afirmó que la ha hecho porque “los medios de comunicación en lengua inglesa son corruptos, mienten a sus lectores y espectadores”. “Evidentemente, hacer una entrevista como esta entraña riesgos, así que hemos pensado en ello durante muchos meses”, dijo Carlson. “La mayoría de los estadounidenses no tienen ni idea real de lo que está ocurriendo en esta región. Aquí en Rusia o a unos 1.000 kilómetros en Ucrania. Pero deberían saberlo. Están pagando gran parte de ello”.
Los seguidores de Carlson en los últimos dos años estarán menos sorprendidos que otros de que Putin aceptara la solicitud de entrevista. Carlson fue uno de los primeros y más destacados defensores de la invasión rusa de Ucrania. Mientras Putin acumulaba hasta 190.000 soldados en la frontera ucraniana a mediados de febrero de 2022, Carlson se hacía eco de los argumentos de Putin al afirmar que el conflicto en ciernes era una mera “disputa fronteriza”.
En la semana siguiente al ataque, los medios de comunicación estatales rusos reprodujeron fragmentos de las diatribas de Carlson sobre Ucrania y contra la ayuda militar de Estados Unidos al país.
La entrevista se emitió en Tucker Carlson Tonight, un servicio de streaming que Carlson lanzó en diciembre de 2023. Carlson fue despedido de Fox News en abril de 2023 por “tener muchos humos”, según afirmó un libro posterior.
El agitador de derechas se ha enfrentado a críticas por la entrevista antes de su emisión. El miércoles, Hillary Clinton dijo que Carlson era un “idiota servicial” para Putin. “Dice cosas que no son ciertas”, dijo la ex secretaria de Estado de EEUU.sobre Carlson. “Repite como un loro la sarta de mentiras de Vladímir Putin sobre Ucrania, así que no veo por qué Putin no le concedería una entrevista porque a través de él puede seguir mintiendo sobre cuáles son sus objetivos en Ucrania y qué espera que ocurra”, dijo Clinton el miércoles en el canal MSNBC.
No es país para la libertad de prensa
En su vídeo anunciando la entrevista, Carlson afirmó que “ni un solo periodista occidental se ha molestado” en intentar entrevistar a Putin. Abby Phillip, presentadora de la CNN, dijo que eso es falso. “Medios serios, incluida la CNN, han solicitado una y otra vez entrevistar a Putin”, dijo en su programa del martes.
El miércoles, el Kremlin también desmintió la afirmación de Carlson. “El señor Carlson se equivoca”, dijo Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, en una rueda de prensa. “Recibimos muchas peticiones de entrevistas con el presidente”.
Putin concedió su última entrevista a un medio occidental en 2021, cuando habló con un periodista de la CNBC. Ha dejado de hablar con medios independientes, tanto rusos como internacionales, desde que lanzó su invasión a gran escala de Ucrania. Desde 2021, solo ha concedido entrevistas a medios rusos, kazajos y chinos.
La libertad de prensa ha desaparecido en gran medida en Rusia en las dos últimas décadas: ha crecido la presión sobre los medios de comunicación independientes y ha aumentado el peligro de detención para los periodistas locales y extranjeros que trabajan en el país. La detención de Gershkovich el año pasado fue un ataque sin precedentes contra un reportero extranjero en la era posterior a la Guerra Fría. Pero los periodistas rusos ya se habían enfrentado a largas penas de cárcel por su trabajo y por enfadar a los aliados y amigos de Putin.
En 2022, en un fallo especialmente atroz, el periodista ruso Ivan Safronov fue condenado a 22 años de prisión por cargos de traición, considerados en general de motivación política. Se creía que Safronov, que había trabajado anteriormente en Kommersant, había enfadado a los militares al informar sobre negociaciones secretas con Egipto, pero toda la información de su juicio era secreta. Según un abogado, a Safronov se le había ofrecido una condena de solo 12 años si incriminaba a otras personas, pero se negó a cooperar.
La invasión a gran escala de Ucrania por parte de Putin también ha acelerado la represión de los medios de comunicación independientes. Más de 1.000 periodistas han huido del país, se han abierto varias causas penales de alto nivel contra periodistas por desacreditar al Ejército ruso o difundir “desinformación”, y medios de comunicación tradicionales como Ekho Moskvy se han visto obligados a cerrar, a pesar de contar con poderosos apoyos en el gobierno.
Según el Comité para la Protección de los Periodistas, Rusia fue uno de los cinco países del mundo que más periodistas encarceló en 2023, con 22 reporteros en prisión. Esta semana, en una protesta de esposas de militares cerca del Kremlin, la policía detuvo a más de 20 periodistas para impedirles informar sobre la manifestación, en una medida “sin precedentes”, según Reporteros sin Fronteras.