Las condiciones en las que se encuentras los inmigrantes y los refugiados en Libia son peores que en los campos de concentración, según un documento enviado al Ministerio de Exteriores alemán por su embajador en Níger.
La embajada de Alemania en Níger ha comprobado y verificado los informes sobre ejecuciones, torturas y otros abusos sistemáticos de derechos humanos en campos creados en Libia a lo largo de la ruta que siguen los refugiados hacia Europa, según informó el periódico Die Welt citando los documentos.
La advertencia llega en un momento en que los líderes de la Unión Europea se preparan para la celebración de una cumbre este viernes en Malta que discutirá las formas de controlar la inmigración en el Mediterráneo desde África de cara a este verano. En este sentido, Italia está presionando para que se tomen acciones decisivas.
Pruebas similares de atrocidades cometidas en Libia han estado saliendo de un caso en los tribunales en Milán iniciado por el Estado italiano contra un jefe de traficantes de personas.
La situación en Libia pone en evidencia la necesidad de que Unión Europea persuada a los líderes del país africano para que permitan el acceso a la ONU y se establezcan centros de registro de refugiados antes de seguir adelante con una política más dura consistente en devolver a los inmigrantes interceptados en el mar.
Varios dirigentes políticos italianos afirman que detener el flujo de inmigrantes es algo fundamental si el país pretende controlar el auge de los partidos populistas.
La embajada de Alemania en Níger señaló en un cable diplomático que fotos y vídeos extraídos de teléfonos móviles corroboran los informes sobre las prisiones privadas dirigidas por traficantes de personas en condiciones similares a las de los campos de concentración.
“Diariamente hay innumerables ejecuciones de inmigrantes, torturas, violaciones, sobornos y exilios al desierto”, señala el informe. Testigos hablan de cinco ejecuciones a la semana en una de las prisiones. El objetivo de dichas ejecuciones es liberar espacio para nuevos inmigrantes y aumentar los ingresos de los traficantes.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha afirmado que la UE no puede llegar a un acuerdo con el Gobierno libio similar al que alcanzó con Turquía, por el que se realizarían importantes donaciones europeas a cambio de mantener a los inmigrantes y refugiados en Libia. El estado caótico del Gobierno libio apoyado por Naciones Unidas hace que esas donaciones sean algo imposible en este momento.
El Ministerio de Exteriores británico se ha interesado por los informes sobre las condiciones en los campos en Libia, pero el acceso es prácticamente imposible dada la falta de seguridad y el fracaso del gobierno apoyado por la ONU de extender su autoridad fuera de una pequeña región de Trípoli.
Diplomáticos británicos admiten que el peligro es que decenas de miles de africanos sean devueltos forzosamente a Libia, donde no hay centros de detención efectivos. Una idea es que la UE financie campos en África para que la agencia de los refugiados de la ONU y ONG puedan registrar a los inmigrantes y refugiados y evitar que crucen el Mediterráneo.
En la cumbre, la UE propondrá formar a una guardia costera militar libia para que opere en aguas interiores del país y obligue a los barcos a regresar a tierra. Propuestas similares ya se han presentado en el pasado. Legalmente, las patrullas europeas que operan más allá de las costas de Libia no pueden forzar a los barcos a que den media vuelta una vez que están en alta mar.
El pasado viernes, los italianos rescataron a 1.000 personas que estaban en riesgo de naufragio. Cruzar el mar de Libia a Italia se ha convertido en la principal ruta de acceso para los inmigrantes y refugiados. Una cifra récord de 181.000 personas llegó a Italia a través de esta ruta solo el año pasado.
Italia teme otro aumento de las llegadas este año. El Gobierno ha insistido en que no permitirá que Italia se convierta en un centro de refugiados y quiere llegar a acuerdos con otros Estados miembros para que realojen a algunas de las personas que llegan a las costas italianas.
Traducido por Javier Biosca