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Los controles policiales por llevar burkini en la playa agitan la política francesa

Angelique Chrisafis

París —

El revuelo político que se ha formado en Francia por la prohibición del burkini se ha intensificado después de que una mujer con la cabeza cubierta fuese fotografiada en una playa de Niza retirándose una túnica de mangas largas rodeada por policías armados.

La serie de imágenes, tomadas por un fotógrafo francés de noticias locales, muestran a una mujer que lleva mallas ajustadas, una túnica de manga larga y un pañuelo siendo abordada por cuatro agentes. Cuando la policía la rodea, ella se quita las mangas largas, dejando ver un top de manga corta por debajo. No está claro si se le ordenó o no hacer eso a la mujer. En otra imagen, un agente de policía aparece poniendo una multa.

Un portavoz de Vantage News, que distribuyó las fotografías, dijo que se tomaron alrededor de las 11.00 de la mañana (hora local) del martes. “La mujer fue multada, se fue de la playa y lo mismo hizo la policía”, asegura el portavoz.

Este jueves, el Consejo de Estado, el tribunal administrativo más importante de Francia, examinará una petición de la Liga Francesa de Derechos Humanos para que anule las prohibiciones de los burkinis. Algunos expertos en Derecho argumentan que las medidas son ilegales.

La oficina del alcalde de Niza negó que la mujer fuera forzada a desvestirse y dijo a AFP que la mujer estaba enseñando a la policía el traje de baño que llevaba debajo de la túnica y encima de sus mallas.

La mujer llevaba ropa normal y no un burkini o un traje de baño completo. El fotógrafo informó sobre la presencia policial, pero estaba lejos de la escena y tomó las fotos con un teleobjetivo, explicó la agencia de fotografía para la que trabaja al periódico Libération.

La semana pasada, Niza prohibió el burkini en sus playas, siguiendo el ejemplo de otras zonas costeras en el sureste de Francia donde los alcaldes han hecho lo mismo.

El teniente de alcalde de Niza, Christian Estroi, del partido de centroderecha Los Republicanos, dijo al equipo de policía municipal que debía “asegurarse de que la norma se respetaba”. Amenazó con acciones legales contra todo aquel que divulgase fotografías de policías municipales. Un total de 24 mujeres han sido paradas por la policía en esta ciudad desde que la prohibición del burkini entró en vigor.

Las fotografías de la mujer quitándose prendas de ropa han provocado indignación. “Estoy tan avergonzada”, ha tuiteado la feminista francesa Caroline De Haas. Historias de otras mujeres que han sido paradas por la policía por llevar velos musulmanes o ropas de mangas largas en las playas han causado furia en el Partido Socialista y los grupos de derechos humanos.

“No tenía intención de bañarme”

En Cannes, una madre de dos niños de 34 años describió cómo había sido parada y multada en una playa en la que estaba sentada con sus dos pequeños. Llevaba ropa y velo. “Estaba sentada en la playa con mi familia. Llevaba el velo clásico y no tenía intención de bañarme”, explicó esta antigua auxiliar de vuelo de Toulouse, que solo se identificó como Siam.

En declaraciones para BFMTV, contó que tres agentes de policía la abordaron y le dijeron que el alcalde de Cannes había emitido un decreto que estipulaba que todo el mundo tenía que llevar ropa correcta y apropiada, que debía atarse el velo a la cabeza como si fuera un pañuelo o salir de la playa.

Ella contestó a los policías que pensaba que la ropa que llevaba era normal y apropiada. Les dijo también que ella no estaba escandalizando a nadie y que no existía ninguna ley que le impidiera ir vestida como quisiera.

'Vete a casa. No te queremos aquí'

“No llevaba puesto un burkini, no llevaba un burka, no estaba desnuda. Por eso consideraba que mi ropa era apropiada”, protestó. Contó que se produjo un tumulto en torno suyo porque unas diez personas salieron en su defensa diciéndole a la policía que la familia no estaba molestando a nadie, mientras que otros diez le insultaban. “Hubo insultos como 'vete a casa', 'no te queremos aquí' o 'Francia es un país católico'. Mi hija estaba llorando, no entendía por qué estaban pidiendo a su madre que se fuera de la playa”.

Fue multada por la policía, que escribió que su ropa no se ajustaba a las “buenas maneras” o al laicismo francés.

Mathilde Cusin, una periodista que estaba presente en la escena, dijo: “Algunas personas claramente aplaudieron a la policía... la gente le pedía que se fuera o que se quitase el pañuelo. Era como estar viendo a una pandilla increpando a una mujer sentada en el suelo entre lágrimas con su hija”.

El alcalde de Cannes, David Lisnard, dijo en la revista L'Obs que apoyaba a los policías que habían tomado la decisión de hacer cumplir la prohibición sobre cualquier “conjunto llamativo” en la playa.

Otras imágenes, compartidas en Twitter por Feiza Ben Mohamed de la Federación de Musulmanes de Niza, parecen mostrar a una mujer con velo, pantalones y túnica siendo detenida por estar en la playa. Un policía le explica que su forma de vestir puede ser un riesgo para el orden público.

Los socialistas han manifestado que las acciones de la policía y de las personas que estaban ahí hacia Siam en Cannes muestran un exceso “especialmente peligroso” y son “incompatibles con la ley”.

El Consejo Francés del Culto Musulmán ha solicitado una reunión urgentes con el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, por el “creciente miedo a la estigmatización de los musulmanes en Francia”.

“La implementación del laicismo y la opción de aprobar ese tipo de decretos no deben llevar a la estigmatización o la creación de hostilidades entre franceses”, ha dicho Cazeneuve.

Las prohibiciones son posteriores al ataque que tuvo lugar en Niza en el Día de la Bastilla y al asesinato de un sacerdote en Normandía. Las diferentes ordenanzas municipales no utilizan explícitamente la palabra burkini, sino que prohíben “la ropa de baño que muestre de forma ostentosa una adscripción religiosa” y arguyen motivos como la necesidad de proteger el orden público, la higiene o la legislación francesa sobre el laicismo.

Sin embargo, llevar burkini sigue siendo legal en Francia. También es legal llevar en público un pañuelo musulmán en la cabeza que no cubra la cara.

Utilizar el laicismo con fines políticos

Los vetos al burkini han suscitado un agitado debate sobre el principio francés de la laïcité (laicismo), con acusaciones de que los políticos están retorciendo y distorsionando ese principio con fines políticos y para atacar a los musulmanes.

La república francesa está asentada sobre una estricta separación entre la Iglesia y el Estado, con el objetivo de promover la igualdad entre todas las creencias privadas. En teoría, el Estado es neutral en términos de religión y da a cada persona la libertad para practicar su fe siempre que no haya ninguna amenaza al orden público.

Benoît Hamon, exministro de Educación que se presenta como candidato socialista para las elecciones presidenciales de 2017, ha opinado que el hecho de que la Policía haya dado el alto a una mujer por llevar velo en una playa es una burla de la laicidad francesa. También ha advertido de una “imposición obsesiva contra los musulmanes” por parte de los políticos.

La senadora del Partido Verde Esther Benbassa ha tuiteado: “Mujeres con velo retenidas por la Policía en la playa. ¿Laicismo? No. Acoso. Persecución antirreligiosa”.

El colectivo francés Osez le féminisme (“Atreveos con el feminismo”) ha manifestado: “Condenamos estos decretos antiburkini. ¿Dónde están los derechos de las mujeres cuando hacemos a un grupo de mujeres responsables del 'desorden público' o incluso del terrorismo? ¿Qué relación hay entre una mujer con velo en la playa y los asesinatos masivos ejecutados por los yihadistas?”.

El velo musulmán ha sido empujado a la agenda política por el expresidente Nicolas Sarkozy, que quiere prohibir en la universidad y en las empresas privadas. Su aliado y exministro Éric Woerth ha declarado en la televisión francesa que llevar pañuelo es un tipo de provocación.

Francia tiene una de las legislaciones más duras de Europa respecto al velo. Incluye la prohibición del niqab, que cubre la cara, en todos los espacios públicos, con el argumento de que esconden la identidad de la persona.

Los funcionarios de los servicios públicos, como hospitales o ayuntamientos, deben ser imparciales y neutrales por ley, por lo que no pueden mostrar sus creencias religiosas en el trabajo con ningún símbolo visible, como un pañuelo, una cruz o un turbante.

En 2004, una ley prohibió todos los símbolos religiosos en las escuelas públicas, lo que impedía a las chicas llevar hijab en el colegio, así como otros símbolos religiosos como la cruz, la kipa judía o un turbante.

Traducido por Jaime Sevilla Lorenzo y Cristina Armunia Berges