Jeremy Corbyn ha descrito los “espeluznantes restos de la Torre Grenfell” como un monumento a un fracasado sistema económico y de vivienda en Reino Unido durante un discurso en el que dio a conocer los planes laboristas para el control del alquiler urbano y una serie de medidas destinadas a erradicar los proyectos de gentrificación.
El líder laborista utilizó su discurso –en su primer congreso anual del partido desde que arrebató la mayoría parlamentaria a la primera ministra, Theresa May– para dar su visión ideológica para Reino Unido. Declaró que el modelo económico neoliberal “forjado por Margaret Thatcher hace muchos años” estaba roto.
Corbyn dijo que sus puntos de vista, una vez considerados marginales dentro del propio Partido Laborista, ahora representan el eje central. Según explicó, ese punto ya no se encontraba en el lugar que los “expertos de la élite” aseguraban que estaba. “Este es el centro real de gravedad de las políticas británicas. Ahora somos la corriente política principal”, dijo. Este entusiasmo laborista contrastó con su descripción de los conservadores. Los tories, aseguró, están “desprovistos de ideas y de energía”.
En un distanciamiento deliberado de las políticas económicas de Tony Blair, Corbyn prometió más intervención pública en materia de vivienda y servicios públicos, y dijo que estaba preparado para aumentar los impuestos de las grandes empresas. Así lo aseguró en un discurso de 75 minutos ante una audiencia que, en ocasiones, se mostró entusiasmada.
El líder laborista apareció en el estrado en medio de cánticos de los animados delegados, algunos de los cuales agitaban bufandas rojas por encima de sus cabezas. “Es bastante contagioso. Asegurémonos de que todo el país se contagie”, dijo haciendo hincapié en el entusiasmo del auditorio.
Corbyn reservó las propuestas más detalladas de su discurso para hablar de la vivienda. Prometió que un gobierno laborista garantizará que los inquilinos de las propiedades que están siendo reformadas puedan regresar a sus casas una vez que los trabajos hayan terminado. También aseguró que los ayuntamientos tendrían que ganarse el voto de los vecinos antes de que se les permitiese embarcarse en proyectos de rehabilitación. Los terrenos que estén en poder de los promotores pero que no estén siendo utilizadas serán gravados con impuestos, añadió.
Más poder para los ayuntamientos
Prometió también que serán las ciudades las que tengan el control de los alquileres, y sus asesores indicaron que quería ir más allá de las promesas anteriores a las elecciones para limitar el aumento de los alquileres con las tasas de inflación. “El control de los alquileres existe en muchas ciudades de todo el mundo y quiero que nuestras ciudades tengan también ese poder y que los inquilinos cuenten con esas protecciones”.
Fuentes laboristas dicen que el partido está buscando modelos de control de los alquileres en ciudades de todo el mundo como parte de una revisión, y dijo que el mercado inmobiliario es “disfuncional”.
“También tenemos que someter a tributación a los terrenos sin urbanizar en manos de promotores y tener el poder para expropiar. Tal y como dijo Ed Miliband: úsalo o piérdelo. Las familias necesitan hogares. No limpieza social. No un aumento de los alquileres. No exorbitantes alquileres de terrenos. Si quieres ver cómo mueren los pobres, acércate a la Torre Grenfell”, añadió, citando al poeta y novelista Ben Okri.
El claro giro de Corbyn hacia la izquierda y la promesa de contener al libre mercado se produjo cuando Theresa May se prepara para hacer una vehemente defensa del capitalismo en su discurso de este jueves para conmemorar los 20 años desde que los laboristas, bajo el liderazgo de Tony Blair y Gordon Brown, hicieran independiente el Banco de Inglaterra.
Lo que se espera que diga la primera ministra, que comenzó su carrera profesional en el banco en 1977, es: “Una economía de libre mercado, operando bajo las normas y reglamentos correctos, es el mayor agente de progreso colectivo humano que jamás se ha creado”.
Fuentes laboristas incidieron en que la visión de Corbyn no se basa en el desmantelamiento del capitalismo, sino en reequilibrar la economía con más participación estatal.
El discurso levantó críticas generalizadas por parte de los grupos empresariales, que protestaron diciendo que se oponen a más intervención estatal y que sienten que el laborismo no está representando sus intereses, incluso cuando políticas como la del control de los alquileres y la nacionalización de los servicios públicos parecen haber calado en la sociedad.
Carolyn Fairbairn, de la patronal de la industria británica, aseguró que hubo “pocas palabras cordiales” por parte del líder laborista. “La retórica repetitiva de los pecados de un puñado de empresas hace poco por tranquilizar a los empresarios e inversores ansiosos por saber cuál va a ser el futuro de Reino Unido como un gran lugar para hacer negocios”.
Corbyn sostuvo que el resultado de las elecciones había forzado a los tories a retirar políticas como la denominada 'dementia tax' (nombre que se utilizó para describir las propuestas conservadoras para el pago de las residencias de ancianos), los planes para comprobar los medios económicos para evaluar los subsidios energéticos en invierno, proponer más 'grammar schools' (un tipo de centros educativos de élite considerados clasistas) y la posibilidad de recuperar la caza del zorro. “En su lugar, parece que están escogiendo políticas laboristas, incluido el Brexit”.
“A la primera ministra le digo que de nada. Pero ya que estamos, llega hasta el final: termina con la austeridad, suprime las matrículas universitarias, acaba con el tope de financiación para el sector público”.
Ataque frontal contra May
Corbyn defendió que el Partido Laborista está preparado para gobernar y se comparó con el estado del Partido Conservador, riéndose del eslogan de Theresa May durante las elecciones: “Fuerte y estable”. “No son fuertes, y estables definitivamente tampoco. Están colgando de un hilo”, dijo el líder de la oposición.
Corbyn también aprovechó su discurso para criticar a los medios de comunicación, diciendo que “sus dueños, evasores de impuestos, están dando instrucciones para destruir el Partido Laborista”. Señaló que un periódico, el Daily Mail, dedicó 14 páginas a atacar a los laboristas, y que en las elecciones habían subido 14 puntos. “Nunca tantos árboles han muerto en vano”, y añadió en tono provocador: “Esto va dirigido al director del Daily Mail: la próxima vez que sean 28 páginas”.
El líder del Partido Laborista dijo que a Diane Abbott, portavoz de Exteriores de la oposición, le tocó la peor parte del abuso en internet, declaración que llevó al público a ponerse en pie y a cantar cumpleaños feliz a Abbott. “Sufrió un abuso misógino y racista intolerable”, dijo Corbyn. En un guiño al cambio del pasado martes en las normas de partido, añadió: “No hay excusa que valga ante el abuso, dirigido a quien sea, no va a tener lugar, no lo vamos a aceptar, no lo vamos a permitir”.
Sin embargo, Corbyn ha sido criticado en las redes sociales por no mencionar el antisemitismo de una manera directa, tras la polémica generada por unos comentarios en un evento paralelo a las conferencias principales [los comentarios se produjeron en la charla, sobre libertad de expresión e Israel, un activista americano-israelí declaró que la libertad de expresión también se debería aplicar a los negacionistas del Holocausto].
El mayor ataque del líder laborista al gobierno del Partido Conservador se centró en las negociaciones del Brexit. Corbyn les acusó de tener un “equipo de negociación totalmente inepto” y de poner “el enriquecimiento personal” por encima del interés nacional.
Esta semana el ministro del Exterior, Boris Johnson, ha sido acusado de desautorizar a la primera ministra y al ministro de Hacienda, Philip Hammond. “El interés nacional nunca ha estado tan mal defendido en una cuestión tan vital. Si no hubiera otra razón más para que los conservadores se fueran, su gestión chapucera e interesada del Brexit sería más que suficiente”, concluyó Corbyn.