OPINIÓN

Los demócratas se arriesgan a una derrota demoledora si no cambian de estrategia ahora

Senador de EEUU —
21 de junio de 2022 22:32 h

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En un momento histórico en el que los líderes del Partido Republicano debilitan la democracia, ignoran la crisis climática, tratan de anular la sentencia Roe v Wade (que legalizó el derecho al aborto en todo el país en 1973), se oponen a un aumento del salario mínimo, apoyan más exenciones fiscales para los ricos y el crecimiento de la oligarquía y nos impiden aprobar leyes para la seguridad de las armas, sería un desastre que este partido de extrema derecha tomara el control de la Cámara de Representantes y del Senado de Estados Unidos. Por desgracia, parece que la estrategia actual del Partido Demócrata es permitir que esto suceda. 

Según muchas encuestas, los republicanos tienen una excelente probabilidad de ganar en noviembre en las elecciones al Congreso de medio mandato. La razón principal: ahora, además de la sangría del apoyo de la clase trabajadora blanca al Partido Demócrata que lleva sucediendo años, también se está perdiendo el apoyo de los trabajadores latinos, negros y asiáticos. 

Además, el nivel de entusiasmo en la base del Partido Demócrata por las próximas elecciones es extremadamente bajo. No solo se disipa el apoyo de la clase trabajadora sino que también los jóvenes, que ayudaron a que ganaran Joe Biden y otros demócratas en 2020, están cada vez más desmoralizados y tienen grandes probabilidades de no votar en las próximas elecciones. 

¿Por qué ocurre esto? ¿Se puede cambiar esta trayectoria?

El nuevo Roosevelt

Durante la campaña, Biden prometió ser el presidente más progresista desde Franklin Delano Roosevelt. Y durante los primeros meses de su mandato, con un fuerte apoyo de los demócratas en el Congreso, cumplió su promesa. En un momento en que la COVID-19 causaba estragos en la salud y el bienestar económico del pueblo estadounidense, bajo el liderazgo del presidente Biden aprobamos el llamado American Rescue Plan, la legislación más relevante de la historia moderna. Este proyecto de 1,9 billones de dólares logró dar apoyo financiero a decenas de millones de familias y comercios estadounidenses, estabilizando la economía y mejorando nuestra respuesta a la pandemia. 

En marzo de 2021, tras la aprobación de esta legislación popular, el presidente Biden contaba con un nivel de aprobación del 59%, el más alto de su presidencia, y había un apoyo generalizado a lo que hacían los demócratas. También existía una fuerte convicción de que debíamos ir más allá. El American Rescue Plan fue una ley de emergencia que afrontaba problemas relacionados con la COVID-19 que afectaban al país. Entonces, con una nueva Administración a cargo, el pueblo estadounidense quería que nos ocupáramos de las crisis estructurales ignoradas durante mucho tiempo y que impactaban a las familias de clase trabajadora de nuestro país. 

Con una desigualdad grotesca y cada vez mayor en términos de ingresos y riqueza, con décadas de estancamiento en los salarios, con la amenaza existencial de la crisis climática, con un sistema impositivo amañado y crisis en la sanidad, el cuidado infantil y la vivienda, el pueblo estadounidense quería que el Congreso finalmente luchara para defender sus intereses, y no solo la codicia de los ricos contribuyentes de su campaña. De eso se trataba el plan Build Back Better Act. Encuesta tras encuesta, mostraban el apabullante apoyo que tenían prácticamente todas las disposiciones de esa ley. 

Sí. El pueblo estadounidense quiere que los ricos paguen los impuestos que les corresponden. Quiere que bajen los indignantes precios de los medicamentos bajo prescripción médica, quiere expandir el plan de seguro público Medicare para que cubra servicios de odontología, audífonos y salud de la visión, quieren solucionar la crisis de vivienda y salud, quiere que el cuidado infantil, las guarderías y la educación superior sean asequibles, quiere un programa de licencias familiares y de salud, y que se construyan los millones de viviendas asequibles que necesitamos. Sí. El pueblo estadounidense quiere que invirtamos considerablemente en la lucha contra el calentamiento global y que transformemos nuestro sistema de energía para evitar los combustibles fósiles. 

Sabotaje

Por desgracia, a pesar del fuerte apoyo del pueblo estadounidense, a pesar del apoyo del presidente, a pesar de la aprobación en la Cámara de Representantes, a pesar del apoyo de 48 miembros del Senado, dos demócratas apoyados por grandes empresas -los senadores Joe Manchin y Kyrsten Sinema, quienes recibieron millones de dólares en contribuciones de campaña por parte de multimillonarios e intereses corporativos- decidieron sabotear la ley. Necesitábamos 50 votos para aprobar Build Back Better. Conseguimos 48. 

Y desde entonces, todo ha sido cuesta abajo para los demócratas. Luego de nueve meses de “negociaciones” infructuosas con Manchin y Sinema, hace rato que es hora de darse cuenta de que este camino no lleva sino a una derrota en las urnas, y a la percepción cada vez mayor de que los demócratas les han dado la espalda a las familias de clase trabajadora. Necesitamos una estrategia nueva. Tenemos que ganarles a los republicanos. Tenemos que dar batalla. 

En un momento en extremo difícil y perturbador (inflación, la pandemia, el calentamiento del planeta, violencia de armas, ataques al derecho del aborto, la guerra en Ucrania) el pueblo estadounidense quiere que sus cargos electos planten cara a los poderosos intereses especiales y luchen por los ciudadanos. Los demócratas controlan la Casa Blanca, el Senado y la Cámara de Representantes —y aún así eso no ocurre. Los están responsabilizando por su inacción. Y están perdiendo. 

Dar guerra a los republicanos

¿No hay esperanza en esta situación? No lo creo. Pero para poder dar vuelta la situación, los demócratas necesitan un cambio de rumbo considerable. Si lo hacen, pueden aprender la lección de la campaña de Harry Truman. En 1948, nadie creía que Truman pudiera ganar las elecciones. El senador de Carolina del Sur Strom Thurmond y los segregacionistas habían atornillado el partido y Henry Wallace, un candidato de un tercer partido, le estaba quitando los votos progresistas a Truman. Truman respondió con una estrategia simple y directa. A diferencia de los demócratas de hoy, dio batalla a los republicanos. No permitió que se escondieran detrás de sus quejas y su inacción. Expuso lo que eran: herramientas para los intereses especiales. Los hizo votar en asuntos críticos. Y una y otra vez ellos votaron contra los intereses de las familias de clase trabajadora. Truman mostró que la diferencia entre los partidos era muy clara —y ganó. 

Lo que deben hacer los demócratas ahora es dejarlo claro: quizás tengan 50 votos en el Senado, pero no tienen 50 votos para aprobar la legislación que el pueblo estadounidense quiere y necesita. No tienen apoyo de los republicanos, y hay dos demócratas que votan junto a los republicanos en asuntos importantes. 

Es hora de hacer funcionar la democracia. Llevemos al Senado los asuntos cruciales que afectan a nuestras familias y votemos, votemos y votemos una vez más. Incluso si perdemos, lo cual es probable, el pueblo estadounidense tiene derecho a ver dónde están sus cargos electos. ¡Háganlos votar! 

Todos los años hay multimillonarios y corporaciones grandes que no pagan un centavo en impuestos federales. Veamos cuántos republicanos votarían a favor de una reforma de los impuestos que termine con estos vacíos legales. 

Millones de trabajadores siguen recibiendo salarios de miseria. Veamos cuántos republicanos votarían a favor de subir el salario mínimo al menos a 15 dólares (14,25 euros) la hora. 

Pagamos, de lejos, los precios más altos del mundo por medicamentos bajo prescripción médica. Veamos cuántos republicanos votarían a favor de que Medicare negociara los precios de los medicamentos y los redujera a la mitad. 

Muchos mayores no pueden pagar el indignante coste de la salud odontológica, de los audífonos y la salud de la visión. Veamos cuántos republicanos votarían a favor de expandir Medicare para que cubriera estas necesidades básicas de la salud. 

De media, el coste del cuidado infantil en este país es de unos prohibitivos 15.000 dólares (14.245 euros) anuales, si es que los padres encuentran una plaza. Veamos cuántos republicanos votarían a favor de bajar el precio del cuidado infantil y de que las guarderías sean gratuitas.

Somos el único país grande del mundo que no garantiza bajas pagadas por maternidad y paternidad y por razones médicas. Veamos cuántos republicanos votarían a favor de proveer al menos 12 semanas de baja pagada para las familias de clase trabajadora del país. 

Tenemos el mayor nivel de pobreza infantil de casi todos los países grandes del mundo. Veamos cuántos republicanos votarían a favor de continuar con el crédito impositivo de 300 dólares (285 euros) por mes por niño, que reduciría la pobreza infantil en un 40%. 

Millones de personas mayores tienen problemas para sobrevivir con los insuficientes beneficios de la Seguridad Social. Sin embargo, el tope a los impuestos de Seguridad Social es de 147.000 dólares (139.603 euros). Veamos cuántos republicanos votarían a favor de quitar el tope a las ganancias y aumentar los beneficios de la Seguridad Social. 

Los científicos nos dicen que se está acabando el tiempo de luchar contra la crisis climática. Veamos cuántos republicanos votarían a favor de crear millones de puestos de trabajo bien pagados y transformar nuestro sistema de energía para evitar los combustibles fósiles. 

Los trabajadores que quieren afiliarse a sindicatos muchas veces no pueden por las acciones ilegales que llevan a cabo sus empleadores. Veamos cuántos republicanos votarían a favor de dar a los trabajadores la libertad de sindicalizarse. 

Y eso no es todo lo que debemos hacer. 

Tampoco podemos permitir que asesinos con rifles AR-15 sigan masacrando niños en escuelas y supermercados. Veamos cuántos republicanos votarían a favor de una legislación fuerte y significativa para garantizar la seguridad de las armas. 

El Partido Demócrata no puede seguir ignorando las necesidades de la clase trabajadora del país y esperar mantener el control mayoritario de la Cámara de Representantes y el Senado. Es hora de mostrar de qué lado estamos. Es hora de empezar a votar. 

* Bernie Sanders es senador de Estados Unidos y el presidente de la comisión de presupuestos del Senado. Representa al estado de Vermont. 

Traducción de Patricio Orellana.