Braden Matejka sobrevivió a un disparo en la cabeza en el tiroteo de Las Vegas. Fue entonces cuando empezó a recibir amenazas de muerte.
“Eres un mentiroso de la peor calaña y espero que alguien te dispare en la cabeza de verdad”, le escribió alguien en Facebook una semana después de que un hombre armado matara a 58 personas e hiriera a cientos más. “¡Tienes un alma repugnante y oscura! ¡Pagarás las consecuencias!”, le dijo otro. Pronto empezó a circular un meme de Facebook con una imagen de él tras el tiroteo, y con la frase “¡Soy un jodido embustero!”.
Esta víctima de 30 años, que estuvo al borde de la muerte en el que es uno de los peores tiroteos de la historia moderna de Estados Unidos, sufre ahora una lluvia de insultos y amenazas en Internet, y se ha visto obligado a cerrar sus cuentas en medios sociales y desaparecer de la red. Su familia y amigos también han sido víctimas de acoso, vejaciones y amenazas explícitas.
“Todas estas familias están intentando procesar una de las experiencias más horribles de sus vidas y, al mismo tiempo, tienen que hacer frente al odio, la ira y a los ataques en la red, como consecuencia de una teoría de la conspiración”, indica Taylor Matejka, el hermano de Braden, que mostró a the Guardian algunos de los mensajes recibidos. “Es una locura. No puedo entender cómo piensa esta gente. ¿No ven que somos personas de carne y hueso?”.
Ataques y bulos en la red
Los que creen que la masacre de Las Vegas es un montaje están atacando a los familiares de las víctimas mortales y a los supervivientes de la masacre, y están difundiendo bulos en las redes sociales. Algunos de ellos creen que el tiroteo es un montaje del Gobierno y que las víctimas no son más que impostores. Concretamente, los usuarios han subido post y vídeos virales en Facebook y en Youtube, y aseguran que los supervivientes como Braden son “actores” y que el gobierno los contrató para que fingieran ser atacados.
Las teorías de la conspiración son habituales tras una tragedia nacional o un evento histórico de grandes proporciones, pero ahora las redes sociales han agudizado este problema porque permiten que estos bulos lleguen a muchas personas y son la plataforma perfecta para que los trolls puedan insultar a sus víctimas.
“Me indignan”, explica Rob McIntosh, de 52 años, que recibió un disparo en el tórax y otro en el brazo y que desde entonces ha sido acusado de ser un actor que finge ser un herido. “He vivido una experiencia traumática y terrible, y encima ahora me acusan de mentir. Ni siquiera tengo la posibilidad de responderles”.
“Espero que alguien venga a por ti”
Braden Matejka es de la Columbia Británica, Canadá, y había viajado a Las Vegas con su novia, Amanda Homulos, para celebrar los 30 años de él en un festival de música country. El atacante, Stephen Paddock, cuyo móvil es una incógnita, disparó contra toda la gente que había acudido a este concierto al aire libre desde la planta 32 del hotel Mandalay Bay.
La pareja intentó huir y Braden fue alcanzado por una bala. Tras el disparo en la cabeza cayó al suelo y se golpeó la cara. A pesar de quedar envuelto en un baño de sangre, nunca perdió la consciencia, y él y su novia, que salió ilesa, consiguieron llegar hasta el coche de otra persona que también había ido al concierto y que los llevó al hospital.
No se trató de una herida mortal y a los pocos días la pareja dio una entrevista muy emotiva a Associated Press y explicó cómo había logrado escapar.
“Estoy muy agradecida de que estemos vivos y no tengo palabras para expresar lo mucho que siento que otras personas no hayan tenido la misma suerte”, indicó Homulos entre sollozos.
En otra entrevista, publicada por the Guardian y otros medios, Braden explicó que la bala podría haberle costado la vida: “Estuvo muy cerca…si me hubiera dado en el cerebro ahora estaría muerto”.
Su hermano Taylor y otros allegados empezaron a promover una campaña en Facebook para recaudar dinero para Braden, que tuvo una hemorragia e inflamación cerebral y visión borrosa. Además, trabaja como mecánico y soldador y se ha tenido que pedir una baja. Sus amigos y familiares le mandaron mensajes de ánimo y de apoyo. Sin embargo, poco después empezó a recibir mensajes desagradables y quedó desbordado por el alud de comentarios.
“Obviamente, un MAL ACTOR”, escribió una usuaria de Facebook llamada Samantha. “ESTÁ ENGAÑANDO AL PÚBLICO… esto no es más que un montaje del gobierno”.
“ERES UN MENTIROSO Y UNA ESTAFA DE MIERDA”, escribió Karen.
“Pagarás por ello”, dijo un usuario llamado Mach. Otros lo llamaron “BASTARDO MENTIROSO”, “cochino actor del gobierno” y “jodido fraude”. Un usuario llamado Josh escribió: “Espero que alguien venga a por ti y te mate literalmente a puñetazos”.
Taylor, de 28 años, señala que “se quedó de piedra cuando leyó los comentarios”.
Una mujer colgó 26 mensajes debajo de la petición de donativos de Taylor, y explicó que había sido enfermera durante más de 20 años y que estaba convencida de que Braden mentía y era actor.
Decidió cerrar sus redes
Braden intentó defenderse pero al final ya no pudo más y cerró sus cuentas en Facebook e Instagram. Eso dio pie a que algunos afirmaran que eso no hacía más que confirmar que Braden había participado en una conspiración del gobierno; un montaje para impulsar medidas para el control de armas.
Taylor intentó explicar su versión a los que estaban convencidos de que se trataba de una conspiración pero no logró convencerles. “Me gustaría poder conversar con estas personas pero parece que no quieren razonar. Es triste ya que mucha de esta gente está convencida de que está haciendo lo correcto y defendiendo la verdad”.
Todo parece indicar que canales como YouTube todavía empeoran más este fenómeno. Esta semana, al buscar “Braden Matejka” en esta plataforma de vídeos propiedad de Google, uno de los primeros vídeos propuestos se titulaba “Cómo identificar a actores que simulan situaciones de crisis y noticias falsas”. Todo ello a pesar de que, después de que las víctimas criticaran a la plataforma por dar cancha a las teorías de la conspiración. YouTube se apresuró a afirmar que iba a cambiar su algoritmo para promover la versión real de la masacre en Las Vegas.
YouTube tiene una parte de responsabilidad
Tras conceder entrevistas en las cadenas de televisión ABC y NBC, Mike Cronk, otro superviviente del tiroteo, también se convirtió en el blanco de ataque de los defensores de la teoría de la conspiración. Muchos usuarios de YouTube han colgado vídeos en los que afirman que es un impostor y en estos momentos una búsqueda con su nombre da como resultado las palabras “actor” e “impostor”. Los primeros vídeos que aparecen al escribir “Mike Cronk Las Vegas” son vídeos sobre una posible conspiración. Aparecen antes que la entrevista de ABC News.
McIntosh, un amigo de Cronk que poco a poco se recupera de las heridas de bala, afirma que estas plataformas tienen que asumir su responsabilidad: “Si permiten que estos vídeos sigan en la plataforma y de esta manera contribuyen a promoverlos, están obligados a rendir cuentas. Están promocionando un servicio y deben fijar unos criterios”.
Taylor reconoce que a las redes sociales les resulta complicado hacer un seguimiento de todo lo que se cuelga y censurar contenido cuestionable pero cree que deberían dar prioridad a las noticias verdaderas y relegar las falsas: “Los usuarios deberían poder leer primero la verdad”.
Después de que the Guardian preguntara por vídeos concretos que atacaban a los supervivientes de la masacre, YouTube eliminó uno de los que atacaba a Braden Matejka por considerar que vulneraba su política contra “los insultos y el acoso”. Sin embargo, muchos otros vídeos todavía se pueden ver en la plataforma.
“Tan pronto como tenemos conocimiento de ello, intentamos eliminar lo antes posible los vídeos que vulneran nuestros estándares”, explicó un portavoz por correo electrónico.
Taylor Matejka explica que ha intentado quitar hierro a las amenazas que recibe su familia pero que tras la masacre de Las Vegas le cuesta no darle importancia a las amenazas de muerte.
“Si quieres pasar el resto de tu vida buscando teorías de la conspiración en Internet, eres libre de hacerlo –indica– pero no en detrimento del bienestar de las víctimas”.
Traducido por Emma Reverter