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The Guardian en español

Los familiares de las víctimas de la escuela de Uvalde siguen luchando por cambiar la ley, tras una efímera victoria de 24 horas

La localidad de Uvalde (Texas, EEUU) recuerda la masacre de 19 niños en la escuela primaria de Robb hace un año.

Charlie Scudder

Arlington, Texas (EEUU) —
25 de mayo de 2023 22:53 h

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Días después de un sangriento tiroteo masivo en un suburbio de Dallas, las familias de otra horrible matanza en Texas se dieron cita en el capitolio de este estado para exigir una reforma de la legislación sobre armas del estado, conocida por su permisibilidad.

Había pasado casi un año desde que un joven armado mató a tiros a 19 alumnos y a dos profesores en una escuela primaria de la ciudad de Uvalde. La policía llegó a la escuela primaria Robb pocos minutos después de que empezara el tiroteo pero tardó más de una hora en entrar y enfrentarse al tirador y matarlo. Desde la masacre, las familias de las víctimas no han dejado de presionar a los legisladores de Texas para que aprueben medidas que garanticen un control más estricto de las armas.

El pasado 6 de mayo se produjo otra matanza en Texas, en un centro comercial de la ciudad de Allen. Las familias de Uvalde no tardaron en darse cita en el capitolio para pedir a los legisladores que aprobaran, al menos, la medida que consideran prioritaria: elevar de 18 a 21 años la edad mínima para que los tejanos puedan comprar armas de fuego semiautomáticas. Se alinearon en los pasillos mientras los legisladores se dirigían a la Cámara de Representantes, sosteniendo pancartas y coreando el lema “subid la edad”, que, en parte, hace alusión al autor del tiroteo de Uvalde, que había cumplido 18 años pocos días antes de cometer la matanza.

La lucha de las familias por cambiar la ley

“Si este proyecto hubiera sido ley en el estado de Texas hace un año, ese joven no habría podido [comprar] el arma semiautomática que utilizó para asesinar a nuestra hija”, declaró Kimberly Mata-Rubio, cuya hija Lexi murió en la escuela de Uvalde. “Nuestros corazones pueden estar rotos, pero nuestra determinación nunca ha sido más fuerte”, agregó durante una audiencia del comité de la Cámara de Representantes de Texas.

Lo cierto es que la fuerte determinación de las familias de Uvalde no se ha traducido en grandes avances legislativos en el último año, obstaculizados por la mayoría republicana en la asamblea y un gobernador afín que se ha opuesto incluso a las medidas más insignificantes de control de armas.

“Decepción no es una palabra lo suficientemente fuerte para referirse a la pasividad de la asamblea legislativa”, afirma Nicole Golden, directora ejecutiva de Texas Gun Sense, que aboga por leyes de control de armas en el estado: “Seguimos dando pasos en esa dirección, conscientes de que tenemos mucho camino por delante”.

En Washington, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó un proyecto de ley federal un mes después del tiroteo de Uvalde, introduciendo algunos cambios en las medidas de control de armas del Congreso. En Texas, esta primavera se han presentado más de 300 proyectos de ley relacionados con las armas de fuego, pero sólo unos pocos se aprobarán. Los que se aprueben probablemente no reducirán significativamente el acceso a las armas en ese estado, y algunos incluso pueden hacerlas aún más accesibles.

Un año después de la masacre

La respuesta del Gobierno federal al tiroteo de Uvalde −del que se cumple un año esta semana− fue rápida. El presidente Biden se apresuró a exigir al Congreso la aprobación de amplias medidas de control, como la prohibición de las armas de asalto. Aunque la mayoría de los republicanos se han posicionado en contra de un control de armas más estricto, el senador estadounidense John Cornyn, republicano de Texas, ha liderado las negociaciones para que se aprueben ligeros ajustes.

Concretamente, se ha resuelto una laguna legal, conocida como “la laguna del novio”, una normativa que prohibía poseer un arma de fuego a las personas condenadas por delitos de violencia doméstica. Anteriormente, la prohibición sólo afectaba a los cónyuges o parejas que viven juntas o tienen un hijo en común. La nueva ley amplía esa definición para incluir a los novios.

La aprobación ha supuesto un hito importante para los defensores del control de armas. El Congreso no había aprobado ninguna medida similar de control de armas en casi 30 años. “En un momento en que parece imposible conseguir nada en Washington, estamos haciendo algo importante”, dijo Biden cuando firmó la ley.

Desde entonces, se han registrado más de 650 tiroteos masivos en EEUU, según el recuento de la organización no partidista Gun Violence Archive, que define un tiroteo masivo como aquel en el que mueren o resultan heridas cuatro o más personas.

Tras esta serie de masacres, Biden ha vuelto a reclamar la prohibición de las armas de asalto y otras medidas más estrictas de control de armas. El presidente estadounidense ha calificado la falta de respuesta de los republicanos de “indignante e inaceptable”. En gran medida, esa actitud pasiva se debe a los legisladores de Texas. A nivel estatal apenas se ha puesto remedio a los tiroteos masivos, aparte de las promesas tangenciales de mejorar la asistencia psicológica y otras medidas provisionales.

El escollo de Texas

La asamblea legislativa del estado de Texas sólo se reúne cinco meses cada dos años, por lo que esta primavera acudieron al capitolio de Austin grupos de presión que apoyan el control de armas y otros que, por el contrario, apoyan un mayor acceso a las armas de fuego.

Muchas de las medidas se han estancado en el capitolio de Texas. Entre ellas se incluyen las de intervención en casos de violencia comunitaria, los requisitos de comprobación de antecedentes y el aumento de la edad mínima para poseer un arma de fuego, así como las leyes de bandera roja, también conocidas como órdenes de protección de riesgo extremo, ya que permiten a las autoridades confiscar de manera temporal armas de fuego a personas que un juez considere que representan una amenaza.

La directora ejecutiva de Texas Gun Sense señala que los legisladores acordaron asignar 500.000 dólares en los próximos dos años para la campaña Keep 'Em Safe Texas, que enseña a los propietarios de armas el almacenamiento seguro y adecuado de las armas de fuego, para prevenir suicidios, homicidios y tiroteos masivos como el de hace cinco años en una escuela secundaria de Santa Fe, Texas.

En cuanto a las principales medidas, ni siquiera el tiroteo masivo más reciente en este estado estadounidense −la masacre en el centro comercial de Allen− parece ser suficiente para sacudir a los republicanos. El autor del tiroteo mató a ocho personas, entre ellas tres niños, antes de ser abatido por un policía.

Sin embargo, el tiroteo ha hecho avanzar un proyecto de ley en Austin: el proyecto de ley 2744 de la Cámara de Representantes, que elevaría la edad para comprar armas semiautomáticas de 18 a 21 años, se había estancado en un comité de esa cámara. Solo dos días después de los sucesos de Allen se estableció una fecha límite para que fuera aprobado o rechazado. Pocos esperaban que pasara al pleno.

Después de que las familias de Uvalde abarrotaran el capitolio del estado, coreando “aumentad la edad”, mientras los legisladores se dirigían al hemiciclo, el comité de la cámara sobre seguridad comunitaria convocó rápidamente una reunión y aprobó la medida por ocho votos a favor y cinco en contra, con dos republicanos a favor. La sala, llena de familias de Uvalde, estalló en aplausos. Algunas lloraron.

“Vemos tantas tragedias con niños que reciben disparos en escuelas. Este es un modesto cambio que podemos hacer para dar tranquilidad a muchas personas y proteger a los niños”, dijo entonces al Dallas Morning News el republicano Sam Harless, que se unió a los demócratas para impulsar el proyecto de ley. “No me presenté a este cargo para decantarme por el voto fácil”, agregó.

Golden subraya que la votación supone un hito importante para la política de armas de Texas: “No tiene precedentes en el capitolio en general. La gente se quedó atónita”. “No quiero quitarle mérito al paso que se ha dado”, dice. Sin embargo, esa victoria para los defensores del control de armas duró poco.

Al día siguiente, no se cumplió otro plazo crítico y no se programó una votación del pleno. Los demócratas dicen que seguirán impulsando la medida, pero es poco probable que se apruebe. “Pasamos de la euforia a la decepción con una rapidez abrumadora”, reconoce Golden. “Hay que dar pasos adelante, celebrarlos y valorar su importancia”.

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