El ganado que se cría en EEUU para convertirse en alimento recibe cinco veces más cantidad de antibióticos que los animales de granja de Reino Unido. Estos nuevos datos preocupan de cara a los nuevos tipos de importaciones de carne que se puedan producir tras las negociaciones comerciales posteriores al Brexit.
La diferencia hallada en las dosis es de al menos nueve veces más en el caso del ganado criado para carne de ternera, y puede ser hasta 16 veces mayor que las dosis que reciben las vacas de Reino Unido. A día de hoy, está prohibido importar ternera de EEUU en toda Europa, debido principalmente al uso indiscriminado de hormonas de crecimiento en EEUU.
El mayor uso de antibióticos, sobre todo aquellos que son indispensables para la salud humana –las medicinas denominadas “de último recurso” y que la OMS quiere vetar en su uso en animales– se asocia a una mayor resistencia a las medicinas y a la rápida evolución de las “superbacterias” que pueden llegar a matar o causar graves enfermedades.
La diferencia entre los niveles de dosis en EEUU y Reino Unido arroja nuevas incógnitas en torno a las negociaciones del Brexit, bajo las cuales los políticos están tratando de negociar pactos comerciales para Reino Unido independientemente de la UE. La agricultura y los alimentos son áreas clave, sobre todo en cuanto al comercio relacionado con EEUU. Como parte de cualquier acuerdo, Washington podría insistir en abrir los mercados de Reino Unido para importar ciertos productos que están ahora prohibidos bajo la legislación comunitaria.
Cuando Reino Unido tenga que negociar desde fuera de la UE un nuevo acuerdo, lo hará bajo fuertes presiones para que acceda a tal tipo de importaciones. Ya en verano hubo fuertes discusiones sobre la posibilidad de importar carne de pollos tratados con agua clorada. Según expertos de Reino Unido, blanquear el pollo es una práctica peligrosa porque puede servir para camuflar una serie de prácticas poco higiénicas en la cadena alimenticia.
Ted McKinney, subsecretario de Comercio de EEUU, dijo durante un encuentro con ganaderos británicos el mes pasado que estaba “harto y cansado” de escuchar las preocupaciones de los británicos sobre el pollo clorado y los estándares alimenticios de EEUU. Esto es una señal más de que el Gobierno de EEUU está tratando por todos los medios de lograr un acuerdo sobre productos agrícolas como parte de cualquier acuerdo comercial.
La resistencia a los antibióticos puede propagarse rápidamente entre manadas y rebaños, pero también puede producirse al comer productos alimenticios afectados, según la OMS.
Los antibióticos se utilizan tres veces más en los pollos de EEUU que en los que se crían en Reino Unido, dos veces más en los cerdos y cinco veces más en los pavos. Así lo indica la investigación realizada por Alliance to Save Our Antibiotics, un grupo de presión que basa su informe en nuevos datos que se hicieron públicos hace poco a través de corporaciones empresariales y el Gobierno.
“Las granjas de ganado vacuno de EEUU están abusando de manera masiva de los antibióticos. Las últimas investigaciones muestran las grandes ventajas para la salud de la ternera británica, que a menudo procede de animales criados en el campo, mientras que el ganado estadounidense suele terminar en criaderos intensivos”, compara Suzi Shingler, que forma parte de la Alliance to Save Our Antibiotics. “Los negociadores que probablemente se vean tentados a levantar el veto de la ternera estadounidense deberían no solo considerar el impacto en el crecimiento de las hormonas, sino también la resistencia a los antibióticos provocada por el uso indiscriminado”.
Se cree que casi tres cuartas partes del uso total de antibióticos en todo el mundo se suministra a animales y no a humanos, los cual plantea serias dudas sobre la agricultura intensiva y posibles efectos sobre la resistencia a los antibióticos, algo que puede propagarse con facilidad a las personas.
Cuando la resistencia se afianza y los medicamentos dejan de ser efectivos, hasta el tratamiento de enfermedades comunes puede ser un problema. Sally Davies, directora del Servicio Médico de Inglaterra, ha alertado de que la resistencia a los antibióticos es una de las peores amenazas a las que se enfrenta la humanidad. Ha dicho también que si no se toman medidas de manera urgente, operaciones rutinarias como el reemplazo de una prótesis de cadera se convertirán en intervenciones demasiado peligrosas.
La diferencia entre el uso de los antibióticos en el ganado estadounidense y británico se debe en parte a los esfuerzos por parte de las organizaciones agrícolas y los minoristas británicos para frenar el uso de tales sustancias. En los últimos años estos esfuerzos han sido mayores porque la crisis de las superbacterias se ha hecho más evidente.
Peter Melchell, director de las políticas de la Soil Association, concluyó: “Los granjeros británicos ya han empezado a frenar su uso de antibióticos, y el Gobierno debe tener cuidado en no pasar por alto todo este proceso permitiendo importaciones procedentes de países que no respetan los estándares de Reino Unido y de la Unión Europea”.
Traducido por Cristina Armunia Berges