El periódico The Guardian ha informado sobre restos de una posible droga de clase A [la que implica condenas más severas en el sistema legal británico] encontrados en una de las casas que la monarquía británica cede al gobierno después de dos fiestas en las que participaron aliados políticos de Liz Truss.
Según las fuentes consultadas por The Guardian, en la casa de campo de Chevening apareció polvo blanco el verano pasado, días antes de que Truss ganara la carrera por el liderazgo del Partido Conservador para convertirse en primera ministra.
Un miembro del personal dijo que detectaron la presencia de cocaína tras analizar el polvo con un bastoncillo que cambia de color al entrar en contacto con la droga.
La posesión de cocaína es un delito que puede acarrear penas de prisión de hasta siete años o una multa cuyo importe queda a discreción de los tribunales.
El gobierno comenzó en julio una nueva ofensiva contra los consumidores ocasionales de drogas y dijo que sus pasaportes podrían ser confiscados.
Según otras fuentes, en el número 10 de Downing Street se encontraron restos similares tras dos fiestas celebradas durante la época del confinamiento por la COVID-19 y con Boris Johnson como primer ministro.
Según el personal que trabaja en la casa de campo de Chevening, en Kent, los restos de polvo blanco fueron encontrados en dos ocasiones en una mesa auxiliar de la sala de juegos donde está el billar. Sucedió tras noches en las que Truss agasajaba a sus invitados en la propiedad, una casa del siglo XVII clasificada como edificio de interés excepcional que sirve como lugar de descanso para ministros de Asuntos Exteriores.
Truss era ministra de Asuntos Exteriores cuando organizó una reunión en la casa el fin de semana del 19 al 21 de agosto, en pleno apogeo de su campaña por el liderazgo del Partido Conservador. En el fin de semana del 2 al 4 de septiembre tuvo lugar otra reunión. A los encuentros de los dos fines de semana asistieron varios aliados políticos de Truss.
Chevening es lo que en el Reino Unido se conoce como una Casa de Gracia y Favor situada en un terreno de 3.000 acres (unas 1.200 hectáreas). El uso de esta mansión de 115 habitaciones se suele conceder al Ministro de Asuntos Exteriores, y para pagar los gastos de mantenimiento hay un fideicomiso creado por ley parlamentaria.
Según una persona con información privilegiada, la cocaína se consume ampliamente en los edificios del gobierno y del parlamento, y algunos de los aliados políticos de Truss la consumen.
No hay ninguna evidencia de que Truss o Johnson consumieran la droga. Tampoco de que estuvieran presentes cuando otros la consumían o de que supieran que se hacía. Al periódico The Guardian no le han dicho quién es el responsable de los supuestos restos de polvo blanco.
Truss solo duró 45 días como primera ministra. El minipresupuesto presentado a finales de septiembre por su entonces responsable de Economía, Kwasi Kwarteng, provocó una caída libre en el mercado de deuda pública británica y obligó al Banco de Inglaterra a destinar miles de millones de libras a la adquisición de deuda pública para recuperar la estabilidad.
Por otro lado, varias personas que trabajaron en el número 10 de Downing Street durante el mandato de Johnson dijeron haber encontrado restos de polvo blanco tras dos fiestas que se celebraron en el complejo de oficinas violando las restricciones impuestas por la COVID-19. Se cree que Johnson no estuvo en ninguna de las dos fiestas.
Las fuentes encontraron restos de polvo blanco tras la fiesta celebrada en el 10 de Downing Street el 16 de abril, víspera del funeral del príncipe Felipe.
Según la información obtenida por el periódico The Guardian, el personal de limpieza se encontró restos de polvo blanco en los baños del 10 de Downing Street y sobre una mesa de las oficinas. También descubrieron pequeñas bolsas de plástico cerca de la mesa, en el suelo, junto a la papelera, y junto a pañuelos de papel con manchas de sangre y de vómitos.
Las fuentes también hablaron de restos de una raya de polvo y de una tarjeta de las tiendas Boots abandonada en la misma mesa. Se desconoce el nombre de la persona titular de la tarjeta.
Las revelaciones sobre esa fiesta, celebrada pocas horas antes de que la reina Isabel II tuviera que asistir sola al funeral de su marido debido a las normas de distanciamiento físico, causaron una gran indignación. Se supo entonces que habían llevado una maleta con vinos hasta Downing Street y que habían roto un columpio de jardín que usaba el hijo del primer ministro.
Según las fuentes, después de una fiesta de Navidad también se encontraron en la mañana del 19 de diciembre de 2020 restos de polvo blanco y pequeñas bolsas de plástico en los baños del complejo de oficinas del número 10. El personal atribuyó las bolsas a posibles drogas porque estaban entre otras evidencias de la fiesta, como botellas, latas vacías y envases de comida.
De acuerdo con otra fuente con conocimiento de las fiestas, era sabido que en los dos encuentros hubo consumo de drogas.
La funcionaria de alto rango Sue Gray fue la encargada de redactar un informe sobre las fiestas en el número 10 de Downing Street y en otras dependencias del gobierno durante el confinamiento. En su informe no hay ninguna mención a consumo de drogas.
El año pasado se publicaron informes sobre posibles consumos de cocaína en los aseos próximos a la que entonces era la oficina parlamentaria de Johnson, así como en otros lugares del recinto parlamentario.
La estrategia antidroga de Johnson proponía confiscar el pasaporte y el carné de conducir a los consumidores de clase media, con el fin de “afectar” a sus vidas.
Durante el breve mandato de Truss como primera ministra, su portavoz dijo que “tomar medidas enérgicas contra las drogas ilegales” era prioritario.
El periódico The Guardian formuló una serie de preguntas a Truss sobre las afirmaciones relativas a Chevening, pero la ex primera ministra declinó hacer comentarios en detalle. Un portavoz respondió con una declaración de una sola línea: “Esto es categóricamente falso”.
“Si hubiera pruebas de que esta supuesta actividad se hubiera producido durante su uso de Chevening, la señora Truss esperaría haber sido informada y que las autoridades pertinentes hubieran investigado adecuadamente el asunto”, añadió el portavoz. “Tal y como están las cosas, The Guardian no ha aportado ninguna prueba que respalde estas afirmaciones espurias”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores declinó comentar las acusaciones sobre las actividades en Chevening.
“A Boris Johnson le han sorprendido estas acusaciones ya que no ha sido informado antes de nada que sugiera que hubo consumo de drogas en el número 10 de Downing Street y, por lo que él sabe, no se hicieron afirmaciones de ese tipo ante Sue Gray ni ante ningún otro investigador”, dijo un portavoz de Boris Johnson.
“Una de las características del mandato del señor Johnson fue su enérgica campaña contra el consumo de drogas, especialmente entre la clase media”, añadió. “Su gobierno invirtió mucho para endurecer las medidas policiales que ayudasen a acabar con las bandas de narcotraficantes de las zonas rurales que tanta tristeza provocan; [Johnson] pidió una y otra vez que el uso y la venta de drogas de clase A se castigara más duramente”.
“The Guardian no ha proporcionado ninguna prueba que apoye estas afirmaciones; si hubiera afirmaciones sustanciales, esperaríamos que se informara a la policía”, dijo un portavoz del número 10 de Downing Street. “Ha habido una investigación independiente sobre los encuentros que hubo durante la administración anterior, y sus conclusiones son públicas; esa información también fue entregada a la Policía Metropolitana de Londres, que en su momento llevó a cabo su propia investigación”.