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James Damore, Google y la radicalización de hombres blancos enfurecidos en YouTube

Sam Levin

San Francisco —

Para la consejera delegada de YouTube, Susan Wojcicki, el manifiesto de Google fue doloroso y personal. Luego de leer el informe de 10 páginas del ingeniero James Damore criticando las iniciativas a favor de la diversidad, su hija le preguntó: “¿Mamá, es verdad que hay menos mujeres líderes y trabajando en tecnología por razones biológicas?”

Wojcicki relató aquella conversación esta semana en un ensayo sobre el sexismo en el mundo de la tecnología, en el que calificó los argumentos que daba Damore como “trágicos”. Sin embargo, su escrito no hablaba del rol que juega la propia empresa que ella dirige en difundir el cuestionable argumento científico de que la mujer no está hecha para trabajar en tecnología.

En los últimos años, YouTube se ha convertido en una de las redes sociales más influyentes y poderosas para los comentaristas conservadores y los líderes de la extrema derecha, que han construido grandes audiencias más allá de los canales de comunicación tradicionales.

Resulta que la plataforma de vídeos, propiedad de Google, puede incluso haber influido en la forma en la que Damore expresó sus ideas.

El hombre de 28 años, que fue despedido de Google por su escrito, convirtiéndose instantáneamente en un héroe de la extrema derecha, parece haberse interesado en algunos vídeos de YouTube que promueven la idea de que los hombres son mejores que las mujeres en ciertas áreas y que los programas a favor de la diversidad favorecen la discriminación contra los hombres blancos.

Este licenciado de Harvard eligió para sus primeras apariciones en los medios de esta semana los programas de dos personalidades de YouTube con muchos seguidores de extrema derecha. Al final de su conversación de 51 minutos con Jordan Peterson, un profesor de psicología de la Universidad de Toronto conocido por sus visiones antitransgénero, Damore aclaró que había aceptado hacer esa entrevista porque, dijo, era “muy fan” de esta celebridad en YouTube.

Peterson, cuyos vídeos y comentarios son muy populares en YouTube y Reddit, dijo a the Guardian que otro empleado de Google y colega de Damore había sugerido la entrevista y que fue quien los puso en contacto.

“Ha visto muchos de mis vídeos,” dijo Peterson sobre Damore, añadiendo que sospecha que muchas de sus opiniones pueden haber influido en el escrito del ingeniero. “Supongo que confía en mí.”

Damore no es el único conservador de Silicon Valley que aparentemente se ha interesado en Peterson, un polémico profesor que ha logrado tener una enorme cantidad de seguidores en YouTube. Los días siguientes a que se conociera el informe, dice Peterson que al menos 30 empleados de Google le dijeron que les gusta su trabajo y que lo veían “intentando abordar esos temas de forma muy seria”.

Reconoció que todos sus fans empleados de Google son hombres. “No les gusta que los traten como tontos con prejuicios,” afirmó.

Si bien YouTube fue criticado por permitir propaganda terrorista y reclutamiento del Estado Islámico, no se ha discutido si la plataforma está radicalizando a los hombres blancos estadounidenses que se sienten atacados por el progresismo y amenazados por el progreso social, y –si es así– hasta qué punto.

Las investigaciones de Peterson se publican en revistas académicas respetadas, pero sus fervorosas críticas a las ideologías de izquierda y a la “corrección política” lo han hecho famoso en internet. El año pasado se ganó la simpatía de la extrema derecha y aumentó su fama en YouTube cuando argumentó que la libertad de expresión le daba derecho a negarse a utilizar pronombres neutros para referirse a las personas trans o no-binarias.

El académico también ha argumentado que la idea del privilegio blanco es racista, que el concepto de apropiación cultural no tiene sentido, que el feminismo moderno y los estudios sobre la mujer son peligrosos para la sociedad occidental, y que la igualdad de género podría perjudicar a las mujeres.

Ninguna de esas opiniones sería tomada en serio en el ámbito académico, y en la Universidad de Toronto es una figura polémica. Pero para el público de YouTube, Peterson es poco menos que una celebridad.

El informe de Damore empleaba varios argumentos de Peterson, como por ejemplo que las mujeres tienen mayor tendencia a “querer llegar a acuerdos” (lo cual las haría peores líderes) y mayores niveles de neurosis y ansiedad (por lo que serían menos aptas para puestos de alta responsabilidad). “Esta investigación es sólida como una roca”, insistió Peterson.

Muchos de sus colegas no están de acuerdo. Los científicos han desacreditado y desmentido los argumentos de Damore, asegurando que las afirmaciones que hace sobre las diferencias entre hombres y mujeres son exageradas y se basan en investigaciones muy defectuosas, y que Damore es muy irresponsable al utilizar estudios biológicos para sacar conclusiones generalizadoras sobre la diversidad en el ámbito laboral.

Suzanne Sadedin, bióloga experta en evolución que escribió una crítica de los argumentos de Damore, dijo que hay muchas investigaciones que indican que una mayor diversidad en el ámbito laboral mejora los resultados de las empresas. Kenneth Leonard, profesor adjunto de la Universidad de Maryland que ha investigado las diferencias de género, señaló estudios que demuestran que “los hombres que más se molestan con la diversidad son justamente los menos cualificados”, porque temen perder su empleo. Y son justamente esos hombres los que recurren a los famosos de YouTube para validar sus ansiedades y reafirmar sus creencias.

“YouTube es efectivo en ofrecer un vehículo para este tipo de intolerancia pseudo-intelectualizada”, asegura Brian Levin, director del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo, de la Universidad Estatal de California. “Apunta a una audiencia de jóvenes hombres blancos que se sienten amenazados e inquietos por las cosas que ven en las universidades y en los lugares de trabajo.”

YouTube ha cambiado las reglas del juego para personas como Peterson, que comenzó a utilizar la plataforma en 2013 y ahora sube vídeos de alta calidad de sus conferencias y puede alcanzar decenas de miles de reproducciones. “Es una plataforma estupenda, una revolución como la de Gutenberg, según lo veo yo,” dijo sobre YouTube. “Mi público ha crecido a niveles casi inconmensurables”.

Peterson cree que la razón por la que su público de YouTube es mayormente masculino también puede ser de índole biológica. “Yo transmito mucha información interesante de tipo filosófica y práctica”, dijo. “Y los hombres suelen interesarse más por las ideas, mientras que las mujeres se interesan más por la estética”.

Por eso, según Peterson, a las mujeres les gustan más otras plataformas como Tumblr y Pinterest.

Los rincones oscuros de internet

Peterson no es una figura de la extrema derecha y no se le puede hacer responsable por el contenido “recomendado” que su público encuentra en YouTube. Pero sí es responsable YouTube, y la empresa propietaria de la plataforma, Google.

YouTube ha recibido críticas porque sus algoritmos llevan al público a ver contenidos cada vez más extremos, recomendando una sucesión de vídeos que puede llevarlos rápidamente a rincones oscuros de internet. Al margen de cómo haya llegado el público de Peterson a su canal de YouTube, una investigación de the Guardian sugiere que rápidamente pueden pasar a ver contenido alarmante.

A sólo un par de clicks de contenido supuestamente “relacionado”, un seguidor de Peterson puede acabar viendo un vídeo titulado “por qué los negros en Estados Unidos son salvajes y por qué la gente no quiere hablar de eso”. Uno de los vídeos sugeridos junto a la entrevista de Peterson con Damore es un vídeo de extrema derecha que ataca a empleados de Google que han criticado el informe y ahora son acosados en internet de una forma que recuerda al Gamergate de 2014.

El informe de Damore, su despido de Google y las críticas que ha recibido la empresa han generado esta semana un debate virulento. El ingeniero en el epicentro de la polémica parece estar a gusto con su nuevo papel de héroe de la libertad de expresión, se toma fotos con una camiseta con la palabra “Goolag” y con un cartel que pone “despedido por decir la verdad”.

El viernes, Damore publicó un artículo en el Wall Street Journal para denunciar lo que él llamó “una caja de resonancia especialmente intensa” en su antiguo lugar de trabajo.

Pero el mismo argumento podría aplicarse a las repercusiones sociales de los servicios de Google, que –igual que Facebook y Twitter– han sido acusados de crear filtros burbuja y favorecer la polarización, promoviendo grupos cada vez más extremistas. Esa queja también se suele hacer sobre YouTube.

“Te lleva cada vez más lejos,” dice Keegan Hankes, analista de investigaciones del Centro Legal sobre la Pobreza en el Sur (organismo que vigila a grupos de extrema derecha). “Cuanto más miras, más adoctrinado estás.”

YouTube se negó a hacer comentarios sobre la presencia de la extrema derecha en la plataforma y señaló sus esfuerzos recientes para combatir el terrorismo. Eso incluye colocar vídeos que han sido marcados e incluyen contenido extremista, pero que no son ilegales, en un “estado limitado” que impide que sean recomendados ni generen beneficios económicas.

Hany Farid, asesor del Proyecto Contra el Terrorismo, afirma que YouTube debe ser más agresivo y activo al bloquear contenido extremista. “El alcance de una plataforma como YouTube es fenomenal, comparado con cómo solían reclutar gente estos grupos, que era cada uno en sus pueblos.”

Por otro lado, también se critica a la plataforma de vídeos por censurar muy rápidamente el contenido conservador. En una publicación que llamaba a protestar contra Google por despedir a Damore, Jack Posobiec –una celebridad del internet de extrema derecha– escribió: “YouTube está censurando y silenciando voces disidentes, creando guetos para vídeos que cuestionan el discurso dominante.”

Presionado por todos lados, YouTube no está en una situación fácil, y a veces debe dar marcha atrás en sus decisiones.

Una posible víctima de esa censura puede haber sido justamente Peterson, que a principios de este año se quejó de que Google le había negado acceso durante unas horas a sus cuentas por una presunta violación de las condiciones de uso.

(Un portavoz de YouTube confirmó que Peterson no pudo acceder a su cuenta por un breve período, pero dijo que no se habían eliminado sus vídeos ni su perfil. El portavoz no explicó por qué el profesor había sido temporalmente bloqueado.)

Traducción de Lucía Balducci