Julian Assange queda libre y llega a Australia: “Creí en la primera enmienda, pero acepto que fue una violación de la ley de espionaje”
El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ha salido libre de un tribunal de Saipán, territorio insular estadounidense en el Pacífico, tras declararse culpable de violar la ley estadounidense de espionaje, en un acuerdo que le permitirá regresar a Australia, poniendo fin a una extraordinaria saga judicial.
Durante las tres horas que duró la vista, Assange se declaró culpable de un delito de conspiración para obtener y divulgar documentos clasificados de defensa nacional de Estados Unidos, pero afirmó que había creído que la primera enmienda estadounidense, que protege la libertad de expresión, amparaba sus actividades.
“Trabajando como periodista, animé a mi fuente a que me proporcionara información clasificada para poder publicarla”, declaró ante el tribunal. “Creía que la primera enmienda protegía esa actividad, pero acepto que fue... una violación de la ley de espionaje”.
La declaración de culpabilidad se produjo el miércoles por la mañana en el tribunal federal de Saipán, la capital de las Islas Marianas del Norte, una mancomunidad estadounidense situada en el Pacífico. Assange eligió la isla por su proximidad a Australia.
Assange, que había volado a Saipán desde Londres, llegó al tribunal acompañado por el embajador de Australia en Estados Unidos, Kevin Rudd, y el Alto Comisionado de Australia en el Reino Unido, Stephen Smith. Fue recibido por una multitud de medios de comunicación extranjeros y locales.
La audiencia es la culminación de la persecución que durante años ha llevado a cabo el gobierno de Estados Unidos contra el editor, que ha sido pintado a la vez como un héroe de la libertad de prensa y como un temerario por haber sacado a la luz cientos de miles de documentos militares sensibles.
En el interior del tribunal con paneles de madera, al pie de una frondosa ladera en la costa de Saipán, el abogado del gobierno estadounidense, Matthew McKenzie, leyó en voz alta extensos detalles del tipo de documentos clasificados obtenidos por la fuente de Assange, Chelsea Manning, y publicados por WikiLeaks. McKenzie, jefe adjunto del departamento de contrainteligencia del Departamento de Justicia, dijo que las opiniones de Assange sobre la primera enmienda y la ley de espionaje no se ajustaban a los hechos. “Rechazamos esos sentimientos, pero aceptamos que él los crea”, dijo McKenzie.
La jueza de distrito, Ramona V. Manglona, aceptó la declaración de culpabilidad de Assange y lo puso en libertad sin vigilancia debido al tiempo ya cumplido en la prisión londinense de Belmont.
Al concluir la vista, dijo: “Con este pronunciamiento parece que podrá salir de este tribunal como un hombre libre. Espero que se restablezca la paz”. Assange, que parecía emocionado, abrazó a su equipo legal.
A la salida del tribunal, la abogada de Assange, Jennifer Robinson, agradeció al primer ministro australiano, Anthony Albanese, su trabajo para ayudar a liberar a Assange.
Assange tiene previsto salir de Saipán poco después del mediodía hora local, según los registros de vuelo. A continuación viajará a Canberra, donde se reunirá con su familia, dijo WikiLeaks.
El Departamento de Justicia accedió a celebrar la vista en la remota isla debido a la oposición de Assange a viajar al territorio continental de Estados Unidos y por su proximidad a Australia.
El acuerdo –revelado el lunes en documentos judiciales– representa el capítulo final de una lucha legal de más de una década sobre el destino de Assange, que fue aclamado por muchos en todo el mundo como un héroe que sacó a la luz las irregularidades militares de EEUU en Irak y Afganistán, mientras que otros –incluidos varios gobiernos estadounidenses– dijeron que su publicación de documentos secretos ponía vidas en peligro.
Antes de ser encerrado en Londres, Assange pasó años escondido en la embajada ecuatoriana en Londres para evitar su extradición a Suecia para enfrentarse a acusaciones de violación y agresión sexual, que él ha negado y que posteriormente fueron retiradas por las autoridades suecas.
Su esposa, Stella Assange, declaró a la BBC desde Australia que durante 72 horas había estado “en el aire” la posibilidad de que el acuerdo siguiera adelante, pero que se sentía “eufórica” por la noticia. La abogada, que se casó con el fundador de WikiLeaks en la cárcel en 2022, dijo que los detalles del acuerdo se harían públicos una vez que el juez lo hubiera firmado.
“Será un hombre libre una vez que lo firme un juez”, dijo, añadiendo que aún no se creía que fuera real.
Assange abandonó el lunes la prisión de Belmarsh, donde ha pasado los últimos cinco años, tras obtener la libertad bajo fianza en una vista secreta celebrada la semana pasada. Abordó un avión que aterrizó horas después en Bangkok para repostar antes de despegar de nuevo rumbo a Saipán. Un vídeo publicado por WikiLeaks en X, mostraba a Assange mirando fijamente por la ventanilla el cielo azul mientras el avión se dirigía a la isla.
“Imagínate. De más de 5 años en una pequeña celda de una prisión de máxima seguridad. Casi 14 años detenido en el Reino Unido. A esto”, escribió WikiLeaks. El principal diplomático australiano en el Reino Unido acompañó a Assange en el vuelo.
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