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Corbyn contraataca contra los medios de la derecha que sugieren que fue un espía en la Guerra Fría

Heather Stewart / Matthew Weaver

Londres —

Los laboristas han intensificado el enfrentamiento verbal con los periódicos de derecha sobre las informaciones de estos en las que se dice que Jeremy Corbyn conoció a un espía checoslovaco en la década de los ochenta. Esas acusaciones son “completamente surrealistas” y “absolutamente ridículas”, dijeron.

Mientras los abogados de Corbyn amenazaban con acciones legales al diputado conservador Ben Bradley por el tuit en el que se hizo eco de las acusaciones, el portavoz de Corbyn apuntaba contra “un grupo significativo de la prensa nacional, propiedad de exiliados fiscales multimillonarios” por “una serie de historias falsas y absurdas”.

El portavoz sugirió que los propietarios de los periódicos que publicaron la historia, entre los que figuran The Sun y The Daily Mail, están asustados por la perspectiva de un gobierno laborista que intentará “abrir” la propiedad de los medios de comunicación y que tomará medidas enérgicas contra la evasión de impuestos.

El choque frontal de Corbyn con los periódicos que sus predecesores cortejaban pone de relieve la creencia del laborista de que las redes sociales le permitirán eludir a la prensa convencional y de que el ataque contra el poder de los grandes medios le dará votos.

El portavoz admitió que el líder laborista tiene constancia de haberse reunido con un diplomático checoslovaco en 1986, pero negó los informes de una segunda reunión el 24 de octubre de 1987.

“De hecho, ese día Jeremy estaba en Derbyshire por la conferencia socialista de Chesterfield. Fue el día después de la muerte de su madre. No hay ninguna posibilidad de que estuviera en una reunión con un diplomático checo en la Cámara de los Comunes”, dijo.

El portavoz insistió en que Corbyn se había reunido con activistas y diplomáticos de muchos países. Dijo que la charla de una hora de duración, “el tiempo justo para tomar una taza de té”, no era “en absoluto inusual”.

Lo comparan con espías soviéticos

Algunos ministros han repetido las acusaciones. Después de que la diputada laborista Louise Haigh dijera en el programa de BBC Daily Politics que “Jeremy ha estado interesado en asuntos de política exterior durante toda su carrera política”, el viceministro de Seguridad Ben Wallace tuiteó “sí, así era Kim Philby”, comparando al líder laborista con el espía de los soviéticos.

“Una traición a este país”, dijo el ministro de Defensa, Gavin Williamson, sobre las reuniones de Corbyn con el presunto espía checoslovaco. Durante una difícil entrevista en la BBC, el periodista Andrew Neil presionó a Steve Baker, ministro a cargo de la salida de la Unión Europea (DexEU), para saber si compartía la opinión. “Jeremy Corbyn, en mi opinión, es un grave peligro para este país por las ideas en las que cree y lo que significarían”, dijo Baker, negándose a repetir las palabras usadas por sus colegas de gabinete.

El último ataque a los medios de la derecha se produjo cuando los abogados de Corbyn amenazaron con iniciar acciones legales contra Bradley, el diputado por Mansfield que eliminó un mensaje de Twitter en el que se hacía eco de denuncias publicadas en una serie de artículos periodísticos.

“El significado natural y común de sus palabras es que nuestro cliente obtuvo ganancias financieras por dicho espionaje y actos criminales”, dice la carta de los abogados.

En su carta piden que Bradley, cuyo escaño fue una rara victoria conservadora en las elecciones generales de 2017, haga una contribución a la organización benéfica que elija Corbyn, publique una disculpa y se comprometa a no repetir las acusaciones.

El tuit de Bradley decía: “Corbyn vendió secretos británicos a espías comunistas... ¡un poco de perspectiva, hombre! ¡Tus prioridades están un poco trastocadas! #¿estáshablandoenserio?”.

La carta de los abogados decía: “Tomamos nota de que usted ha eliminado el tuit, pero se ha causado un daño grave por su declaración difamatoria”. También mencionaban que la acusación había sido citada en varias publicaciones.

Antes de eso, el portavoz laborista de Comercio Exterior, Barry Gardiner, había acusado a los medios de intentar manchar al líder laborista con afirmaciones “fantasiosas” de espionaje por el miedo que tienen a los planes del partido laborista de regular a la prensa.

Gardiner negó que el partido laborista estuviera amenazando a los medios por el enfoque que habían seguido para cubrir la reunión de Corbyn con Ján Sarkocy, el antiguo agente checoslovaco de inteligencia.

Según Gardiner, los dos manifiestos anteriores del partido se habían comprometido a aplicar la reglamentación de la prensa que figura en el informe Leveson y a seguir adelante con la segunda parte de la investigación por denuncias de delitos en los medios de comunicación.

“Es exactamente por eso por lo que los periódicos están tratando de vengarse antes. Ellos están intentando desacreditar a Jeremy”, dijo Gardiner al programa Today, de BBC Radio 4.

Sarkocy ha dicho que él reclutó a Corbyn como agente de inteligencia y que por su trabajo, Corbyn y otros diputados laboristas habían recibido 10.000 libras esterlinas del servicio secreto checoslovaco.

Según Gardiner, “esta es una historia increíblemente estúpida... de un fantasioso que se graba diciendo a sus superiores en Praga que también era responsable del concierto de Live Aid y del concierto de cumpleaños de Nelson Mandela”.

Traducido por Francisco de Zárate