Nueva acusación de acoso contra Donald Trump. Y a menos de dos semanas para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Una ex modelo que dice haber conocido al ex presidente y candidato republicano a través del abusador sexual Jeffrey Epstein (1953-2019) ha acusado a Trump de manosearla y tocarla sexualmente en un incidente en la Torre Trump en 1993 en lo que ella cree que fue un “juego retorcido” entre ambos hombres.
Stacey Williams, que trabajó como modelo profesional en la década de 1990, ha dicho que conoció a Trump por primera vez en 1992 en una fiesta de Navidad después de que se lo presentara Epstein, que ella creía que era un buen amigo del entonces promotor inmobiliario neoyorquino. Williams dijo que Epstein se interesó por ella y que ambos salieron durante unos meses.
“Quedó muy claro que él y Donald eran muy, muy buenos amigos y que pasaban mucho tiempo juntos”, ha dicho Williams. El supuesto tocamiento ocurrió unos meses después, a finales del invierno o principios de la primavera de 1993, cuando Epstein sugirió durante un paseo que él y Williams pasaran a visitar a Trump en la Trump Tower. Epstein fue condenado posteriormente por delitos sexuales y se suicidó en prisión en 2019.
Momentos después de que llegaran, alega, Trump saludó a Williams, la atrajo hacia él y comenzó a manosearla. La ex modelo cuenta que él puso las manos en sus pechos, así como en su cintura y sus nalgas. Dijo que se quedó paralizada porque estaba “profundamente confusa” sobre lo que estaba ocurriendo. Al mismo tiempo, cree haber visto a los dos hombres sonriéndose.
Karoline Leavitt, la secretaria de prensa de la campaña de Donald Trump, ha negado las acusaciones: “Estas acusaciones, hechas por una antigua activista de Barack Obama y anunciadas en una llamada de la campaña de Harris dos semanas antes de las elecciones, son inequívocamente falsas. Es obvio que esta historia falsa fue urdida por la campaña de Harris”.
Williams dice que Trump envió a su agente una postal por mensajero más tarde, en 1993: una vista aérea de Mar-a-Lago, su residencia y complejo turístico de Palm Beach. La compartió con The Guardian. De su puño y letra –usando lo que parece ser su rotulador habitual Sharpie negro– escribió: “Stacey, tu hogar lejos de casa. Con amor, Donald”.
Williams, de 56 años y oriunda de Pensilvania, ha compartido partes de su acusación en publicaciones en redes sociales en el pasado, pero reveló detalles sobre el supuesto encuentro en una llamada el lunes organizada por un grupo llamado Survivors for Kamala, que apoya a la candidata presidencial demócrata Kamala Harris.
En la convocatoria de vídeo a través de Zoom participaron, entre otras, la actriz Ashley Judd y la profesora de Derecho y académica Anita Hill. Survivors for Kamala también sacó esta semana un anuncio en el New York Times, firmado por 200 supervivientes de violencia sexual y de género, que pretendía servir de recordatorio de que Trump ha sido declarado responsable de abusos sexuales en un tribunal.
Tras el supuesto incidente, Williams dijo que ella y Epstein abandonaron la Torre Trump, y que empezó a sentir que Epstein se enfadaba cada vez más con ella: “Jeffrey y yo nos fuimos y él no me miró ni me habló y sentí esta furia hirviente a mi alrededor y cuando llegamos a la acera, él me miró y simplemente me reprendió, y dijo: '¿Por qué le dejaste hacer eso?”
“Me hizo sentir muy mal y recuerdo que estaba muy confundida”, cuenta, y describe el supuesto incidente como parte de un “juego retorcido”.
“Sentí vergüenza y asco, y cuando nos fuimos cada uno por nuestro lado, tuve la sensación de volver a verlo, mientras me tocaba. Y tenía este horrible nudo en el estómago de que de alguna manera estaba orquestado. Me sentí como un trozo de carne”, dice en una conversación con The Guardian.
Ella y Epstein se separaron poco después. Williams dijo que nunca tuvo conocimiento del patrón de abusos sexuales que más tarde se conocería. Epstein está considerado uno de los peores y más prolíficos pedófilos de la historia moderna.
La acusación de manoseos y tocamientos sexuales no deseados es un modo de comportamiento bien documentado por parte de Trump.
Alrededor de una veintena de mujeres ha acusado al expresidente, que ha sido condenado por múltiples delitos, de conducta sexual inapropiada desde hace décadas. Entre las acusaciones hay testimonios de que Trump las besó sin su consentimiento, les metió la mano por debajo de la falda y, en el caso de algunas concursantes de concursos de belleza, las sorprendió en el vestuario.
Una ex modelo llamada Amy Dorris compartió acusaciones sobre Trump similares a las que Williams describió en una conversación con The Guardian en 2020. Trump negó haber acosado, abusado o haberse comportado de forma inapropiada con Dorris.
El año pasado, un jurado declaró a Trump responsable de abusar sexualmente de la columnista E Jean Carroll en 1996 y le pagó 5 millones de dólares por una sentencia.
En este caso, las acusaciones de Williams plantean nuevos interrogantes sobre la relación de Trump con Epstein: hasta ahora no habían aparecido pruebas de que Trump estuviera al corriente o implicado en los abusos cometidos por Epstein.
Pero Trump y Epstein se conocían desde hace décadas y fueron fotografiados en los mismos actos sociales en la década de 1990 y principios de la década de los 2000, años antes de que Epstein se declarara culpable en Florida en 2008 de cargos estatales de solicitar y facilitar un menor para la prostitución.
“Conozco a Jeff desde hace 15 años. Es un tipo estupendo”, dijo Trump a la revista New York Magazine en 2002. “Es muy divertido estar con él. Incluso se dice que le gustan las mujeres hermosas tanto como a mí, y muchas de ellas están en el lado más joven.”
Después de que Epstein fuera arrestado por cargos de trata con fines de explotación sexual en 2019, Trump dijo a los periodistas en el Despacho Oval que “lo conocía, como todo el mundo en Palm Beach lo conocía”, pero que tuvo un “desencuentro” con Epstein a principios de la década de 2000.
“No he hablado con él en 15 años”, dijo Trump, “pero no era fan suyo, eso se lo puedo asegurar”.
Williams ha dicho que que quiere evitar la atención negativa o arriesgarse a la reacción violenta que muchos otros supervivientes han enfrentado cuando se le preguntó si había pensado denunciar en el pasado cuando otras mujeres estaban haciendo acusaciones contra Trump.
“Dejé el negocio”, dice. “Desaparecí a propósito porque me encanta ser anónima y la vida de ser una ciudadana privada. Luego vi lo que les ha pasado a las mujeres que salen a denunciar y es tan horrible. La idea de hacerlo, especialmente como madre con un hijo en casa, no era posible”, declara a The Guardian.
“Simplemente elegí, a mi manera, comentarios en las redes sociales para contradecir a la gente que decía que él no había hecho nada”, explica. Al igual que otras víctimas, dice, ha procesado lo que le ocurrió y se ha vuelto más segura a la hora de enfrentarse a una reacción airada.
Williams habló sobre las acusaciones con al menos dos amigos que han conversado con The Guardian. Una amiga, que pidió no ser identificada, dice que Williams le contó el supuesto incidente en 2005 o 2006 durante una charla en la que Williams mencionó que conocía a Epstein y que él le había presentado a Trump. La amiga recuerda claramente que Williams le dijo que había sido manoseada por Trump. Epstein no era un nombre muy conocido en aquel momento, pero la amiga recordó la anécdota más tarde, cuando estalló el escándalo Epstein. “Lo que recuerdo es que fue un manoseo... lo que llamaríamos manosear a alguien”, dice la amiga.
Ally Gutwillinger, otra vieja amiga de Williams, dijo que le contó el supuesto incidente en 2015. Gutwillinger recuerda el momento porque Trump había anunciado que se postulaba a la presidencia.
“Fui a su casa en algún momento de esa semana y vi una postal de Mar-a-Lago y le dije: '¿Qué es esto?' y ella dijo 'Dale la vuelta'”, cuenta Gutwillinger. “Dijo algo así como: 'Es vil, me metió mano en la Torre Trump'”.