Qué está pasando en China tras relajar su política COVID y cómo de preocupante es
Después de perseguir durante mucho tiempo una política 'cero COVID', China ha relajado muchas restricciones, incluidas las normas de cuarentena para los viajeros. Pero algunos expertos temen que este giro pueda causar problemas. Veamos por qué.
¿Qué ha ocurrido en China?
Hasta hace poco, China aplicaba una política 'cero COVID', que incluía estrictos confinamientos y la puesta en cuarentena de los positivos y sus contactos estrechos. Sin embargo, a principios de este mes China dio un brusco giro de 180 grados y abandonó muchas de sus restricciones, aunque no todas, al parecer en respuesta a las protestas.
Entre las medidas que ha eliminado se encuentra el uso de su principal app de seguimiento de la COVID, y se han levantado las restricciones a los viajes nacionales. El Gobierno ha permitido que las personas con COVID permanezcan en cuarentena en casa y ha declarado que, a partir de principios de enero, los visitantes extranjeros que entren en el país ya no tendrán que pasar por la cuarentena.
¿Cuál es la situación actual de la COVID en China?
China está experimentando una gran oleada de infecciones de COVID, y hay informaciones sobre hospitales sometidos a una intensa presión. Sin embargo, es difícil saber cuántas muertes se han producido: la semana pasada, China cambió la definición de las muertes por COVID, de modo que ahora solo cumplen los criterios los pacientes con el virus que mueren a causa de neumonía e insuficiencia respiratoria.
¿Por qué China está experimentando una ola tan fuerte?
Hay varias razones. La relajación de las restricciones ha dado al virus una mayor oportunidad de propagarse, y la lenta campaña de vacunación de China, unida al uso de una vacuna menos eficaz que las desarrolladas en Occidente, significa que la población tiene poca protección y muchas personas vulnerables siguen en riesgo de contraer el virus.
Además, las estrictas restricciones que se empleaban antes implican que pocas personas han pasado ya la COVID. Esto significa que hay poca inmunidad natural en la ola actual.
Como consecuencia de todo ello, muchas personas están infectándose de COVID al mismo tiempo y necesitan atención hospitalaria, lo que aumenta la presión sobre los sistemas sanitarios.
¿Es preocupante el cambio de política?
Algunos han acogido con satisfacción el abandono de la política de 'cero COVID', aduciendo los perjuicios económicos y sociales de seguir aplicándola. Muchos países que aplicaron inicialmente este tipo de políticas, como Nueva Zelanda y Corea del Sur, suavizaron sus restricciones mucho antes. La diferencia es que estos países lo hicieron gradualmente, y han hecho uso de vacunas y tratamientos seguros y eficaces, ofreciendo protección ante los peores resultados.
“El cambio repentino de política es sin duda preocupante para China: el hecho de que muy pocas personas hayan tenido COVID, más una menor aceptación de las vacunas/refuerzos, [especialmente] en los grupos de edad vulnerables, significa que tienen una inmunidad general más baja, particularmente en los vulnerables, que el resto del mundo en este momento”, dice la doctora Emma Hodcroft, epidemióloga molecular de la Universidad de Berna y la Universidad de Ginebra, Suiza.
Otra preocupación tiene que ver con la transparencia –o la falta de ella– en torno al impacto de la actual ola en China y los cambios en la genética del virus.
“Las tasas de infección en China son muy elevadas en estos momentos, y con la incertidumbre sobre las variantes que circulan allí y el alcance del contagio, hay muchas cosas que desconocemos”, dice el profesor Rowland Kao, de la Universidad de Edimburgo.
¿Debería preocuparnos la aparición de nuevas variantes en China?
Algunos países ya han establecido requisitos de viaje especiales, como pruebas o cuarentenas, para los visitantes procedentes de China. La ministra española de Sanidad, Carolina Darias, ha anunciado este viernes que España exigirá a los viajeros procedentes del gigante asiático un test negativo o la pauta completa de vacunación.
Los expertos sostienen que las restricciones a los viajeros apenas influirán en el número de nuevos casos en países donde los niveles de infección de COVID ya son elevados. Sin embargo, si se secuenciaran las muestras positivas de tales pruebas, se podría arrojar luz sobre las variantes presentes en China.
Pero los expertos han advertido de que el uso de restricciones fronterizas para impedir la entrada de nuevas variantes no ha funcionado bien anteriormente cuando solo se ha aplicado a países concretos. “En los casos en que el cierre de fronteras ha surtido efecto, se ha aplicado a casi todas las llegadas”, dice el profesor Mark Woolhouse, de la Universidad de Edimburgo.
El profesor Tom Wenseleers, biólogo evolutivo de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), afirma que, aunque es importante mejorar la vigilancia genética, no le preocupa especialmente la posibilidad de que surjan nuevas variantes en China, dado que el principal motor de los cambios en el virus es el cambio en el sistema inmunitario resultante de la exposición a diferentes variantes que circulan de forma natural y a la vacunación.
“La variación genética permanente necesaria que permitiría la aparición de nuevas variantes está ahí de todos modos, en pacientes con infecciones crónicas en todo el mundo”, dice.
De hecho, las nuevas variantes pueden surgir, y han surgido, en infinidad de países, y la COVID circula actualmente por todo el mundo.
Hodcroft también subraya que la mayoría de las variantes que han aparecido recientemente se han adaptado para esquivar la inmunidad. “En China, sin embargo, dado que el nivel de inmunidad es bastante bajo, no esperamos que haya mucha presión sobre el virus para que evolucione a su alrededor. Simplemente, no tiene por qué hacerlo”, dice. “Por lo tanto, no espero que haya mucha presión evolutiva que implique ver nuevas variantes de China, al menos ninguna que suponga una amenaza para el resto”.
Traducción de Icíar Gutiérrez.
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