Un periodista mexicano fue asesinado a tiros este martes durante la actuación de Navidad del colegio de su hijo en un momento en el que los ataques a la prensa del país no cesan.
Gumaro Pérez Aguilando estaba en el acto escolar en la ciudad de Acayucán cuando dos personas armadas irrumpieron en el edificio y le mataron delante de una clase llena de alumnos, según informaron testigos a los medios locales.
Su muerte es el 12º asesinato de un trabajador de medios de comunicación en México en 2017, de acuerdo con Reporteros Sin Fronteras (RSF). Estas muertes sitúan a México, junto a Siria, como el país con más asesinatos de periodistas del mundo.
Pérez cubría noticias de sucesos para varios medios y fundó el diario La Voz del Sur en la violenta ciudad de Acayucán, en el Estado de Veracruz, donde hay mucha actividad de cárteles de droga y crimen organizado. También trabajó en el departamento de comunicación del gobierno local. Pérez no había denunciado amenazas previas, sostiene Ana Laura Pérez Mendoza, presidenta de la Comisión Estatal para la Atención y la Protección de Periodistas.
La víctima es el tercer periodista asesinado en Acayucán en los últimos meses. Cándido Ríos Velázquez, reportero de El Diario de Acayucán, fue asesinado junto a otras dos personas a las puertas de una tienda en agosto a pesar de estar dentro de un programa de protección del Gobierno federal tras recibir amenazas de un alcalde de la región, según la información de los medios.
Un mes antes, el fotoperiodista Edwin Rivera Paz, hondureño, fue asesinado por un hombre que le disparó desde una moto en Acayucán, ciudad donde se encuentra un centro de procesamiento de inmigrantes. Rivera había huido de Honduras a principios de año tras el asesinato de un colega de profesión.
Veracruz, que se extiende por la costa del Golfo de México, se ha ganado la fama de ser uno de los lugares más peligrosos del mundo para ser periodista. Al menos 19 periodistas fueron asesinados durante la administración del exgobernador Javier Duarte (2010-2016). Duarte huyó de México, pero fue extraditado desde Guatemala para enfrentarse en los tribunales a acusaciones de corrupción.
“Sigue siendo la misma pesadilla”, se lamenta Miguel Ángel Díaz, fundador de Plumas Libres, un diario online de Xalapa, la capital de Veracruz. “Nada ni nadie nos protege. Los criminales tienen permiso para hacer lo que quieran”, denuncia.
A pesar de las promesas de acción por parte de las autoridades, varios asesinatos de destacados periodistas en 2017 no han ido seguidos de acusaciones ni condenas. Miroslava Breach, que cubría actividad criminal en el Estado de Chihuahua, al norte del país, fue tiroteada en marzo mientras llevaba a su hijo al colegio. Posteriormente, uno de los medios para los que trabajaba, el periódico Norte de Ciudad Juárez, cerró. La dirección declaró que la causa del cierre era la seguridad de los periodistas.
En mayo de este año, Javier Valdez, fundador del semanario Río doce, en el Estado de Sinaloa, fue sacado de su coche a la fuerza y asesinado a tiros en la calle cuando salía de su oficina.
El asesinato de Pérez llega en un momento en el que México sigue convulsionado por la violencia. El país ha registrado 20.878 homicidios en los primeros 10 meses de 2017, el año más mortífero desde que el Gobierno empezó a recoger estos datos en 1997.
Traducido por Javier Biosca Azcoiti