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Las mujeres iraníes presionan para formar parte del nuevo gobierno

Saeed Kamali Dehghan

Teherán —

Crecen las presiones para que el presidente de Irán, Hassan Rouhani, incluya alguna mujer entre sus ministros, mientras prepara su nuevo gabinete antes de la ceremonia de investidura de su segundo periodo, este domingo.

El gabinete de ministros compuesto exclusivamente por hombres del primer periodo decepcionó a muchos de sus seguidores, aunque este clérigo moderado sí nombro a varias mujeres en cargos menores de la jerarquía política iraní.

Mientras crecen las especulaciones respecto del nuevo gabinete, aumentan el temor de que  Rouhani haya cedido a las presiones de los intransigentes y no haya incluido a ninguna mujer entre sus ministros. La expectativa es especialmente alta porque su plataforma para la reelección fue de tinte reformista. Según lo establece la constitución iraní, la Asamblea Consultiva Islámica tendrá que aprobar las designaciones del presidente.

Teherán se está preparando para una gran ceremonia de investidura, luego del triunfo aplastante de Rouhani en las elecciones de mayo. El domingo se ha declarado fiesta nacional, ya que la capital iraní reunirá a ocho presidentes y varias delegaciones diplomáticas para el acto de investidura del segundo periodo del presidente. Como signo del descongelamiento de las relaciones entre ambos países, el Reino Unido por primera vez enviará a un ministro de estado, Alistair Burt, que está a cargo de la oficina de Asuntos Exteriores para Oriente Medio y Norte de África.

A pesar de las deficiencias, una funcionaria actual de Rouhani –la vicepresidenta para asuntos familiares y de la mujer, Shahindokht Molaverdi– se ha ganado el apoyo de algunas de las activistas por los derechos de las mujeres más respetadas del país. En los últimos cuatro años tuvo de alguna manera las manos atadas, ya que estaba bajo la fuerte presión de grupos intransigentes que la amenazaban con llevarla a juicio.

Molaverdi dijo en abril que se nombrarían tres mujeres en el gabinete, pero luego fue más pesimista y ahora ni siquiera está claro si ella conservará su cargo.

Mohammad Bagher Nobakht, portavoz del gobierno de Rouhani, dijo el jueves que “el número de mujeres en el gabinete no se reducirá”, según la agencia de noticias semi-oficial Isna, pero dio señales ambiguas sobre los nombramientos ministeriales, dando a entender que no habrá ninguna mujer ministra.

“Si no hubiera mujeres ministras en el gabinete, eso no significa que no utilizaremos el potencial que tienen las mujeres [en el gobierno],” aseguró. “Las mujeres tienen un papel importante. Es una injusticia hacia las mujeres pensar que sólo pueden ocupar cargos ministeriales”. 

Un tabú que rompió Ahmadineyad

El tabú de nombrar mujeres ministras luego de la revolución islámica de 1979 ya se ha roto. En 2009, el ex presidente Mahmoud Ahmadineyad nominó a tres mujeres como ministras ante la oposición de los parlamentarios conservadores y otros clérigos poderosos. La designación de Marzieh Vahid-Dastjerdi fue aprobada y la mujer se convirtió en la primera ministra de la época post-revolucionaria, ejerciendo el cargo de Ministra de Salud y Educación Médica.

Ghoncheh Ghavami, una prominente activista por los derechos de las mujeres, que vive en Teherán, afirma: “Es mucho más importante tener políticas feministas y sensibles a las cuestiones de género que conformarnos con la representación descriptiva,” pero igualmente asegura que tener mujeres en cargos ministeriales es importante porque “el sistema político iraní está dominado por los hombres.”

“La estructura ha eliminado a las mujeres con la excusa de la meritocracia y la experiencia, pero parece que el criterio principal es ser hombre. Por eso, el nombramiento de mujeres ministras es importante a nivel simbólico y enviaría un mensaje poderoso a un país en el que la política todavía es territorio de los hombres”, asegura.  

Ghavami añade que el nombramiento de Dastjerdi dejó a Rouhani sin excusas, especialmente ahora que tiene un parlamento mucho más amigable. Señala que incluso una conservadora como Dastjerdi tuvo un desempeño mejor que sus colegas hombres y fue retirada del cargo al poco tiempo tras una disputa con Ahmadineyad.

“Los conservadores siguen teniendo ideas muy tradicionales respecto de las mujeres. Su prioridad es que la mujer se quede en casa y cuide a los niños. Incluso las mujeres parlamentarias tienen esa idea del mundo y plantean políticas que son discriminatorias hacia las mujeres”, afirma.

Fatemeh Sadeghi, activista por los derechos de las mujeres, es una de las seis personas que fueron invitadas a un panel de debate que se realizará esta semana en Teherán con el título Rompiendo el Techo de Cristal, en referencia a las mujeres iraníes en cargos directivos. Ella cree que el nombramiento simbólico de mujeres como ministras no resolverá los desafíos que enfrentan las mujeres en Irán.

“La presencia de una o dos mujeres en el gabinete no significará un avance en los derechos de las mujeres y la experiencia de la señora Mowlaverdi demuestra que hasta que no tengamos políticas de igualdad de género, no veremos cambios o transformaciones masivas para las mujeres”, concluye.

Traducción de Lucía Balducci