Un príncipe, conspiradores y una trama golpista: el complot ultra que protagoniza uno de los mayores juicios de Alemania

Kate Connolly

Berlín —
30 de abril de 2024 22:02 h

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Uno de los mayores procesos judiciales de la historia de Alemania dio comienzo el pasado lunes, con el primero de los tres juicios contra un grupo de conspiradores de extrema derecha que planeaban derrocar de forma violenta el Parlamento del país. La red era tan extensa y sus planes tan ambiciosos que, por razones logísticas y de seguridad, las 27 personas que se sentarán en el banquillo de los acusados han sido separadas en tres grupos distintos, cuyas causas serán dirimidas por distintos juzgados.

Un grupo de nueve, identificado como el “ala militar” que respalda al cabecilla del grupo, el autoproclamado Heinrich XIII de Alemania, el príncipe Reuss, de 72 años, fue el primero en ser juzgado en medio de estrictas medidas de seguridad en la ciudad meridional de Stuttgart. Están acusados de alta traición, intento de asesinato y pertenencia a una organización terrorista. Otras nueve personas, entre ellas Reuss y otros destacados miembros, serán juzgadas en Fráncfort el 21 de mayo.

“Derrocar el sistema”

El príncipe Reuss, un hombre de negocios antisemita, descendiente de una familia de la antigua aristocracia, fundó el grupo con el deseo expreso de destruir el orden estatal de forma violenta. En caso de éxito del golpe, debía ser declarado jefe provisional de un nuevo Estado alemán, que habría redibujado el país según las fronteras de 1937.

Según la fiscalía federal, el grupo planeaba entrar en el Reichstag de Berlín con apoyo armado para detener a miembros del Bundestag o Parlamento con la intención de “derrocar el sistema”.

Los conspiradores pretendían eliminar por la fuerza el orden estatal existente y sustituirlo por su propio gobierno. Habían estado fraguando los planes desde agosto de 2021, hasta que fueron descubiertos en diciembre de 2022 en una serie de redadas antiterroristas a gran escala en las que participaron miles de agentes que registraron 150 propiedades en 11 estados alemanes, así como en el extranjero.

Los miembros, muchos relacionados con el movimiento ultraderechista alemán Reichsbürger, tenían acceso “a un inmenso arsenal de armas”, según la fiscalía, entre las que había 380 armas de fuego, 350 armas de filo y puñales, casi 500 armas de otro tipo y 148.000 piezas de munición, a las que se referían con el nombre en clave de “bombones”.

“Se trata de personas que no reconocen la República Federal ni sus instituciones democráticas”, dijeron los fiscales.

Lista de ejecución

Entre sus planes, muy detallados, figuraba una “lista de ejecución” elaborada por un exsoldado de élite y entrenador de supervivencia, Peter Wörner, apodado “Lobo”, en la que figuraban el canciller Olaf Scholz, dos importantes personalidades de la televisión, Markus Lanz y Sandra Maischberger, así como el jefe de la oposición del partido Unión Democrática Cristiana, Friedrich Merz. Para prepararse para el nuevo “régimen”, en el que esperaba participar, Wörner encargó a un sastre que le confeccionara un uniforme de soldado “ de estilo nazi”.

Los aspirantes a golpistas pagaron a una banda criminal suiza unos 140.000 euros por armas, y tenían planes para buscar “prisiones infantiles subterráneas”, ya que creían que un “gobierno mundial” secreto realizaba experimentos con niños en la clandestinidad.

Según la fiscalía, Thomas T, un soldador de 60 años perteneciente a la escena del rock del estado de Baviera, junto con la futura “ministra de transcomunicaciones” del grupo, Hildegard Leiding, también de 60 años, miembro del partido derechista AfD y astróloga, habrían buscado candidatos para el “futuro gobierno” sobre una “base espiritual”, según sus fechas de nacimiento. También estuvo supuestamente implicado un famoso chef austriaco con el mandato de cocinar comida saludable para el nuevo régimen.

Junto a T, será juzgada Melanie Ritter, de 57 años, doctora especializada en el método de predicción del futuro a través de los huevos y escéptica de la vacuna contra la COVID-19, que esperaba convertirse en ministra de Sanidad tras el golpe.

Según la acusación, y en base a los mensajes que escribió en dos de los diversos grupos de chat online del grupo, el exteniente coronel Rüdiger von Pescatore, de 70 años, interpretó la muerte de la reina Isabel en septiembre de 2022 como “la señal para un ataque de las fuerzas aliadas contra Alemania” que marcaría el “Día X”, la fecha del golpe. Esperaba que un corte de electricidad resultante desencadenara el inicio del golpe, pero nunca ocurrió.

Los investigadores criminales han declarado que vigilaron la primera reunión con el grupo, celebrada por el príncipe Reuss, el 25 de octubre de 2021, en un pub de la localidad bávara de Helmbrechts. Según los investigadores, la prioridad del aristócrata era el reconocimiento internacional de su estado de fantasía “Ducado Reuss”, en el estado oriental de Turingia. Por medio de su novia, de nacionalidad rusa, había intentado presionar al consulado general ruso en Leipzig para obtener dicho reconocimiento y apoyo al golpe. Al parecer, dijo al consulado general: “Le demostraremos que el lobo alemán y el oso ruso forman un equipo imbatible”.

En declaraciones a los medios de comunicación alemanes la semana pasada, el abogado de Reuss, Roman von Alvensleben, dijo que no haría declaraciones sobre la posición de su cliente. “No puedo confirmar... que el príncipe Reuss supusiera una amenaza para la existencia de la República Federal de Alemania y que se hubiera unido o aprobado un grupo que defendiera el uso de la violencia”, declaró.

Traducción de Emma Reverter.

Este artículo ha sido actualizado por la redacción de elDiario.es