DeSantis se enfrentará en las primarias republicanas a Donald Trump: “Me postulo para liderar nuestro gran regreso”
El gobernador derechista de Florida, Ron DeSantis, ha lanzado su campaña para la nominación presidencial republicana este miércoles: “Me postulo para presidente para liderar nuestro gran regreso estadounidense”, ha publicado DeSantis en su cuenta de Twitter, junto con un su primer vídeo oficial de campaña.
El político republicano, de 44 años, ha resaltado que en Florida su administración ha escogido “los hechos por encima del miedo, la educación por encima del adoctrinamiento y la ley y orden sobre el desorden y los disturbios”. El vídeo fue publicado horas después de que el candidato revelara su decisión con la presentación de la documentación ante la Comisión Federal Electoral y casi al mismo tiempo que su charla con Elon Musk, que empezó con casi media hora de retraso por problemas técnicos.
Los fallos, causados por la gran afluencia de oyentes (en un momento llegaron a más de 600.000) que sobrecargaron los servidores, fueron motivo de burla de parte del Comité de Acción Política (PAC) MAGA War Room, afín a Trump, y de algunos demócratas, entre ellos el presidente de EEUU, Joe Biden. “Este enlace funciona”, publicó el mandatario, junto a una imagen de campaña al lado de la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, uno de los tantos que se sumaron a las burlas.
Durante la conversación de una hora que mantuvo con Elon Musk y el empresario tecnológico David Sacks, un donante de la campaña de DeSantis, el ahora aspirante presidencial desplegó muchos de los postulados a favor de la libertad y en contra del “adoctrinamiento ideológico” progresista, premisas a las que ya apeló durante la campaña para su reelección como gobernador.
En las encuestas sobre las primarias republicanas, DeSantis se ha mantenido en un consistente aunque cada vez más distante segundo lugar tras Donald Trump.
El ex presidente se enfrenta a un peligro legal sin precedentes, incluido un juicio penal que comenzará en Nueva York a finales de marzo del próximo año y una posible acusación por subversión electoral e incitación a la insurrección del 6 de enero. Sin embargo, ha sabido transformar esos retos en un éxito entre los votantes republicanos, receptivos a su afirmación de ser víctima de una persecución política.
Trump utilizó Twitter con gran efecto en su ascenso al poder, pero fue suspendido de la plataforma tras el 6 de enero. Musk levantó la prohibición, pero Trump ha seguido utilizando Truth Social, la plataforma que creó en su exilio.
Al informar sobre los planes de anuncio de DeSantis, el New York Times dijo que Musk “añadiría un elemento sorprendente y daría a DeSantis acceso a una gran audiencia online”.
Pero el periódico también dijo que Musk “inyectaría un nivel de riesgo en un lanzamiento que se espera que sea cuidadosamente guionizado y aseguraría que la primera impresión de DeSantis como candidato presidencial será alinearse con... un excéntrico hombre de negocios que se ha clasificado en ocasiones como el hombre más rico del mundo”.
No obstante, DeSantis se presentará a la carrera con un exitoso historial de derecha dura como gobernador, un cargo que el graduado de Yale y Harvard ganó en 2018 después de servir en la marina estadounidense, incluida una estancia en la Bahía de Guantánamo, y pasar tres mandatos en la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
El año pasado ganó la reelección de forma aplastante. La legislatura de Florida aún no ha finalizado un proyecto de ley que le permita postularse a la presidencia sin renunciar como gobernador, pero sus ambiciones no se han visto afectadas.
Con la vista puesta firmemente en la Casa Blanca, DeSantis ha acelerado su aplicación de políticas inspiradas en la guerra cultural en materia de género, derechos LGBTQ+, enseñanza de la historia (especialmente en lo relativo a la raza), aborto, control de armas y supresión de votantes.
Los demócratas y algunos observadores políticos dicen que los efectos de tales políticas, incluida una lucha legal con Disney sobre una ley de educación pública llamada “no digas gay”, harán que DeSantis no sea atractivo para los votantes en unas elecciones generales.
En cifras publicadas esta semana, el think tank Data For Progress informó de la desaprobación mayoritaria de DeSantis entre las mujeres con probabilidad de votar.
Entre los temas preguntados en los sondeos, el 54% de los encuestados estaban en contra de la prohibición del aborto de seis semanas que DeSantis firmó en abril; el 57% se opuso a la prohibición de libros en las bibliotecas de las escuelas públicas impulsada por las objeciones de los padres; y el 75% estaba en contra de permitir el porte oculto de armas de fuego sin permiso o entrenamiento, que DeSantis también firmó como ley el mes pasado.
A pesar de este malestar sobre las políticas de DeSantis –y las críticas generalizadas sobre su falta de habilidades interpersonales y carisma en la campaña que alimentan los informes de malestar de los donantes– las encuestas cara a cara entre DeSantis y el presidente Joe Biden generalmente ponen a los dos hombres al mismo nivel.
Otros candidatos a la nominación republicana son Nikki Haley, ex gobernadora de Carolina del Sur y embajadora ante las Naciones Unidas; Tim Scott, senador de Carolina del Sur; Asa Hutchinson, ex gobernador de Arkansas; y Vivek Ramaswamy, empresario de biotecnología.
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