El principal supermercado alemán de descuento ha subido los precios de una selección de productos para reflejar su coste real para la salud y el medioambiente.
En una prueba piloto de una semana en los 2.150 supermercados de la cadena Penny, los precios de nueve productos, principalmente lácteos y cárnicos, se ajustarán a lo que expertos de dos universidades consideran su coste real en relación con sus efectos sobre el suelo, el clima, el consumo de agua y la salud.
La campaña “wahre Kosten” o “costes reales” ha supuesto que el precio de las salchichas de Viena (una salchicha escaldada similar a las Frankfurt) pase de 3,19 a 6,01 euros, que la mozzarella suba un 74% hasta 1,55 euros, y que el yogur de frutas aumente un 31%, de 1,19 a 1,56 euros.
La semana de concienciación se lleva a cabo en colaboración con académicos del Instituto de Tecnología de Núremberg y la Universidad de Greifswald. Surge de la convicción entre los investigadores de que las etiquetas de precios en los supermercados no reflejan los verdaderos costes medioambientales o en la salud a largo plazo de la producción de los alimentos y su recorrido hasta el comercio minorista.
La campaña incluye una serie de alimentos que van desde el queso y otros productos lácteos hasta carnes procesadas como las salchichas, pasando por sustitutos veganos de la carne como los schnitzels o escalopes veganos (a los que se aplicó un aumento moderado del 5%). Las salchichas de Viena y el popular queso maasdam, que ha subido un 94% hasta los 4,84 euros, figuran entre los artículos que más han subido de precio.
En cuanto al queso, los científicos han calculado unos costes ocultos de 85 céntimos por las emisiones nocivas para el clima, como el metano y el CO2, así como 76 céntimos por los daños causados al suelo por la agricultura intensiva y la producción de piensos, 63 céntimos por el efecto de los pesticidas utilizados, incluido su impacto en la salud de los agricultores; y 10 céntimos por la contaminación de las aguas subterráneas por el uso de fertilizantes.
Falta investigación
La cadena de supermercados ya ha avanzado que donará el excedente que obtenga del aumento de los precios, pero no se ha pronunciado sobre si está dispuesta a reducir sus beneficios. La beneficiaria será la organización Zukunftsbauer (Agricultor del Futuro), que apoya a los pequeños agricultores de las regiones alpinas, muchos de las cuales tienen cada vez más dificultades para sobrevivir en un contexto de escasa rentabilidad o, incluso, pérdidas en sus productos.
“Queremos concienciar sobre los costes medioambientales ocultos de los alimentos”, ha dicho a los medios alemanes Stefan Görges, director de operaciones de Penny. “Tenemos que lanzar el incómodo mensaje de que los precios de nuestros productos alimenticios, que se acumulan a lo largo de la cadena de suministro, no reflejan en absoluto los costes medioambientales”, ha indicado.
Amelie Michalke, ingeniera industrial y experta en sostenibilidad de la Universidad de Greifswald, en el norte de Alemania, ha señalado que aún no es posible calcular el coste real para la salud y el medioambiente de todos los productos.
Por ello, el experimento se ha limitado a una gama más reducida para la que ha sido posible hacer cálculos realistas. La experta reconoce que, en estos momentos, carece “de una base científica exhaustiva al respecto”, “pero esperamos que iniciativas como esta nos den un fuerte impulso para hablar y valorar los precios de los alimentos de una forma fácil y justa”.
Traducido por Emma Reverter.