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Un muro no es la salida: la crisis de refugiados necesita mejores ideas

The Guardian

Patrick Kingsley —

En términos metafóricos, Grecia se ha dado de bruces contra la pared de la crisis migratoria, con la llegada de más de 850.000 solicitantes de asilo a sus costas. Pero este año la expresión puede alcanzar un significado más literal. Todo depende del crédito que merezcan las bravuconadas de los líderes conservadores de Europa.

En los últimos días, el discurso implacable del primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha instado a incomunicar Grecia con el resto de Europa –o al menos con Macedonia, el siguiente paso en la ruta migratoria hacia Alemania–. Orbán pretende que la Unión Europea amplíe una valla existente en el pueblo limítrofe de Idomeni a lo largo de toda la frontera greco-macedonia, como ya hizo Hungría alambrando las suyas en septiembre. La propuesta figura entre el arsenal de ideas presentadas este lunes por los políticos europeos, en su última cumbre migratoria.

Fuentes en Bruselas consideran que la propuesta es inviable. “No creo que sea concebible”, ha declarado Gerald Knaus, antiguo diplomático y presidente del influyente thinktank de la Iniciativa por la Estabilidad Europea. Esto se hace más evidente cuando los expertos en migración dudan de que construir más muros vaya a detener la oleada de refugiados. Para empezar, llevaría tiempo cambiar el rumbo de los solicitantes de asilo que siguen utilizando las islas griegas como vía hacia Europa. E incluso si las cifras se redujesen en un 80%, el nivel continuaría siendo más alto que el récord registrado en 2014.

Para el director europeo de Amnistía Internacional, John Dalhuisen, sería cuestión de tiempo que las personas desesperadas encontrasen otras rutas para entrar en Europa. “Ampliar la valla a lo largo de la frontera griega no va a reducir la corriente neta en Europa en un largo plazo”, ha expresado. “Encontrarán otros trayectos. Cada vez que Europa ha levantado una valla o fortificación en sus fronteras marítimas, la gente ha tomado otras rutas, a pesar de que supongan más gasto y peligro”. Sus declaraciones se refieren a los anteriores intentos de establecer líneas divisorias con Marruecos, Libia y otros países de la costa oeste de África.

Hacia rutas alternativas

En Grecia hay rutas alternativas al alcance de la mano. Los refugiados seguro que encontrarían nuevas vías por Albania y Macedonia al oeste, y Bulgaria y Rumanía por el este. De hecho, algunos han comenzado a utilizar esas opciones. Desde noviembre, los migrantes procedentes de Siria, Irak y Afganistán han sido devueltos a su país desde la frontera macedonia y les han prohibido acceder al corredor humanitario hacia Alemania que se formó en agosto. 

Muchos de ellos han recurrido directamente a contrabandistas en busca de rutas alternativas a través de los Balcanes. Ampliar la valla de Macedonia posiblemente acelere este proceso, retrotrayendo a las condiciones anteriores al pasado verano, cuando cientos de refugiados fueron víctimas del contrabando hacia Alemania ante la ausencia del corredor humanitario.

“Al final, la gente va a terminar entrando. Nadie que se encuentre en Grecia volverá a Turquía”, ha afirmado Knaus. Detrás de las cámaras, Knaus está presionando para hallar una solución radicalmente distinta: un reasentamiento masivo de refugiados desde Turquía. Es imposible, puntualiza, impedir a la gente alcanzar las islas griegas desde Turquía. Una vez en Grecia, también será complicado mantenerlos allí, e incluso aunque fuese posible, Grecia no cuenta con los recursos necesarios para su manutención.

El único remedio sería tratar de persuadir a Turquía de recoger de nuevo a los solicitantes de asilo que llegan a Grecia en barco y, a cambio, Alemania reasentaría a cientos de miles de refugiados directamente desde Turquía. Esto no evitaría que estas personas alcanzasen Europa, pero permitiría al continente gestionar mejor las llegadas. Podrían decidir quién llega y desde dónde, y sabiendo cómo son antes de su entrada.

Para seguir con la metáfora, frenar completamente su tránsito sería como golpearse la cabeza contra la pared. “Estoy convencido de que muchas personas no entienden los asuntos más básicos”, recuerda Knaus. “Tomen la decision que tomen, no podrán cerrar el mar Egeo”.

Traducción de: Mónica Zas