El Gobierno británico insiste en mantener el estricto régimen oficial de inmigración, después de que Theresa May fuera acusada de bloquear solicitudes que permitirían la llegada al Reino Unido de nuevos médicos extranjeros para el NHS (la sanidad pública británica) que sufre un problema de falta de personal.
Según The Evening Standard, al menos tres organismos oficiales (entre los que se encuentra el Ministerio de Interior) habían pedido a Downing Street que levantara temporalmente el máximo de visados previsto en las cuotas de inmigración. May rechazó todas las solicitudes.
El Gobierno ha rechazado hasta 100 solicitudes de visados de nivel 2 de médicos indios. Estos son los visados que se ofrecen a trabajadores cualificados de fuera de la Unión Europea con una oferta de trabajo en Gran Bretaña, aunque tienen un número limitado.
En declaraciones recientes a BBC, el director ejecutivo del servicio de empleo de la NHS, Danny Mortimer, dijo que la escasez de profesionales estaba afectando a los pacientes y que había oído hablar de cientos de médicos a los que les estaban negando el visado.
“Es esencial que mantengamos el control sobre el sistema de inmigración y que funcione en el interés nacional”, dijo el portavoz de la primera ministra a los periodistas cuando le preguntaron por la información publicada en The Evening Standard. “Estamos controlando lo que pasa con las solicitudes de visado de los médicos, incluidos los límites mensuales de las visas de nivel 2. Aproximadamente una de cada tres visas de nivel 2 es para un trabajo en el NHS. Invertir en nuestra fuerza laboral seguirá siendo una prioridad”, añadió.
Cuando le preguntaron si May había vetado personalmente las solicitudes, respondió: “No discutiré lo referido a cómo se articula la política del Gobierno”.
Con el Brexit en ciernes y para satisfacer la necesidad de más personal, el ministro de Sanidad, Jeremy Hunt, ha dado un impulso a los centros de capacitación médica. Pero desde la dirección del NHS advierten que se enfrentan a una crisis de personal a corto plazo.
Es posible que los intentos de la primera ministra de aplicar una política de inmigración más estricta reaviven las preocupaciones sobre los perjuicios que puede tener el objetivo que se ha fijado el Gobierno de reducir la cantidad neta de inmigrantes.
Sajid Javid se hizo cargo de la cartera de Interior después de que Amber Rudd renunciara la noche del domingo pasado por el escándalo Windrush. El lunes, Javid dijo a los diputados que no le gusta que usen la frase “entorno hostil” para describir las políticas destinadas a dificultar la vida de los inmigrantes ilegales.
Según Sunder Katwala, del centro de estudios British Future, “Javid debería tratar de cambiar las políticas en áreas donde los puntos de vista de Theresa May son considerablemente más duros que los de la opinión pública”. “Podría empezar por terminar con la extraña política de denegar el visado a los médicos indios con conocimientos muy necesitados en los ambulatorios del sistema nacional de salud que están tratando de reducir sus listas de espera”.
La diputada laborista Preet Gill ha escrito al ministro de Interior para pedir que se relaje el límite máximo en las visas de nivel 2 que necesitan los médicos. “Sin un nivel adecuado de personal, el NHS no puede brindar la atención oportuna y de calidad a la que tienen derecho los pacientes. Por eso no entiendo por qué el Gobierno está satisfecho con una política de inmigración que impide activamente al NHS cubrir los puestos vacantes en su plantilla de doctores”, ha señalado.
Para la responsable de Interior en el Partido Laborista, Diane Abbott, la noticia deja nuevamente en evidencia el efecto que tienen las políticas de inmigración de Theresa May: “A esto lleva la política de entorno hostil. Y así continuará hasta que esa política sea eliminada”.
Traducido por Francisco de Zárate