Mientras las milicias rusas opositoras al Kremlin preparaban en Ucrania su arriesgada incursión a la región rusa de Belgorod esta semana, un hombre con el pelo engominado, ropa de camuflaje y un fusil automático miraba fijamente al objetivo de una cámara.
“Somos rusos como vosotros”, dijo en una grabación, que luego fue subida a Internet. “Somos personas como vosotros; queremos que nuestros hijos crezcan en paz y que sean personas libres para viajar, estudiar y ser felices en un país libre, pero esto no es posible en la Rusia moderna de Putin, podrida hasta la médula por la corrupción, las mentiras, la censura, la represión y la restricción a las libertades”.
El hombre de la grabación era Maximillian Andronnikov, autoproclamado comandante de la Legión por la Libertad de Rusia, un grupo paramilitar que, hasta esta semana, ha sido criticado por su desmesurada actividad en Internet y en los medios de comunicación. Con 'César' como sobrenombre, Andronnikov también ha sido el portavoz en los medios del grupo, que ha tratado de actuar en la sombra manteniendo en secreto la identidad de sus miembros.
Pero las incursiones de esta semana en el sur de Rusia han centrado todas las miradas tanto en la Legión por la Libertad de Rusia como en el Cuerpo de Voluntarios Rusos, otro grupo compuesto por rusos que ahora dicen luchar contra Putin.
Conexiones con la extrema derecha rusa
De acuerdo con sus perfiles, entre los guerrilleros rusos hay varios veteranos de grupos contrarios al Kremlin. Muchos, especialmente entre los miembros del Cuerpo de Voluntarios Rusos, tienen conexiones con organizaciones rusas de extrema derecha. En una foto tomada en abril, Andronnikov aparece junto al conocido neonazi Denis Nikitin en el lugar donde el Cuerpo de Voluntarios Rusos organiza peleas de artes marciales mixtas.
El propio Andronnikov fue en otra época miembro del Movimiento Imperial Ruso (MRI), un grupo ultranacionalista que se opone públicamente a Vladímir Putin pero que también ha desplegado a combatientes prorrusos en la guerra desde 2014.
La agencia independiente de noticias rusa Agentstvo publicó a principios de este año una fotografía de una marcha rusa de 2011 donde se ve a Andronnikov junto a Denis Gariev, el jefe del brazo paramilitar del MRI. Según un miembro del MRI que lo conoce, Andronnikov dejó el grupo antes de que comenzara la guerra en Ucrania en 2014.
Andronnikov nació en Sochi y luego vivió en San Petersburgo. En 2012, lo llamaron a declarar como testigo en un juicio por un supuesto golpe militar planeado por varios hombres de la ciudad de Ekaterimburgo, en los Urales. Andronnikov, que en ese momento era el jefe de un “club patriótico militar” de San Petersburgo, no fue acusado.
El complot estaba vinculado con Vladímir Kvachkov, coronel retirado de línea dura. Lo metieron en la cárcel después de que miembros de su grupo, el Frente Popular para la Liberación de Rusia, fueran acusados de entrenar con ballestas en un complot para derrocar al Gobierno.
Cuando comenzó la invasión rusa en 2022, Andronnikov dejó su trabajo como entrenador de tiro con arco y se marchó rápidamente a Ucrania, donde ha estado luchando desde entonces en el bando de Kiev. A principios de este año dijo que su objetivo final era sacar a Putin del poder.
Antes del asalto a la región de Belgorod, dijo que había estado combatiendo cerca de la ciudad de Bajmut. “Soy un buen ruso y en el otro bando hay malos rusos”, dijo en otra entrevista de principios de año. “Y los mato todos los días”.
Desertores de los servicios de espionaje
En las milicias también hay desertores de los servicios de espionaje rusos. El exagente del FSB Ilya Bogdanov salió de Rusia por Ucrania en 2014 y, cinco años después, escapó por poco de un intento de secuestro de los servicios secretos de su país. En el vídeo de las incursiones publicado esta semana se ve a Bogdanov robando un vehículo blindado ruso para el transporte de tropas BTR-82A durante los combates.
Alrededor de 10 combatientes de la Legión por la Libertad de Rusia y otros 30 del Cuerpo de Voluntarios Rusos se citaron el miércoles con la prensa en un campo, un encuentro que fue también su vuelta de la victoria tras los asaltos en Belgorod, que fueron el primer combate sostenido en territorio ruso desde que comenzó la guerra.
Es la primera demostración de fuerza de las dos organizaciones, que parecen tener acceso a armas y vehículos blindados de fabricación estadounidense. La Casa Blanca ha comunicado que está evaluando las informaciones según las cuales las milicias usaron MRAP M1224 MaxxPro suministrados por EEUU. Rusia ha declarado que eso equivaldría a una implicación mayor de EEUU en la guerra.
Las autoridades ucranianas han negado cualquier relación con las milicias, a la vez que muestran una satisfacción evidente al constatar que Rusia se enfrenta a una amenaza similar a la de los soldados sin distintivos y los grupos proxy que Moscú empleó contra Ucrania en Crimea y en el Donbás a principios de 2014.
Se ha extendido la broma de llamar “República Popular de Bilhorod” a la región de Belgorod, una referencia a las regiones ucranianas que han sido capturadas por Rusia. “ÚLTIMA HORA: Putin anuncia otra Operación Militar Especial para defender a los rusos rusoparlantes de los rusos que invaden Rusia desde Rusia”, decía otra de ellas.
Traducción de Francisco de Zárate.