Theresa May se convertirá en la primera ministra de Reino Unido este miércoles por la tarde, ¿pero cuál es su postura sobre los asuntos fundamentales? Estos son sus éxitos, sus fracasos, sus opiniones y cómo han evolucionado:
Inmigración
El trabajo de May en inmigración durante su larga temporada como ministra del Interior es la parte más conocida de su actividad política. No fue ella quien propuso el objetivo de reducir la migración neta a decenas de miles, pero sí se comprometió en varias ocasiones a intentar cumplirlo. Según el último dato, la migración neta en Reino Unido está en 330.000 personas al año.
Una de sus políticas más controvertidas, dirigida a reducir drásticamente la inmigración desde fuera de la Unión Europea, fue una nueva normativa que prohibía a los ciudadanos británicos traer a Reino Unido a sus cónyuges o hijos salvo que ganasen más de 18.600 libras (unos 22.000 euros), independientemente de cuánto ganara su cónyuge no británico. Las familias han recurrido la ley ante el Tribunal Supremo. Los grupos de presión señalan que la normativa está llevando a niños pequeños a estar separados de sus familias durante largas temporadas.
Uno de sus mayores aprietos en el Ministerio del Interior fue la muy criticada campaña de las “furgonetas 'vete a casa”, que recorrían el país ofreciendo ayuda a los inmigrantes ilegales para volver a sus lugares de origen. Además de recibir muchas burlas y llamadas falsas, el sistema solo logró que 11 personas abandonaran el país.
Derechos humanos
En su única intervención importante durante el referéndum sobre la Unión Europea, May insinuó que Reino Unido debería retirarse de la Convención Europea de Derechos Humanos independientemente del resultado del referéndum. “La Convención puede atar las manos del Parlamento, no aporta nada a nuestra prosperidad, nos quita seguridad al evitar la deportación de extranjeros peligrosos y no hace nada por cambiar las actitudes de gobiernos como el ruso en cuanto a derechos humanos”, dijo.
Sin embargo, cuando le preguntaron directamente en el lanzamiento de su campaña sobre sus planes de abandonar la Convención, May dijo que ya no aspira a ello.
May considera la deportación de Abu Qatada como uno de sus grandes logros como ministra del Interior, después de que le aconsejaran varias veces que no sería posible por las preocupaciones sobre el tratamiento que recibiría en Jordania. También está preparada para bloquear la deportación de ciudadanos británicos, como la del hacker Gary McKinnon.
Se enfrentó al gran referente conservador Ken Clarke en una conferencia del partido en 2011. Después de asegurar que no se podía deportar a un inmigrante si tenía un gato, Clarke dijo que se apostaría algo con May a que nadie había evitado nunca la deportación por esa razón.
May es una de las principales defensoras del proyecto de ley de vigilancia masiva conocido como snooper's charter y la acusaron de intentar acelerar su trámite parlamentario hace unos meses, antes de que la obligaran a aceptar varias concesiones sobre privacidad.
Mujer e igualdad
May se ha descrito a menudo a sí misma como una “tory one-nation”. La advertencia que lanzó en 2002 a los conservadores de que se les veía como “el partido despreciable” fue una llamada a las armas por la modernización. Votó a favor de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, diciendo: “Si dos personas se cuidan, si se aman, deberían poder casarse”.
Sus posturas han evolucionado de forma clara a lo largo de los años. Anteriormente votó en contra de reducir la edad de consentimiento para el sexo homosexual y también en contra de derogar el artículo 28, una norma del gobierno de Tatcher que prohibía a los centros educativos plantear “la aceptación de la homosexualidad como una relación familiar normal”.
May habló de igualdad de oportunidades durante su discurso: “Si eres mujer, sigues cobrando menos que un hombre”, dijo. Como ministra del Interior, promovió acciones contra la violencia doméstica, como una ley contra el control coercitivo y una investigación nacional sobre el tratamiento a las víctimas de violencia doméstica por parte de la Policía, llevada a cabo por el organismo público de inspección HMIC.
Los activistas señalan, sin embargo, que May se ha mostrado mucho menos interesada en el tratamiento a las mujeres migrantes: se ha negado a poner fin a las detenciones de mujeres embarazadas en el centro de deportación de inmigrantes Yarl's Wood.
Como ministra de Mujer e Igualdad, el Partido Laborista la criticó por eliminar la obligación legal de que los organismos públicos intenten reducir la desigualdad de clases. “Fue tan ridículo como simplista”, dijo ella.
Economía y derechos laborales
May hizo de los derechos laborales la piedra angular de su discurso de este lunes. “Bajo mi liderazgo, el Partido Conservador se pondrá al servicio de la gente trabajadora de forma completa, absoluta e inequívoca”. May ha prometido dar espacio a los trabajadores en los consejos de administración de las empresas. También se ha comprometido a que la votación anual de las pagas a los ejecutivos por parte de los accionistas sea una obligación y no una recomendación.
No siempre ha sido una gran defensora de los derechos laborales. Un año después de ser elegida por primera vez en 1997, dio varios discursos en los que se oponía a un salario mínimo obligatorio a nivel nacional. “En el salario mínimo nacional, la carga se traslada del gasto social del Estado a las empresas”, dijo. Añadió que el Gobierno debería plantearse “permitir a las empresas quedar fuera de las obligaciones del salario mínimo durante un periodo limitado en circunstancias económicas extremas”.
Educación
May ha cambiado de opinión a lo largo de los años sobre las tasas universitarias. Votó en contra de un cambio en el sistema de tasas que las aumentaba y en contra de elevar el techo de las mismas. Sin embargo, cuando entró en el gobierno cambió rápido su posición. En 2010 votó a favor de aumentar ese techo.
Es una firme defensora del empeño de Michael Gove por las free schools (un sistema educativo similar a la escuela concertada española). Lo dejó claro en 2009, en un discurso en el que defendió permitir que “las ONG, filántropos, federaciones educativas ya existentes, fundaciones sin ánimo de lucro, cooperativas y asociaciones de madres y padres abran nuevas escuelas en el sector estatal”.
Elecciones generales
En 2007, después de que Gordon Brown relevara a Tony Blair en Downing Street, May pedía elecciones generales desde las filas parlamentarias de la oposición: “El primer ministro tiene miedo a unas elecciones generales”, dijo. Pero cuando May lanzó oficialmente su apuesta por el liderazgo de los conservadores, descartó adelantar los comicios. “No debería haber elecciones generales hasta 2020”, aseguró.
Traducción de Jaime Sevilla Lorenzo