Los aliados de Ucrania deberían comprometerse a realizar transferencias de armas a gran escala y a invertir durante varias décadas en las defensas del país, según un informe que analiza las alternativas a las aspiraciones a largo plazo del Gobierno ucraniano de unirse a la alianza de la OTAN.
El informe fue encargado por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y está escrito por el exsecretario general de la OTAN Anders Fogh Rasmussen y el jefe de gabinete de Zelenski, Andrei Yermak.
El documento analiza cómo proporcionar una estructura de seguridad para Ucrania que garantice que Rusia no intente invadirla de nuevo, y no está vinculado con los llamamientos de Zelenski para que Occidente aumente el suministro de armas para abordar el sorpresivo avance de las tropas ucranianas.
La posible pertenencia futura de Ucrania a la OTAN fue una de las cuestiones que Rusia alegó como justificación para su invasión en febrero.
El informe, que ha sido objeto de numerosas consultas diplomáticas, no propone que se exija a los países de la OTAN que ofrezcan colectivamente sus tropas para defender la soberanía de Ucrania, pero señala que no debe restringirse la ayuda militar, diplomática y económica que prestan los países miembros de la OTAN mediante acuerdos bilaterales. El nivel de apoyo podría ser escalable según el nivel de amenaza y debería aplicarse a todas las fronteras de Ucrania reconocidas internacionalmente.
El informe argumenta que la “mayor garantía de seguridad para Ucrania reside en su capacidad para defenderse de un agresor... Para ello, Ucrania necesita los recursos para mantener una fuerza defensiva adecuada, capaz de resistir a las fuerzas armadas y paramilitares de la Federación Rusa”.
“Esto requiere un esfuerzo de varias décadas de inversión sostenida en la base industrial de defensa de Ucrania, transferencias de armas y apoyo de inteligencia de los aliados, misiones intensivas de entrenamiento y ejercicios conjuntos bajo la bandera de la Unión Europea y la OTAN”.
Países que den garantías
El grupo principal de países aliados que se piden se unan para dar garantías de seguridad a Ucrania incluye a Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Polonia, Italia, Alemania, Francia, Australia, Turquía y los países nórdicos, bálticos, de Europa central y oriental.
Las garantías militares podrían ofrecer compromisos a Ucrania que equivalen a “un cielo cerrado”, mediante el suministro de equipos de defensa antiaérea y antimisiles.
Según el documento, las garantías no deberían obligar a Ucrania a limitar el tamaño o la fuerza de sus fuerzas armadas, ni a adoptar una posición de neutralidad, pero sí a mantenerse en la senda democrática.
Los críticos del informe cuestionarán la aplicabilidad de las garantías legales propuestas, la magnitud del apoyo financiero necesario y la amenaza de que un ejército tan poderoso no actúe solo en defensa propia.
Las fuerzas ucranianas serán entrenadas según el estándar de la OTAN y a la escala necesaria para construir una fuerza de defensa territorial robusta y una fuerza de reserva, incluyendo una forma de reclutamiento para los civiles mayores de 18 años.
Prepararse para el futuro
Según este plan, estas actividades de entrenamiento estarían respaldadas por un extenso programa de ejercicios tanto en suelo ucraniano como con fuerzas ucranianas en territorio de la UE o de la OTAN.
Los países no pertenecientes a la OTAN, como Corea del Sur, podrían ofrecer garantías no militares, como el compromiso de imponer sanciones en caso de un nuevo ataque ruso. El informe también prevé que se establezca un marco legal que permita a las autoridades confiscar los bienes del agresor, sus fondos y reservas soberanas, y los activos de sus ciudadanos y entidades en la lista de sanciones.
Rasmussen indicó que las sanciones no se levantarán hasta que Rusia ponga fin a su agresión contra Ucrania, garantice que no atacará a este país en el futuro y compense a este país por los daños causados durante la invasión. “Cuando esta guerra termine, debemos asegurarnos de que Rusia no pueda volver a invadir Ucrania en el futuro. La mejor manera de hacerlo es que Ucrania tenga una fuerza militar adecuada, capaz de resistir cualquier futuro ataque ruso. Construir y mantener esa fuerza requiere un compromiso de varias décadas por parte de los aliados de Ucrania”, dijo. “Adoptar estas recomendaciones enviaría una fuerte señal a Vladímir Putin. Demostraría que nuestro compromiso con Ucrania no decaerá, que su guerra es inútil”, agregó.
Traducción de Emma Reverter