La Administración de Trump planea relajar las restricciones sobre el uso de las armas nucleares y desarrollar una nueva ojiva nuclear de explosión reducida para los misiles balísticos estadounidenses Trident, según informa un antiguo alto cargo del Gobierno que ha tenido acceso al último borrador de revisión de la política.
Jon Wolfsthal, que fue asesor especial de Barack Obama en control armamentístico y no proliferación, sostiene que la nueva revisión de la postura nuclear preparada por el Pentágono concibe una versión modificada de los misiles Trident D5 lanzados desde submarinos con solo una parte de su cabeza nuclear normal. Wolfsthal sostiene que el objetivo es disuadir a Rusia de utilizar armas nucleares tácticas [de más pequeño tamaño y diseñadas para atacar a una concentración de tropas del enemigo] en un conflicto en Europa del Este.
La nueva política nuclear es considerablemente más dura que la postura adoptada por la Administración de Obama, que buscaba una reducción del papel de las armas nucleares en la defensa de EEUU.
Los defensores del control de armas han dado la voz de alarma sobre la nueva propuesta, que pretende fabricar armas nucleares más pequeñas y más “utilizables”. Denuncian que esta medida hace más probable una guerra nuclear, especialmente con la volatilidad de Donald Trump y su disposición a blandir el arsenal estadounidense en enfrentamientos con enemigos de la nación.
La revisión de la postura nuclear también amplía las circunstancias por las que Estados Unidos puede utilizar su arsenal nuclear, incluyendo la respuesta a un ataque no nuclear que cause un gran número de víctimas o que vaya dirigido a infraestructuras críticas o centros de mando y control nuclear.
La revisión de la postura nuclear, la primera en ocho años, se espera que se publique tras el discurso del Estado de la Unión, a finales de enero. Wolfsthal, que ha analizado lo que él cree que es el último borrador de la revisión, afirma que el documento sostiene que Estados Unidos empezará los trabajos para volver a introducir un misil nuclear de crucero lanzado desde el mar como respuesta al misil nuclear de crucero lanzado desde tierra que Estados Unidos acusa a Rusia de haber desarrollado en violación del tratado de 1987 sobre fuerzas nucleares de alcance intermedio (INF, por sus siglas en inglés).
Wolfsthal asegura que los anteriores borradores de la revisión de política nuclear eran todavía más militaristas. El último borrador plantea propuestas para desarrollar un arma hipersónica y eliminar las garantías a los Estados no nucleares de que EEUU no utilizará su arsenal nuclear contra ellos. “Mi lectura es que esto es un paso atrás respecto a las extremas propuestas anteriores. No incluye tantas cosas terribles como tenía antes, pero sigue siendo mala”, explica Wolfsthal.
“Lo que me ha dicho la gente que escribió el documento es que lo que están intentando es enviar un claro mensaje de disuasión a rusos, norcoreanos y chinos. Hay un lenguaje correcto y moderado, a la par que duro, que deja claro que cualquier intento de Rusia o Corea del Norte de utilizar armas nucleares tendrá duras consecuencias y creo que, de hecho, esto es algo moderado, centrado y probablemente muy necesario”, sostiene. “Donde superan lo admisible es al decir que para hacer eso creíble Estados Unidos tiene que desarrollar dos nuevos tipos de armas nucleares”, añade.
“Una estrategia inviable”
Wolfsthal explica que la cabeza nuclear modificada del misil Trident, que solo incluye la fisión primaria en su ojiva termonuclear, es “totalmente innecesaria” porque Estados Unidos ya tiene en su arsenal armas nucleares de explosión limitada, como las bombas de gravedad B61 y los misiles de crucero lanzados desde el aire.
Este experto también señala que es “bastante estúpido” poner un arma nuclear “táctica” de explosión limitada en los nuevos submarinos de misiles balísticos de clase Columbia porque dispararla revelaría la posición del submarino. “Nos gastamos 5.000 millones de dólares por submarino para hacerlo invisible y ponemos un montón de cabezas nucleares en cada submarino. Lo que queremos hacer es coger un misil, ponerle una pequeña ojiva nuclear y lanzarlo primero de forma que el submarino quede vulnerable a un ataque ruso”, explica Wolfsthal. “Eso me parece inviable desde el punto de vista de la estrategia naval”, añade.
El desarrollo de una ojiva nuclear de explosión reducida para un misil balístico lanzado desde el mar se basa en la creencia de que en caso de conflicto con Rusia en el flanco oriental de la OTAN, los rusos utilizarían pronto un arma nuclear táctica para compensar su relativa debilidad en armas convencionales. Los rusos, continúa el argumento, contarían con la reticencia de EEUU a utilizar las grandes ojivas nucleares presentes en sus armas, lo que llevaría a Estados Unidos a echarse atrás.
Hans Kristensen, director del proyecto de información nuclear en la Federación de Científicos Americanos, sostiene que la justificación para desarrollar el nuevo armamento es incoherente. “Asume que la comunidad de inteligencia ha determinado que uno o varios enemigos apuestan por que Estados Unidos no va a utilizar un misil con una cabeza nuclear más potente. Ese no es el caso. Nunca hemos oído a nadie decir que eso es así”, afirma Kristensen.
“Creo que ningún adversario, desde luego que Rusia no, apostaría a que si hace algo con misiles nucleares de explosión reducida, nosotros no responderíamos. Es completamente ridículo”, explica. “Creo que esto va de tener algo de trabajo en los laboratorios con las ojivas nucleares y de explorar opciones. No lo veo como una misión real”, añade.
Daryl Kimball, presidente de la Arms Control Association, sostiene que el desarrollo de nuevas armas en el arsenal nuclear de Estados Unidos es “un pensamiento peligroso propio de la Guerra Fría”. “Estados Unidos ya posee un diverso arsenal de capacidades nucleares y no hay pruebas que demuestren que armas más utilizables vayan a fortalecer la disuasión de adversarios o les vayan a forzar a tomar decisiones diferentes sobre sus arsenales”, escribió Kimball en la página web de Arms Control Association.
Kimball también ha advertido contra las decisiones para ampliar las circunstancias en las que utilizar las armas nucleares. “El uso de incluso un número reducido de estas armas sería catastrófico. Amenazar con ataques nucleares para responder a nuevos tipos de amenazas 'asimétricas' es innecesario, aumentaría el riesgo del uso de armas nucleares y facilitaría a otros países justificar un papel exagerado de las armas nucleares en sus políticas”, concluye.
Traducido por Javier Biosca Azcoiti