Tras unas elecciones locales en las que el Partido Verde de Inglaterra y de Gales ha crecido robándole votos a laboristas y conservadores, los votantes han aceptado finalmente a la formación como una fuerza electoral creíble, dice Jonathan Bartley, colíder del partido.
En zonas como Bristol los Verdes se han convertido en el principal partido, obligando al alcalde laborista Marvin Rees a una segunda vuelta electoral. Según Bartley, que dirige al partido junto a Siân Berry, los buenos resultados obtenidos demuestran que el voto a los Verdes ya no se puede considerar como un voto desperdiciado.
“Estamos pasando de ser el mayor de los partidos pequeños a ser uno de los grandes”, dice Bartley. “En las encuestas ya hemos superado a los liberaldemócratas y en estas elecciones hemos visto que no hay zonas donde los Verdes no puedan ganar”.
En su opinión, el Partido Verde está ganando el apoyo de los votantes laboristas desilusionados con el “estilo autoritario a lo Tony Blair” de Keir Starmer, el líder del partido, y de votantes conservadores que llegan al partido por preocupaciones medioambientales planteadas por personas como el divulgador David Attenborough.
En el Ayuntamiento de Bristol, los Verdes han más que duplicado su número de concejales. Tanto ellos como los laboristas sacaron 24 escaños, solo que los laboristas venían de tener 33 y los Verdes, 11 (los conservadores se mantuvieron en 14).
Lily Fitzgibbon, de 18 años y una de las nuevas concejalas del Partido Verde, es una de las fundadoras del Bristol Youth Strike 4 Climate, que en 2020 ayudó a organizar en la ciudad la protesta por la emergencia climática con la participación de Greta Thunberg.
“¿A quién representan ya los laboristas? ¿A quién representa ya el Partido Conservador?”, se pregunta Bartley. “Ninguno de los dos partidos tiene una visión de futuro. Nosotros queremos una economía relocalizada en la que la gente pueda trabajar desde casa, no queremos que cientos de miles de personas tengan que desplazarse todos los días”.
Avanzando en zonas laboristas y conservadoras
Siân Berry, su compañera en la dirección del partido, quedó en un lejano tercer puesto en las elecciones para la alcaldía de Londres, pero su porcentaje de votos ha vuelto a aumentar. El partido también celebra haber sacado el 12% de los votos en toda la capital para la Asamblea de Londres.
Aunque el número total de políticos del Partido Verde electos sigue siendo pequeño, desde el domingo por la noche la formación ha sumado un total de 82 concejales en toda Inglaterra, obteniendo así representación en zonas urbanas tradicionalmente laboristas, como Sheffield, y en ayuntamientos rurales dominados por los tories, como Suffolk.
Desde que en 2010 ganó el escaño por la circunscripción de Brighton Pavilion, Caroline Lucas es la única diputada nacional que el partido tiene en Westminster. Los Verdes ahora confían en que el escaño de Bristol West, ocupado por el laborista Thangam Debbonaire con una mayoría de 28.219 votos, se convierta en la prueba de que los Verdes son un partido de más de una ciudad.
Bartley descarta la idea de que el partido pueda repetir el pacto electoral que hizo con los liberaldemócratas en 2019. Dice que ese acuerdo tuvo el único objetivo de intentar un nuevo referéndum sobre la Unión Europea: “Somos un partido muy diferente a los liberaldemócratas”.
El partido ha adoptado, eso sí, un enfoque similar a la clásica estrategia de los liberaldemócratas de aprovechar el tradicional periodo de calma antes de las próximas elecciones generales para contratar a coordinadores de campaña que se concentren en un puñado de circunscripciones promoviendo a sus candidatos como gente que va a pelear por la zona. Bury St Edmunds y Sheffield Central son dos de los escaños que podrían ganar. El sistema electoral de Reino Unido perjudica a formaciones como el Partido Verde, ya que de cada circunscripción sale un único escaño por mayoría simple.
Entretanto, el partido se ha vuelto a quedar sin representación en la elección del parlamento de Gales, donde suele tener dificultades.
Los Verdes escoceses, una organización independiente a su contraparte de Inglaterra y Gales, celebran su récord de ocho escaños obtenido en el Parlamento, donde es probable que puedan ejercer una gran influencia sobre el Partido Nacional Escocés de Nicola Sturgeon, que no ha logrado la mayoría absoluta.
Traducido por Francisco de Zárate.