Las elecciones estadounidenses son como las Olimpiadas. Las votaciones presidenciales se celebran cada cuatro años coincidiendo con los Juegos de verano: 2020, 2016, 2012, 2008, 2004, etc. Sin embargo, las elecciones de mitad de mandato se celebran cada cuatro años al ritmo de los Juegos de invierno: 2022, 2018, 2014, 2010, 2006, 2002, etc.
Las “midterms” son, por tanto, un nombre adecuado porque tienen lugar a mitad del mandato de un presidente. Los expertos las consideran a menudo como un referéndum sobre el presidente.
De hecho, las elecciones de mitad de mandato de este año, el 8 de noviembre, serán la primera oportunidad para que los votantes emitan un veredicto nacional sobre la presidencia de Joe Biden. Sin embargo, el nombre del presidente demócrata no estará en la papeleta y pueden entrar en juego otros muchos factores, como los candidatos concretos, dinámicas locales o cuestiones nacionales.
Qué se vota
La Constitución de Estados Unidos establece que todos los miembros de la Cámara de Representantes y alrededor de un tercio del Senado se votan en las elecciones de mitad de mandato. Estos comicios suelen tener una participación menor que las presidenciales, pero siempre hay mucho en juego y este noviembre no será una excepción.
Están en juego:
- Los 435 escaños de la Cámara de Representantes.
- 35 de los 100 escaños del Senado. Se trata de los 34 escaños habituales más una elección especial para cubrir los cuatro años que le quedan al senador James Inhofe, de Oklahoma, que se retira.
- 36 gobernadores estatales y tres gobernadores de territorios estadounidenses.
- Numerosas alcaldías y cargos locales.
- 129 medidas que se someten a referéndum en 36 estados, incluidas las leyes sobre el aborto en California, Kentucky, Michigan, Montana y Vermont.
El Senado y la Cámara de Representantes constituyen las cámaras alta y baja del Congreso, que es el poder legislativo del Gobierno federal y el responsable de elaborar las leyes. El mandato de los miembros de la Cámara de Representantes dura dos años y el de los senadores –cuyos mandatos son escalonados–, seis.
Cada estado (50 en el país) está representado por dos senadores, lo que implica un total de 100. En la actualidad, el Senado está dividido a partes iguales entre 50 demócratas (incluidos los independientes Angus King y Bernie Sanders, que se alinean con los demócratas) y 50 republicanos. La demócrata Kamala Harris, que como vicepresidenta del país es también presidenta del Senado, ha emitido 26 votos de desempate, más que cualquier vicepresidente desde John Calhoun entre 1825 y 1832.
Cada estado obtiene representación en la Cámara de Representantes en proporción al tamaño de su población, pero tiene derecho al menos a un representante. La Cámara cuenta actualmente con 221 demócratas, 212 republicanos y dos vacantes (por la muerte de Jackie Walorski y la dimisión de Charlie Crist).
La mayoría de los escaños suelen tener un ganador claro debido a años de trabajo rediseñando distritos y a la intensificación del partidismo. Según un análisis de los mapas del Congreso realizado por CBS News, solo hay 81 “escaños competidos”, lo que significa que suelen ser ganados por un partido u otro con una diferencia del 5% o menos.
Qué puede pasar
Históricamente, el partido del presidente en ejercicio casi siempre pierde escaños en la Cámara de Representantes. Desde la Segunda Guerra Mundial, el partido del presidente ha perdido una media de 29 escaños en las primeras elecciones de mitad de mandato, según el think tank Council on Foreign Relations. Una notable excepción fue la presidencia del republicano George W. Bush quien, tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, vio cómo su partido ganaba ocho escaños en la Cámara de Representantes en 2002.
Los republicanos siguen confiando en que se mantenga el patrón habitual y centran su mensaje de campaña en la seguridad de las fronteras, la delincuencia y la inflación. Sin embargo, en esta ocasión destacan algunas variables inusuales: la sombra de Donald Trump, los candidatos republicanos extremistas y la decisión del Tribunal Supremo de anular el derecho constitucional al aborto podrían estimular la participación demócrata.
Los demócratas tienen más confianza en mantener la mayoría en el Senado. Solo defienden 14 escaños, mientras que los republicanos defienden 21. Pase lo que pase, Joe Biden seguirá siendo presidente. No obstante, los resultados podrían tener un profundo impacto en el resto de su mandato.
Cómo afectaría al país
Si los republicanos ganan la Cámara de Representantes, el Senado o ambos, estarán bien posicionados para bloquear gran parte de la agenda legislativa de Biden y convertirlo en un 'lame duck president' (pato cojo). Podrían iniciarse investigaciones en el Congreso sobre el hijo de Biden, Hunter, y otros objetivos partidistas.
Con una mayoría en el Senado, los republicanos también podrían bloquear los nombramientos del gabinete y del poder judicial, por ejemplo, si se produjera una vacante en el Tribunal Supremo.
Las elecciones de mitad de mandato tienen esta vez un giro de argumento adicional. Las elecciones a gobernador, secretario de Estado, fiscal general y legislaturas estatales son más importantes que nunca. Los ganadores también podrían tener una enorme influencia sobre el derecho al aborto, el derecho al voto y la impugnación de la legitimidad de futuras elecciones presidenciales.
Además, en la mayoría de los estados las legislaturas estatales controlan el proceso de redibujar los límites de los distritos electorales del Congreso para ajustarlos a los cambios de población. El partido que tiene el control tiende a trazar los límites en su propio beneficio político –lo que se conoce como gerrymandering– con implicaciones de largo alcance para el futuro control de la Cámara.
Otra cuestión a tener en cuenta es el modo en que se desarrollan las propias elecciones. 19 estados promulgaron en 2021 leyes que endurecían las normas de registro de votantes y restringían o ponían fin a procedimientos como el voto por correo o a distancia. Las elecciones de mitad de mandato mostrarán qué impacto tienen estas leyes sobre la democracia.
En el imparable ciclo político de Estados Unidos una cosa es segura. Antes de que se cuente incluso el último voto de las elecciones de mitad de mandato, ya se habrán activado los comentarios, la campaña y el caos de las próximas elecciones presidenciales.
Traducción de Emma Reverter.