Este miércoles, a las 18.30, la primera ministra británica, Theresa May, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, volverán a reunirse. “Habrá más reuniones en otros niveles para lograr un apoyo amplio en el Parlamento británico”, ha afirmado el portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, en Bruselas, “estamos viendo cómo podemos hacer que la salida de la UE sea ordenada”.
De acuerdo con fuentes del Gobierno británico en relación con la reunión de este lunes entre el negociador de la UE, Michel Barnier, y el ministro para el Brexit, Stephen Barcley, “la reunión fue productiva en la línea de resolver el problema pendiente del respaldo (backstop). Necesitamos encontrar una solución que cumpla con nuestra obligación compartida de evitar una frontera dura en la isla de Irlanda que sea aceptable para nuestro Parlamento”.
“Si bien la Comisión se comprometió con estas ideas”, reconoce el Gobierno británico, “expresó su preocupación por su viabilidad para resolver el respaldo (backstop). Acordamos seguir explorando el uso de soluciones alternativas, especialmente cómo podrían desarrollarse para garantizar la ausencia de una frontera dura en Irlanda del Norte de manera permanente, evitando la necesidad de que el respaldo respalde la entrada en vigor”.
La reunión entre May y Juncker se produce en plena recta final del Brexit, previsto para el 29 de marzo, mientras el Parlamento británico mantiene su bloqueo al acuerdo de salida e insta a la primera ministra a renegociar el documento con la Unión Europea, algo a lo que Bruselas se ha negado.
La primera ministra británica ha pedido a sus diputados conservadores que dejen a un lado sus “preferencias personales” y se unan para apoyar un acuerdo sobre la retirada del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
May envió el fin de semana una carta a los 317 diputados de su formación ante las divisiones que hay entre euroescépticos y proeuropeos sobre el Brexit, que se concretará el próximo 29 de marzo.
El jueves pasado, la primera ministra sufrió en el Parlamento un revés al perder por 303 votos frente a 258 una moción que pedía al Gobierno seguir negociando con Bruselas cambios en el tratado de retirada. La moción no era vinculante, pero ha puesto de manifiesto los problemas que tiene May para controlar a ese sector euroescéptico y conseguir una mayoría parlamentaria que sacar adelante su plan negociado con Bruselas durante casi dos años.
En la misiva enviada a sus diputados y divulgada este domingo, May afirma que el resultado de la votación del jueves fue “decepcionante” pero promete que el Gobierno seguirá trabajando para lograr cambios en el acuerdo negociado con Bruselas sobre la polémica salvaguarda irlandesa, pensada para no volver a establecer una frontera visible entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte.
“Nuestro partido puede hacer lo que ha hecho a menudo en el pasado, trabajar más allá de lo que nos divide y agruparnos detrás de lo que nos une, sacrificar si es necesario nuestras preferencias personales por el interés nacional”, puntualiza.
La jefa del Gobierno confía en poder tener un pacto para el próximo día 27, cuando espera darlo a conocer en la Cámara de los Comunes, de lo contrario tiene previsto presentar, una vez más, una moción “neutra” que podrá ser enmendada a fin de conocer los pasos que los diputados quieren seguir sobre el proceso del Brexit.