El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se ha comprometido este miércoles a “hacer lo que sea necesario” para salir de la crisis económica causada por la pandemia de la COVID-19. Entre las medidas ha anunciado gastar millones destinados a la infancia, la vivienda y la sanidad, financiados en parte con impuestos sobre la “desigualdad extrema”. “Estamos en una encrucijada y el futuro está en nuestras manos”, ha afirmado Trudeau en un discurso televisado a la nación este miércoles por la noche.
La gobernadora general de Canadá, Julie Payette, quien actúa como jefa de Estado en representación de la reina Isabel de Inglaterra, pronunció este miércoles el discurso del trono en nombre del primer ministro y en el cual detalló que la respuesta a la crisis provocada por la pandemia es una agenda de gasto masivo porque “este no es el momento de austeridad”. El discurso del trono marca la apertura de una nueva sesión parlamentaria.
Un elemento principal del discurso fue el plan para aumentar los ingresos a través de “nuevas formas para gravar la desigualdad de riqueza extrema”, entra las que se incluye la “evasión fiscal de las gigantes digitales”.
“Canadá entró en esta crisis en la mejor de las posiciones fiscales. Y el Gobierno está utilizando esa capacidad en cosas como el Beneficio de Respuesta de Emergencia o el Subsidio Salarial de Emergencia, para que los canadienses, las empresas y toda la economía tengan el apoyo que necesitan para capear el temporal”, ha dicho Trudeau. El discurso del trono no ha incluido cantidades específicas, pero ha señalado que todos los detalles financieros de los planes expuestos anoche por el Gobierno de Trudeau serán incluidos a finales de año en un documento fiscal.
Creación de un millón de puestos de trabajo
Las áreas en las que Trudeau quiere centrar la actividad de recuperación son infraestructura, renovaciones para mejorar la eficiencia energética, proyectos de energía limpia, viviendas asequibles y la ampliación de la red de internet de alta velocidad en las vastas extensiones del interior y la zonas rurales de Canadá.
“El segundo cimiento del plan del Gobierno es apoyar a los individuos y empresas en esta crisis no importa lo que dure, haciendo lo que sea necesario. Lidiar con la crisis sanitaria de forma efectiva es lo mejor que podemos hacer para la economía”, ha explicado el primer ministro. Una de las claves señalada es la campaña que el Gobierno iniciará “para crear más de un millón de puestos de trabajo, restaurando el empleo a los niveles previos” a la pandemia.
“Esto se hará usando una variedad de herramientas, incluidas inversiones directas en el sector social e infraestructura, capacitando de forma inmediata para adaptar rápidamente a los trabajadores e incentivos para que los empresarios contraten y retengan trabajadores”, continuó.
Negativa de la oposición
Pero el plan de Gobierno expuesto por Trudeau tiene que que convencer a al menos uno de los grupos de la oposición para evitar que sea derrotado en la Cámara Baja, lo que provocaría de forma automática la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones anticipadas. El Partido Liberal de Trudeau sólo tiene 154 de los 338 escaños de los Comunes, por lo que si los tres principales partidos de la oposición votan en contra del discurso del torno, el Gobierno canadiense caerá.
De momento, el principal grupo de la oposición, el Partido Conservador, ha expresado de forma inmediata su oposición al contenido del discurso del trono y la portavoz del grupo ha asegurado que los 121 diputados de la formación votarán en contra. El futuro del Gobierno de Trudeau depende ahora del soberanista Bloque Quebequés (BQ), el segundo grupo de los Comunes con 32 diputados o el socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD), con 24 escaños. Ninguno de los dos partidos ha revelado por ahora si apoyará o no el plan de Trudeau.