Trump confirma la designación de la jueza conservadora Amy Coney Barrett para el Supremo
El presidente de EEUU, Donald Trump, confirmó este sábado la designación de la jueza conservadora Amy Coney Barrett para el Tribunal Supremo e instó a la mayoría republicana del Senado a confirmarla cuanto antes, pese a que los demócratas quieren aplazar el proceso hasta después de las elecciones de noviembre.
“Hoy es un honor para mí nominar a una de las mentes legales más brillantes y talentosas de nuestra nación para el Tribunal Supremo. Ella es una mujer con logros inigualables, un intelecto imponente, credenciales excelentes y una lealtad inquebrantable a la Constitución”, dijo Trump en una declaración a la prensa desde la Rosaleda de la Casa Blanca.
El anuncio del mandatario fue recibido con aplausos por parte del centenar de personas que acudieron al acto, entre ellos la familia de Barrett. Trump agradeció a los republicanos, que tienen mayoría en el Senado, su compromiso para garantizar que el proceso de confirmación de Barrett se desarrolle de manera “justa” y “oportuna”.
Además, urgió a los demócratas a “brindar a la jueza Barrett las audiencias respetuosas y dignas que se merece” y pidió a los medios de comunicación que se abstengan de hacer “ataques personales”. De ser confirmada por el Senado, esta magistrada cubriría la vacante que dejó en el Tribunal Supremo la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg, fallecida el pasado 18 de septiembre y convertida en un icono progresista, así como en un símbolo de la lucha por la igualdad de género. Barrett, sin embargo, es lo puesto.
En la lista de nominados de Trump
La jueza estaba en la lista de posibles nominados de Trump en 2018, cuando el presidente se decidía sobre quién reemplazaría a Anthony Kennedy, un juez que se retiró. Pero el presidente tenía otros planes para Barrett. “La estoy reservando para [sustituir a] Ginsburg”, dijo Trump según publicó Axios.
En Barrett, de 48 años, el sector conservador ve a una joven y estricta constructivista, es decir que interpreta la Constitución al pie de la letra con lo que cree que los padres fundadores pretendían al redactarla –una jurista del estilo de Antonin Scalia, el juez conservador (y amigo íntimo de Ginsburg) que murió en febrero de 2016 y para quien Barrett trabajó como asistente legal en el pasado–.
El hecho de que la jueza, católica devota y madre de siete hijos –ella y su esposo, Jesse M. Barrett, tienen cinco hijos biológicos y adoptaron dos nacidos en Haití–, sea considerada como posible sucesora de Ginsburg preocupa a los progresistas. Muchos temen que, de lograr el puesto, Barrett votará para revocar Roe v. Wade, el fallo de 1973 que reconoció el derecho al aborto en todo el país.
Barrett se opone al aborto y ya ha respondido a preguntas sobre su fe y el papel de esa fe en la interpretación de la ley. Durante una de las audiencias de confirmación de candidatos en 2017 en el Senado, la demócrata Dianne Feinstein de California comentó: “El dogma vive con fuerza dentro de usted”.
Aún así, en declaraciones al público en la Casa Blanca, Barrett prometió que tendrá presente el legado de Ginsburg, a la que alabó por haber roto los “techos de cristal” impuestos sobre las mujeres y de la que dijo “ha ganado la admiración de las mujeres de todo el país”. “Amo los EE.UU. y amo la Constitución de EEUU”, subrayó Barrett.
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